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Dilma Rousseff: "Han revelado la trama del golpe" en Brasil
Para decir que no es un gobernante débil, el presidente interino de Brasil, Michel Temer, confesó al anunciar el desmantelamiento de los resortes financieros del Estado brasileño: “Yo trataba con delincuentes”.
Era una referencia a su época de secretario de seguridad del estado de Sao Paulo, pero fue dicha un día después de que su mano derecha, Romero Jucá, abandonó el Ministerio de Planificación tras revelarse que el juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff fue planificado para proteger a dirigentes, hoy en control de ministerios y empresas estatales, de las acusaciones de corrupción del escándalo Petrobras.
“Han revelado la trama del golpe”, dijo Dilma Rousseff, la presidenta suspendida. Este es el primer escándalo del gobierno interino de Temer, que se ha llevado a uno de los miembros del gabinete 100% masculino y millonario que ha tomado el poder en Brasil.
La nueva tormenta política llegó esta semana golpeando la puerta de Temer y de su fuerza, el Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB), que planificó desde marzo abandonar el apoyo a Rousseff para promover su caída, poner a Temer en el Poder Ejecutivo y desde ahí resistir a la Operación Lava Jato, que investiga sobre la financiación ilegal de los partidos políticos.
El diario Folha de Sao Paulo reveló escuchas judiciales del ministro de Planificación, Romero Jucá, quien afirma que el juicio político contra Dilma Rousseff fue abierto con apoyo de su vicepresidente, oposición, jueces y militares como un pacto para frenar la Operación Lava Jato y otorgar gobernabilidad a los sectores económicos.
Jucá es el presidente en ejercicio del PMDB y se desvinculó del gobierno luego de 11 días de que asumiera.
El primer escándalo en la era Temer le dio munición a la suspendida presidenta Rousseff y a los partidos que se oponen al presidente interino, debido a que Jucá vincula el juicio político de Dilma con una acción de la “casta política” para “evitar la sangría” generada por las investigaciones de corrupción.
En los audios, revelados por Folha de Sao Paulo, Jucá se queja de que Dilma no acciona a jueces para que detengan la investigación. Dice que el magistrado Teori Zavascki, del Supremo Tribunal Federal, es un técnico nombrado por la presidenta al que no puede acceder y llama al magistrado Sergio Moro de ‘Torre de Londres’, en alusión a un lugar de torturas para confesar delitos.
El escándalo de corrupción, de acuerdo con las escuchas telefónicas en poder de la Fiscalía General de la República, a cargo de Rodrigo Janot, y reveladas por Folha de Sao Paulo, fue el motivo para sacar a Rousseff del poder.
Jucá está investigado por supuesta corrupción en obras del sector energético, al igual que otros seis investigados en el gabinete del gobierno interino.
“Tiene que haber juicio político, no hay otra salida”, le dice Jucá, en marzo pasado, a otro investigado, colocado por el PMDB como presidente de Transpetro, subsidiaria de la petrolera estatal Petrobras, Sergio Machado, según las escuchas incluidas en la investigación.
Ahora muchos se preguntan por qué el fiscal general, teniendo la información de que el juicio político era un pacto de impunidad de los sectores más conservadores, no la reveló en su momento, evitando el alejamiento del cargo de la jefa del Estado.
Machado, interlocutor de Jucá, también está investigado por el juez Sergio Moro por participar, supuestamente, de sobornos en Petrobras y dice que el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), presidido por el senador y excandidato presidencial Aécio Neves, también está en el foco judicial.
“El primero que será ‘comido’ será Aécio (Neves)”, dice Machado a Jucá, que también cita al actual canciller y excandidato presidencial derrotado en 2002 y 2010, Serra, y al presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Aloysio Nunes Ferreira, según Folha de Sao Paulo.
La transcripción del audio también revela que Jucá conversó de cómo frenar la operación Lava Jato sobre sobornos en torno a Petrobras y empresas estatales con miembros del Supremo Tribunal Federal y con comandantes militares en torno a un gobierno que en marzo imaginaba como de “unidad nacional” en reemplazo de Rousseff.
“Ayer conversé con ministros de la Corte. Ellos dicen que solo existen condiciones sin ella (Dilma). Si ella sigue ahí, la prensa, hay gente que quiere sacarla porque esta mierda no se detendrá nunca. Entonces estoy hablando con los generales, comandantes militares. Está todo tranquilo, dicen que van a dar garantías. Están monitoreando al MST (Movimiento campesino Sin Tierra) para que no perturben”, dice el ministro Jucá.
Machado, quien era del PSDB y trabajó en campañas con Neves y luego se pasó al PMDB, le sugirió a Jucá buscar una salida política por temor a que él fuera detenido por el juez Moro y, supuestamente, revelar vinculaciones con la cúpula del partido de Temer y el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, suspendido en sus funciones por la Corte a raíz de que es procesado por corrupción.
Machado en la escucha dice: “Creo que la salida de Dilma debe darse por licencia o por renuncia”.
El gobierno suspendido de Dilma espera que el escándalo Jucá convenza a senadores que votaron a favor de abrir el juicio político a evitar su voto sobre el apartamiento de la presidenta, un tema que aún no ha comenzado a tratar el Senado. (I)