El legado del líder

A dos años de su muerte, se hace importante repensar una noción que da vueltas alrededor de la figura de Hugo Chávez: ¿Cuál fue su legado para América Latina? ¿Qué cambios provocó a nivel regional, junto a otros gobiernos posneoliberales?

Veamos cronológicamente:

Chávez participó activamente en la construcción de la Alba -la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América-, junto a Fidel Castro, allá por 2004. La Alba retoma el ideario independentista de José Martí, Simón Bolívar, Francisco de Miranda, Ezequiel Zamora y José de San Martín, entre otros importantes personajes de la historia de América Latina y el Caribe; y ha tenido un papel vigoroso en el plano de la salud y la educación pública:

a) Con la ‘Misión Milagro’, la Alba realizó más de 3 millones de intervenciones en 21 países para recuperar o solucionar problemas en la vista.

b) Con el programa ‘Yo sí puedo’ logró que la Unesco reconociera como “territorios libres de analfabetismo” a Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua.

Chávez fue puntal en la creación de Unasur -la Unión de Naciones Suramericanas-, en 2008, en Brasilia. En este importante organismo regional autónomo, junto a Néstor Kirchner y Luiz Inácio Lula da Silva, cumplió un rol crucial en detener dos intentos de golpe de Estado en la región -Bolivia, 2008; Ecuador, 2010-. Además, la Unasur ha sido el principal interlocutor regional con el pujante grupo Brics, en su idea de vincular a América Latina con el “nuevo mundo multipolar”, algo a lo cual Chávez se refirió con claridad en ´El programa de la patria (2013-2019)´, su última plataforma electoral.

Chávez ejerció un rol determinante en la conformación de la Celac -la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños-, nacida en Caracas a fines de 2011. La Celac es el primer organismo verdaderamente continental sin la participación de EE.UU. ni Canadá: representa a 33 naciones que han decidido, en los últimos años, pensar una unidad en la diversidad. Allí están, por ejemplo, los importantes posicionamientos de la Celac en torno a la soberanía argentina sobre las islas Malvinas y a la independencia de Puerto Rico -grandes deudas de la región, por sus resabios coloniales-.

A dos años de su fallecimiento, la impronta de Chávez en estas instancias de integración regional autónoma es indudable. El desafío, ahora, es consolidar y potenciar estas herramientas también durante su ausencia, vinculándolas con los nuevos polos de poder emergentes a nivel global, tal como sucedió, en enero pasado, en el I Foro Ministerial China-Celac en Beijing -reunión en la cual Xi Jinping anunció el desembolso de unos 250 mil millones de dólares en la región en los próximos 10 años-. De esa forma, con una mayor cooperación Sur-Sur, se fortalecerá aún más su importante legado.