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El descubrimiento permitirá producir nuevas medicinas y biocombustibles
Científicos dan un paso para crear vida artificial
Hace años, un puñado de mentes brillantes esparcidas por medio mundo persigue un objetivo común: crear vida. El objetivo no es procrear, ni jugar a ser Dios, sino diseñar y generar formas de vida simples capaces de reproducirse y proliferarse. La teoría dice que si se pueden diseñar esas formas de vida desde cero también se les pueden dar funciones nuevas, como generar combustibles que no arruinen el planeta o fármacos de forma más simple que en la actualidad.
Es aún una meta lejana, pero esta semana un equipo internacional de investigadores presentó un importante paso para conseguirlo.
El equipo liderado por Jeff Boeke, de la Universidad de Nueva York, anuncia la primera levadura (un tipo de hongo unicelular) que lleva dentro un cromosoma artificial diseñado por su equipo. Los cromosomas son los paquetes en los que se agrupan los genes de los seres vivos y, en los animales, son la unidad básica de la herencia que transmiten los padres a los hijos.
La selección de una levadura no es casual. La Saccharomyces cerevisiae, el tipo de levadura que se ha usado, es uno de los organismos que más consumen los humanos. Sus beneficios están al alcance de cualquiera en forma de pan, cerveza, vino y otros alimentos y bebidas fermentadas.
El equipo de Boeke ha ensamblado un cromosoma completo juntando 273.871 fragmentos de ADN. Su trabajo se sustenta en el de Craig Venter, que en 2010 generó una bacteria cuyo genoma completo fue compuesto artificialmente añadiendo modificaciones como citas de James Joyce o correos electrónicos. Aquel hallazgo tuvo un impacto mundial y originó todo tipo de discusiones ajenas a la ciencia, incluso la duda de si Venter jugaba a ser Dios.
En la práctica el investigador ha aplicado los mismos principios que Venter para modificar un ser más complejo. Las bacterias que usó Venter, Mycoplasma mycoides, tienen un solo cromosoma y carece de núcleo. La levadura, en cambio, tiene 16 cromosomas e integra el gran grupo de los eucariotas, que engloba a todos los seres vivos con núcleos celulares al que pertenecen todos los animales, incluidos los humanos. De hecho, las levaduras comparten cerca de un tercio de sus 6.000 genes con los humanos.
El equipo de Boeker ha tardado 7 años para sintetizar el cromosoma número tres de la levadura. En parte lo logró gracias al trabajo de decenas de estudiantes que enroló durante su etapa en la Universidad Johns Hopkins, donde lanzó un proyecto para sintetizar el primer cromosoma completo de la levadura, el Syn III. Su versión final no es igual que la natural, sino que ha eliminado adrede buena parte del original. En concreto ha cortado casi 43.000 letras de ADN en zonas que no codifican proteínas y también otras porciones en las que la secuencia de ADN se repite. El resultado es un cromosoma simplificado que, sin embargo, funciona a la perfección al ser introducido en la levadura.
Las modificaciones que ha incluido Boeker en sus levaduras servirán para eliminar genes de forma más fácil y progresiva, adivinar su función y llegar por fin al equipamiento esencial, la versión más sencilla de la vida. Además, Boeke y su equipo consideran que cambiar a voluntad cromosomas completos de las levaduras puede hacer más fácil y viable obtener fármacos, como la artemisina, o vacunas, como la de la hepatitis B.