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La exmandataria arremete contra Jaime Durán

Cristina, el dilema del peronismo

La expresidenta Cristina Fernández enfrenta numerosas causas en la justicia y está procesada en el caso denominado ‘Dólar Futuro’.
La expresidenta Cristina Fernández enfrenta numerosas causas en la justicia y está procesada en el caso denominado ‘Dólar Futuro’.
Foto: Global Voices
25 de abril de 2017 - 00:00 - Marcelo Izquierdo, corresponsal en Buenos Aires

¿Con o sin Cristina Fernández de Kirchner? Esa es la cuestión que hoy desvela al peronismo.

El partido fundado por Juan Domingo Perón entró en la recta final con vistas a las internas que dirimirán su lista de candidatos para las cruciales elecciones legislativas de octubre en la provincia de Buenos Aires. Allí se disputará la ‘madre de todas las batallas’ de una contienda nacional que actuará como un virtual referéndum de la gestión de Mauricio Macri.

A casi dos meses del cierre de listas para las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), la gran incógnita es saber si la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner será o no candidata a senadora. Todo gira alrededor de su figura. Y ella, refugiada en Twitter, se muestra cautelosa.

Cristina hoy es un arma de doble filo para el peronismo bonaerense. Por un lado es la dirigente que más apoyo reúne con una intención de voto que varios sondeos ubican en 33%, en especial en los sectores más pobres de la sociedad. Pero al mismo tiempo su índice de rechazo supera el 50% de acuerdo con esas mismas encuestas.

La expresidenta enfrenta numerosas causas en la justicia. Está procesada en el caso denominado ‘Dólar Futuro’ (por la venta de moneda estadounidense a fines de su mandato)  e imputada en varias causas de corrupción, en lo que sus seguidores denuncian como una ‘caza de brujas’ fogoneada por un sector de la prensa y el Gobierno. Su elección como legisladora la blindaría judicialmente, ya que adquiriría fueros parlamentarios, mientras vive un presente complejo.

De hecho, el fin de semana estuvo ‘atrincherada’ junto con su nieta de 18 meses durante toda una noche en la residencia de la gobernadora de la austral provincia de Santa Cruz, su cuñada Alicia Kirchner, a raíz de violentas protestas de empleados estatales. En la casa en ese momento había cuatro mujeres adultas y la niña.

Los manifestantes rompieron vidrios, lanzaron piedras y hasta excrementos. Luego la Policía intervino para reprimir la protesta, lo que derivó en un paro provincial que se cumplió ayer. Cristina, como la conocen todos en Argentina, acusó al Gobierno central de impulsar las movilizaciones en un distrito gobernado desde hace 26 años por el kirchnerismo y que enfrenta serios problemas financieros.

“Esto fue organizado con el visto bueno del Gobierno nacional. Es parte del montaje de campaña. Fue el lanzamiento de la campaña al mejor estilo (Jaime) Durán Barba”, dijo la exmandataria en alusión al asesor de imagen de nacionalidad ecuatoriana que trabaja con Macri.

Pero sobre su eventual postulación, Cristina elige el silencio. Analistas sostienen que su candidatura polarizaría las elecciones con la alianza oficialista Cambiemos, beneficiando paradójicamente al macrismo con votos que de otra forma irían hacia el Frente Renovador del excandidato presidencial Sergio Massa, el tercero en discordia.

En el gobierno de Macri se frotan las manos cuando se habla de una posible candidatura de Cristina. Hoy los sondeos le dan al oficialismo solo un 25 por ciento en promedio, pero ese respaldo tibio aumenta en caso de una postulación de la expresidenta a raíz del voto rechazo hacia su figura. “Si ella se presenta, mejor”, suelen repetir por lo bajo voceros de Cambiemos.

En la interna del peronismo se juega al mismo tiempo el futuro del macrismo. La candidatura de Cristina es impulsada por el kirchnerismo más duro que encarna ‘La Cámpora’, su ala juvenil presidida por el diputado Máximo Kirchner, hijo de la expresidenta.

Su postulación arrastra un piso interesante, pero su techo es definido. Las encuestadoras lo sitúan entre el 35% y el 40%. La pregunta es si ese porcentaje le alcanzará para vencer a Cambiemos en una eventual polarización.

Su gran enemigo interno es hoy su exministro del Interior, Florencio Randazzo, de buena imagen pública. Randazzo quiso ser candidato a presidente en las últimas elecciones, pero Cristina le bajó el pulgar y finalmente bendijo a Daniel Scioli.

Randazzo está decidido a ir a internas. El titular del peronismo bonaerense, el kirchnerista Fernando Espinoza, exalcalde del municipio de La Matanza, piensa en una lista de unidad si es que Cristina renuncia a su postulación. Si no hay unidad y ella no se presenta, la elegida del movimiento apegado a la doctrina Kirchner es la actual alcaldesa de La Matanza, Verónica Magario.

Las huestes de Randazzo sostienen que una lista encabezada por el exministro no tendría techo y evitaría polarizar las elecciones con el macrismo, venciendo unos comicios que serán cruciales para las presidenciales de 2019. “Hoy todo gira en torno a la decisión de Cristina”, dicen a EL TELÉGRAFO fuentes del peronismo bonaerense que se manejan en el anonimato. (I)

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