Crece el número de muertos en represión en México, poca expectativa por diálogos

Diego esquiva lonas, tiendas de campaña y puestos de venta ambulante. Avanza rápido, los músculos tensos, porque entre sus manos lleva una olla caliente repleta de arroz blanco.

Por fin la deja sobre un anafre que es un asador portátil instalado a media calle junto a la plaza de la Ciudadela, en la capital mexicana. Ahí está la improvisada cocina donde una maestra prepara la comida que compartirá con su grupo, docentes de Palenque, estado de Chiapas. Participan del plantón que mantiene la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) para exigir diálogo con el gobierno y rechazar la reforma educativa.

Diego tiene 22 años, es maestro recién titulado. “Soy de primer ingreso”, dice orgulloso y le parece lógico que su primer año como profesor transcurra en protestas en lugar de aulas: “Sentimos indignación, impotencia, porque no hay resultados por parte del gobierno. Y no sólo en Chiapas, así estamos en todas partes, en los 28 estados” que integran la CNTE, fracción disidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, poderoso y tradicionalmente aliado a gobiernos de turno.

Poca expectativa tiene respecto del encuentro que mantendrán hoy la Secretaría de Gobernación y la CNTE, el primero desde junio del año pasado, cuando los funcionarios cortaron la comunicación. “No tengo expectativas porque conocemos la cerrazón del gobierno –dice Diego-. Nada va a cambiar después de la reunión porque ya lo dijeron ellos (el secretario de Educación, Aurelio Nuño), el diálogo será para que ya dejemos de bloquear carreteras y no se va a tocar el tema de la educación, ¡nosotros creemos que se debe cambiar la reforma educativa!”

Apenas asumió el poder, el presidente Enrique Peña Nieto impulsó una política estructural que, pese a las numerosas protestas en su contra, avanzó en cuanta instancia institucional marca la ley. Fue promulgada a fines de 2013 y está vigente en algunos estados pero sin aplicar en otros como Chiapas, donde este día hay 620 escuelas cerradas (en semanas anteriores la cifra llegó a 1400).

Mientras el gobierno asegura que se trata de una reforma para elevar la calidad de la educación, los docentes denuncian que tiene perfil administrativo y tinte privatizador. La distancia de posturas ha resultado infranqueable y en los últimos años varias mesas de negociación se instalaron, sin frutos. Antes del diálogo previsto para este miércoles 22 de junio, CNTE y Segob hablaron el 4 de junio sin lograr avances, sólo una minuta de trabajo y acuse de recibo gubernamental a las 11 peticiones que entonces tenía la disidencia magisterial.

Por tres años se han sucedido las protestas y cortes de carreteras, que en este mes se multiplicaron sobre todo en el estado de Oaxaca. En la localidad Asunción Nochixtlán, el domingo la policía mexicana reprimió a los manifestantes y les disparó con armas de fuego: el saldo, nueve muertos. Hasta el martes se contabilizaban ocho fallecidos pero la CNTE elevó el balance al conocerse la muerte Jován Azarel Galán Mendoza, joven de 18 años quien salió de su lugar de trabajo para asomarse a los disturbios y resultó con una herida letal. “Mi hijo iba pasando”, explicó a la prensa su padre, Alejandro Galán.

Cuando crecen los cuestionamientos a nivel internacional, incluso Naciones Unidas exigió una “investigación exhaustiva” sobre la represión en Oaxaca, el gobierno mexicano anunció que retomaría el diálogo tras un año de no responder a los reiterados pedidos de la CNTE. “Se busca escuchar, distender y generar condiciones de tranquilidad y paz”, explicó el secretario Nuño pero fue claro en que “no será un diálogo en materia educativa”. Él estará ausente en el encuentro que se realizará a partir de las 17:00 con presencia de la Comisión Nacional de Mediación, un grupo conformado ad hoc por siete intelectuales y activistas de derechos humanos avalados por las partes: Miguel Álvarez Gándara, Pietro Ameglio, Jorge Fernández Souza, Magdalena Gómez, Enrique González Ruiz, Dolores González Saravia, Gilberto López y Rivas, Pablo Romo Cedano.

Los plantones –campamentos- son otra forma de protesta que la CNTE elige con frecuencia y varias veces han sido desalojados por las autoridades con diversos grados de violencia: usaron camiones hidrantes en el Zócalo en el año 2013; un fuerte operativo nocturno en el Monumento a la Revolución en 2014 y este año, en la Plaza Santo Domingo, obligaron a los maestros a subir en autobuses que los retornaron a sus lugares de origen.

Ahora, instalados en la Plaza de la Ciudadela, docentes de varios estados pero sobre todo de Michoacán, Oaxaca y Chiapas aguardan novedades sobre el publicitado diálogo de hoy. El escepticismo del joven maestro Diego se expande en este terreno de improvisadas camas que son colchonetas y cartones extendidos en el piso, bajo carpas y bajo lonas por las que se cuela el agua de lluvia.

-¿Cuándo llegaron ustedes desde Chiapas?- pregunto

-El jueves.

-¿Hasta cuándo se quedan?

-No tenemos pensado. Hasta que el cuerpo aguante. (I)