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Christina Fernández se prepara para celebrar la década del kircherismo en el poder
El oficialismo argentino ultima hoy los preparativos de la conmemoración, este sábado, de los diez años del kirchnerismo en el poder, una "década ganada", según la presidenta, Cristina Fernández.
El 25 de mayo de 2003, el peronista Néstor Kirchner asumía el poder con un apoyo de sólo el 22 % de los votos, en una Argentina devastada por la crisis económica, con la promesa de sacar al país del "infierno" y llevarlo, al menos, al "purgatorio".
Sin reservas monetarias, deudas por 180.000 millones de dólares, un tejido productivo destruido, con una tasa de paro del 24 % y un nivel de pobreza que llegó al 57 %, Kirchner negoció la deuda, incentivó el consumo y reactivó la industria local.
Sucedido por su esposa, Cristina Fernández, en 2007, el modelo económico se mantuvo hasta su muerte, en 2010, cuando la presidenta modificó la fórmula para frenar el impacto de la crisis internacional y aumentar el gasto público.
El resultado: diez años consecutivos de crecimiento, algo inédito en Argentina, caída de la pobreza en más de 50 puntos y una tasa de paro del 8 %, pero a costa de caer en el déficit fiscal, restringir el uso de divisas, alimentar la inflación y arrastrar un grave problema energético pendiente.
En medio, polémicas decisiones como el conflicto con las patronales agrarias, la nacionalización de los fondos de pensión (2008) y las expropiaciones de Aerolíneas Argentinas (2009) y del 51 % de las acciones de la española Repsol en la petrolera YPF (2012), y el enfrentamiento con los medios, en especial con Clarín, el mayor multimedia del país.
Además de la economía, otro de los pilares del "modelo K" ha sido la política de derechos humanos y el empeño de los Kirchner en sentar en el banquillo a represores de la dictadura militar -como el recientemente fallecido Jorge Videla- que se habían beneficiado de la amnistía de Carlos Ménem.
El Gobierno "está ejerciendo el poder en su plenitud. Con un régimen de hiperpresidencialismo sin antecedentes desde 1983", matiza Fraga, que recuerda que el kirchnerismo ha sido la versión argentina de un fenómeno de Gobiernos estables del mismo signo político que, con independencia de las ideologías, se ha repetido en varios países de la región, como Brasil o Colombia.
Ahora, Fernández afronta el reto de unas elecciones en el ecuador de su mandato, el próximo octubre, que serán decisivas para definir el rumbo del modelo "k" y su propio futuro político.
Un modelo que el diputado oficialista Agustín Rossi define en tres palabras: "Equidad, justicia e igualdad", y que para el opositor Julián Obiglio se resume en "menos democracia y mayor autoritarismo". EFE