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El descubrimiento supone un cambio de paradigma para comprender las células

El ‘GPS’ del cerebro, clave para la lucha contra el alzheimer (Infografía y Galería)

El ‘GPS’ del cerebro, clave para la lucha contra el alzheimer (Infografía y Galería)
08 de octubre de 2014 - 00:00 - Redacción y Agencias

May-Britt y Edvard I. Moser son la segunda pareja en la historia que obtiene, juntos, un Nobel de Medicina. En la larga historia de los premios solo hay 5 matrimonios galardonados. Los primeros fueron Pierre y Marie Curie (Francia) que ganaron juntos el de Física en 1903.

A la vez, la pareja formada por Irene y Frederic Joliot-Curie (Francia) ganaron el Premio Nobel de Química en 1935. En tanto, Carl y Gerty Cori (Estados Unidos) recibieron el Nobel de Medicina en 1947. Lo cierto es que los noruegos Britt y Moser no están solos. Para alcanzar la ansiada premiación juntaron esfuerzos con el investigador británico-estadounidense John O’Keefe.

Los 3 científicos lograron descifrar un problema neurofisiológico que atormentó al filósofo alemán Immanuel Kant hace 200 años: ¿cómo el cerebro adquiere orientación y sentido del espacio y tiempo? y además ¿cómo puede movernos de un punto a otro?

Kant consideraba el concepto de espacio como un principio inherente de la mente, a través del cual se percibe el mundo.

Con el advenimiento de la sicología del comportamiento en el siglo XX, Edward Tolman examinó ratas moviéndose a través de laberintos, encontró que ellas podían aprender a navegar, y propuso que un “mapa cognitivo”.

Pero las preguntas seguían en pie: ¿cómo podía ese mapa representarse en el cerebro?

Fue entonces cuando O’Keefe metió manos en los laboratorios y comenzó a los experimentos en ratas en 1971. Descubrió el primer componente de este sistema de posicionamiento y notó que un tipo de células nerviosas en un área del cerebro llamada hipocampo siempre se activaba cuando una rata se encontraba en un lugar determinado de una habitación. Otras células nerviosas se encendían cuando la rata estaba en otros lugares.

Concluyó así que estas “células de lugar” formaban un mapa de la habitación o un GPS (sistema de posicionamiento global).

Pero este GPS no está satisfecho con ubicarse en una determinada habitación. Al contrario, según O’Keefe las “células del lugar” se activan en diferentes ambientes y crean una memoria del entorno, que son almacenados en el hipocampo. Es así que se construye un mapa del ambiente en el cerebro.

¿Cómo se unen las hipótesis?

Lo analizado por O’Keefe se complementa con el segundo componente del GPS del cerebro. La pareja de noruegos identificó en el año 2005 otro tipo de células nerviosas, que llamaron “células grid” (cuadrícula).

Estas células generan un sistema de coordenadas y permiten un posicionamiento preciso y la búsqueda de caminos.

Cada una de estas células se activaba en un único patrón espacial y colectivamente estas “células grid” constituían un sistema de coordenadas que permitía la navegación espacial. Junto con otras células de la corteza entorrinal, que reconocen la dirección de la cabeza y los límites de la habitación, forman circuitos con las “células de lugar” en el hipocampo.

Su ayuda en la medicina

Si bien los estudios de estos 3 pioneros de la neurociencia fueron hechos en ratones de laboratorio, estudios recientes con pacientes sometidos a técnicas neuroquirúrgicas han permitido demostrar que el ser humano también dispone de esta compleja interconexión neuronal entre las células de lugar y las células de red que le permite relacionarse y moverse a través de un espacio físico.

Precisamente en pacientes con alzheimer se ha evidenciado que el hipocampo y la corteza entorrinal se ven afectados con frecuencia en una etapa temprana.

Debido a ellos quienes padecen la enfermedad no pueden reconocer su entorno ni encontrar el camino hacia donde quieren ir.

El conocimiento sobre el sistema de posicionamiento cerebral puede ayudar a comprender el mecanismo que sustenta la pérdida de la memoria espacial devastadora que afecta a las personas con esta enfermedad.

Para el profesor de Neurofisiología Andrew King, de la Universidad de Oxford, citado por el diario El País, el descubrimiento de que las neuronas en los hipocampos poseen “lugares de residencia ha revolucionado nuestro entendimiento de cómo el cerebro conoce dónde estamos y es capaz de navegar en nuestros alrededores”.

Mientras que desde la Asamblea del Nobel, organización encargada de entregar el premio, conocer sobre el sistema de posicionamiento del cerebro “va a ayudarnos a entender el mecanismo subyacente a la devastadora memoria espacial que afecta a la gente con el Mal de Alzheimer”.

Por otra parte ayer se reconoció como Nobel de Física a los investigadores Isamu Akasaki, Hiroshi Amano y Shuji Nakamura por su “invención de la luz azul eficiente emisora de diodos, que ha permitido fuentes de luz blanca brillantes y que ahorran energía”. Hoy será el turno del premio Nobel de Química.

Los premios son entregados el 10 de diciembre, coincidiendo con el aniversario de la muerte de su creador, en una doble ceremonia en el Konserthus de Estocolmo y el Ayuntamiento de Oslo.

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