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El desbordamiento del río Rímac colapsa el tránsito en vías de Perú
Llegó marzo y el caudal del río Rímac creció hasta descontrolarse. Kilómetros de asfalto en la Carretera Central, la vía más importante que va de la costa hacia la sierra y selva en Perú han desaparecido bajo las aguas haciendo que cientos de vehículos, autos, camiones y buses, permanezcan inmóviles a la espera de que el tiempo cambie.
La Superintendencia de Transporte Terrestre de personas, carga y mercancías (Sutran), dijo que eso no sucederá pronto. El pasado jueves prohibió el tránsito por esta carretera, con la promesa de volver a habilitarla.
La calma existió hasta el 26 de febrero, cuando toneladas de lodo y piedra, producto de las fuertes lluvias invernales, fueron arrastradas por las laderas hasta llegar como escombros a la carretera. De acuerdo con Roberto Pinedo, meteorólogo, este tipo de eventos es común en estos meses, pero se acentúan debido a la presencia del fenómeno El Niño, que causa irregularidades en el comportamiento pluvial de las zonas climáticas.
Los huaicos, como se conocen a los ríos de escombros que se precipitan desde los cerros, no causaron víctimas mortales, pero a su paso destruyeron al menos una docena de viviendas y cientos de plantaciones, y dejaron incomunicados a los pobladores de la sierra y la costa.
Desarrollo Vial de los Andes, la empresa concesionaria de la carretera central, ha respondido construyendo diques contenedores de aguas, para evitar que el desastre sea mayor. Pero, según Juvenal Medina, coordinador de proyectos del Centro de Estudios y Prevención del Desastre, esas acciones son mínimas frente a la magnitud de la intervención que esta carretera requiere. De acuerdo a su criterio, el problema está en la falta de atención por parte del Gobierno central en este sector del país. Se han enfocado -afirma- en combatir los daños, antes que en prevenir sus causas.
Las causas son muchas y la posibilidad de prevenirlas acarrea un margen de error. Si no, cómo se entiende que el 1 de marzo, cuando la carretera fue reabierta por las retroexcavadoras, las aguas del Rímac lo inundaran todo.
De acuerdo con los servicios de defensa civil, el aumento en el caudal del ‘Río que Habla’ se debió no solo al incremento de las lluvias, sino también a la mala coordinación de las acciones en la planta hidroeléctrica Tamboraque, cuyas puertas de descarga fueron abiertas ese día, causando un incremento desmedido del río y provocando que la Carretera Central sea bloqueada.
Con estas circunstancias, la Fuerza Aérea del Perú puso a prueba su plan ‘Puente Aéreo’, para sacar a los habitantes de las zonas aisladas hacia la capital, Lima, donde aguardarán, literalmente, a que las aguas vuelvan a su cauce. (I)