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El embajador estadounidense en Berlín convocó a la cancillería alemana para dar una explicación
EE.UU. espía a Alemania hace 2 décadas
El Gobierno alemán convocó y dialogó ayer con el embajador de Estados Unidos en Berlín, John B. Emerson, tras las revelaciones de la plataforma WikiLeaks acerca de las presuntas escuchas de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) al Banco Central Europeo (BCE), a la canciller Angela Merkel y varios ministerios.
Según documentos de WikiLeaks, publicados ayer por varios medios alemanes, la NSA se interesó sobre todo por la política monetaria y comercial alemana. Así el espionaje fue dirigido a la canciller y también a importantes políticos, entre ellos el exministro de Finanzas, Oskar Lafontaine; el vicecanciller y ministro de Economía y Energía, Sigmar Gabriel; la ministra de Medio Ambiente, Barbara Hendricks, entre otros, señala el diario ‘Süddeutsche Zeitung. Gabriel y Hendricks ocupaban otras carteras cuando fueron espiados.
De acuerdo con estas informaciones, las escuchas telefónicas empezaron en la década del 90 y se orientaron especialmente al ámbito económico y comercial alemán.
Una de las líneas intervenidas era la utilizada por Oskar Lafontaine en su etapa como ministro de Finanzas alemán, cargo que ocupó unos meses entre 1998 y 1999, en el arranque de la primera legislatura de la coalición roji-verde que encabezó el canciller Gerhard Schröder.
La línea telefónica sigue en uso y actualmente pertenece a la secretaría del Ministerio de Finanzas, presidido por Wolfgang Schäuble.
Las escuchas al BCE afectaron solo a una línea de la dirección de desarrollo económico.
El diario ‘Süddeutsche Zeitung’ publica además el informe de la NSA de una conversación que mantuvo Merkel, el 9 de octubre de 2011, con un asistente no identificado, sobre la situación de Grecia y las diversas opciones que se barajaban en aquel momento, en la que la canciller mostraba sus dudas ante una eventual demora de la deuda.
El asunto provocó la reacción de Schäuble, que reclamó una aclaración y lamentó que “los servicios estadounidenses hayan perdido un poco de vista el sentido de la mesura”, publicó el diario Bild.
Por su parte, el ministro de Economía, Sigmar Gabriel, dijo más que las escuchas a los ministerios, el problema es que surge la duda acerca de si la NSA no espió también a empresas alemanas.
“En los ministerios no hacemos nada por teléfono que valga la pena espiar”, dijo Gabriel también en declaraciones a la ARD. “Mi ministerio es responsable de proteger a las empresas de espionaje económico”, agregó.
La fiscalía federal de Karlsruhe (en el suroeste), que había abandonado a mediados de junio la investigación sobre las presuntas escuchas de Angela Merkel, anunció el jueves en un comunicado que examinaba las nuevas revelaciones.
“De momento no se ha tomado ninguna decisión respecto a la reanudación de las investigaciones”, precisó, no obstante, la fiscalía mediante un comunicado.
La semana pasada la revelación de que los servicios de inteligencia estadounidenses interceptaron conversaciones del jefe de Estado francés, François Hollande, y de sus predecesores, Nicolas Sarkozy y Jacques Chirac, tensó las relaciones entre París y Washington. (I)