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"El baño era una piscina de sangre", afirman sobrevivientes del ataque en Orlando

Ángel Colón, superviviente de la matanza de Orlando, habla con la prensa sobre los hechos.
Ángel Colón, superviviente de la matanza de Orlando, habla con la prensa sobre los hechos.
Foto: AFP
15 de junio de 2016 - 00:00 - AFP y Prensa Latina

Desde un hospital en Orlando, dos sobrevivientes de la masacre en el club nocturno gay Pulse relataron a los medios de comunicación los momentos de horror que vivieron durante el ataque cometido por Omar Mir Seddique Mateen, en la madrugada del domingo pasado.

Patience Carter, oriunda de Filadelfia, y Ángel Santiago, de Chicago, pero residente en Orlando, dijeron que estaban confundidos por lo que pasó y relataron cómo lograron salvarse tras salir arrastrándose por el piso desde el baño, donde estuvieron los rehenes.

“El tirador se fue al otro baño. En ese punto solo nos mantuvimos abajo y traté de llamar a una operadora para que supiera lo que yo estaba escuchando. Luego escuché a la Policía que llegaba, pero no sabía lo que estaba pasando. Estábamos sangrando con un amigo. Era una piscina de sangre”, afirmó el joven.

Y continuó: “Pensamos en irnos, en salir de ahí antes de que volviera el tirador. Buscamos una salida, pero la gente empezó a decirnos que nos quedáramos (...).

Estuvimos ahí, en silencio, y no escuché más tiros. En ese punto decidí arrastrarme hacía la salida del bar y vi la cara de un policía. Empecé a mover la mano para que pudiera verme y el oficial indicó que me arrastrara hacia él”.

Carter, otra de las víctimas de la masacre de Orlando, relató los dramáticos momentos que vivió en el bar y contó que el atacante tuvo una conversación con la Policía.

La mujer afroamericana, quien resultó herida en una pierna, contó que estaba con unas amigas y familiares en Pulse. “Estábamos en el fondo del bar cuando comenzaron los disparos. Me sentía confundida, pensaba que era el DJ tocando música. De todas maneras nos tiramos al suelo. Estábamos cerca de la salida, pero el tiroteo seguía. Así que buscamos a otra de mis amigas y nos dirigimos al baño”.

“Un chico trató de cerrar la puerta del baño, pero recibió un disparo. Luego vimos al hombre entrar descargando su arma contra todos y un momento después se detuvo. Había mucha gente herida. Minutos después escuchamos la llamada que hizo al 911 y dijo estar comprometido con el Estado Islámico (grupo terrorista)”, relató la mujer.

Con la voz quebrada, Ángel Colón, otro de los heridos en la matanza también dio su testimonio. “Me dispararon tres veces en la pierna, y caí. Me quedé tendido para que no supiera que estaba vivo”, dijo el superviviente, que fue pisado por quienes huían. Afortunadamente, las balas solo alcanzaron su mano y su cadera, pero no murió. La policía le sacó a rastras sobre un suelo lleno de cristales rotos, que cortaron la espalda.

Los agentes de asalto tardaron casi una hora en controlar la situación tras matar a Mateen.

La homofobia es una hipótesis

La investigación sobre el atentado mantiene como línea principal la causa yihadista, pero nuevos testimonios, sumados al modus operandi de Mateen dieron fuerza a la hipótesis de que también la homofobia está detrás de la masacre.

Varios medios locales recogieron varios testimonios que revelan que Mateen era un asistente regular al club gay Pulse, el mismo que atacó el domingo. “A veces se sentaba en un rincón a beber solo y otras veces se emborrachaba tanto que era ruidoso y beligerante”, señaló Ty Smith al Orlando Sentinel.  

Kevin West, otro cliente habitual del Pulse, dijo al diario Los Ángeles Times que intercambió mensajes con Mateen en un chat homosexual, Jack’d, durante al menos un año de manera intermitente.

Las autoridades también recogieron el testimonio de Noor Zahi Salman, la esposa del atacante, quien admitió que conocía que Mateen planeaba cometer una matanza en Pulse, pero no avisó a las autoridades. Ahora podría ser procesada.

Según los medios locales, Omar Mateen estuvo años bajo la supervisión del FBI y, de hecho, lo entrevistaron 3 veces por vínculos sospechosos, pero determinaron que no era una amenaza y lo dejaron libre.

Momentos antes, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ofreció palabras de aliento a la comunidad homosexual tras la masacre que dejó 49 muertos y medio centenar de heridos en un club gay: “Quiero recordarles que no están solos. El pueblo estadounidense, nuestros aliados y amigos en todo el mundo están con ustedes”.

Obama también arremetió contra la retórica antimusulmana del aspirante republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, juzgando que es peligrosa y traiciona los valores de Estados Unidos.

Un hombre abatido en Texas

Por otra parte, el Departamento de Policía de Amarillo, en Texas, afirmó que un equipo SWAT abatió a un hombre armado que mantenía a rehenes en un Walmart de esa localidad. La fuerza de seguridad no dio detalles del sospechoso y afirmó que no hay heridos. La autoridad del condado de Randall afirmó que eran dos rehenes y que ya estaban a salvo. (I)

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