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La OEA llamó al diálogo a ambos ejecutivos

Chile y Bolivia se enfrentan ahora por una supuesta "base militar"

El presidente Evo Morales visitó el pasado abril las aguas del Silala en el sureste de Bolivia.
El presidente Evo Morales visitó el pasado abril las aguas del Silala en el sureste de Bolivia.
AFP
13 de mayo de 2016 - 00:00 - Alejandro Tapia, corresponsal en Chile

La tensión entre Chile y Bolivia no cesa. A pesar de que la demanda marítima boliviana se encuentra en los tribunales de La Haya, cada mes surge un nuevo impasse, con declaraciones de ambas partes. Es un enfrentamiento mayoritariamente verbal que no tiene fin. Esta vez, la última confrontación entre los países, que no cuentan con relaciones diplomáticas desde 1978, no comenzó a raíz del debate en la Corte Penal Internacional, sino de las aguas del Silala.

La controversia entre chilenos y bolivianos estalló después de que el presidente Evo Morales denunciara que Chile supuestamente instaló una base militar de alta tecnología a solo 15 kilómetros del curso hídrico del Silala, en la frontera entre ambas naciones. “Esta instalación es una agresión a la vida, la Patria y a Bolivia. Estamos convencidos de que no es el pueblo chileno, sino grupos oligárquicos, con pensamiento colonial, que instalan bases militares para agredir al pueblo boliviano”, dijo el mandatario el domingo.

“No estamos en tiempos de invasión, sino en tiempos de integración de los pueblos. En Chile gobierna el Partido Socialista y el Partido Comunista, no puedo entender que (estas agrupaciones) sean militaristas”, dijo Morales, en alusión a la Nueva Mayoría de Michelle Bachelet, alianza que agrupa tanto a socialistas como a comunistas, pero también a democratacristianos.

La respuesta por parte del Gobierno chileno no se hizo esperar. “Es totalmente infundada la acusación del presidente boliviano, no existe tal supuesta instalación militar. Lo que ha habido es una intensificación del patrullaje militar en territorio chileno para impedir los ataques contra civiles, robos, contrabando y narcotráfico provenientes de Bolivia, lo cual ha tenido el efecto de disminuir notoriamente esos actos delictivos”, señaló la Cancillería chilena.

Pero el ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Heraldo Muñoz, fue más allá y aseguró que la única instalación militar cercana al río Silala se encuentra en el lado boliviano, a 1,5 kilómetros de la frontera con Chile. “Bolivia debiera responder por esa presencia militar permanente en la frontera”, afirmó la Cancillería. En Santiago, la denuncia de Evo Morales es vista como un intento por vincular aquello con la reciente decisión de Bolivia de recurrir a la Corte de La Haya por el uso de las aguas del Silala.

Luego, Bolivia denunció supuestas “contradicciones” por parte de las autoridades chilenas. El propio mandatario boliviano afirmó que el canciller de Chile, Heraldo Muñoz, “dice que no hay una base militar, que lo que ha habido es una intensificación de patrullaje militar en territorio chileno, sin embargo queremos demostrar la contradicción en las autoridades chilenas, en documentos oficiales del Ministerio de Defensa dice textual que la base militar patrulla Cariquima presentará ayuda a la comunidad de Tarapacá”.

De todos modos, Morales luego acotó que “para nosotros sigue siendo importante el diálogo abierto y sincero”. Pero tras esto, intervino José Miguel Insulza, exsecretario general de la OEA y actual agente de Chile ante La Haya, quien indicó que “yo espero que él (Evo Morales) no quiera guerra, sería un error de su parte. No creo que sea eso, es más bien la propaganda, la campaña, la base de la campaña de Bolivia es Bolivia débil y pequeño y Chile grande y abusador, entonces eso es parte de este juego, no reconocer ninguna de las cosas que hacen ellos e indagar sobre cosas que hacemos nosotros”.

En la Guerra del Pacífico, a fines del siglo XIX, Bolivia perdió 400 kilómetros de litoral y 120 mil kilómetros cuadrados de territorio. En 2013, el gobierno de Evo Morales presentó una demanda contra Chile en La Haya, con el objetivo de obligar al Gobierno chileno a negociar una salida al mar. Bolivia considera que en las últimas décadas hubo ofrecimientos y hasta negociaciones truncas con Chile para un acceso al mar.

La disputa por el Silala

Bolivia reclama su soberanía sobre el manantial del Silala, una fuente de agua que se origina en el departamento de Potosí, en el sureste de Bolivia, a 4 kilómetros de la frontera con Chile, país que canalizó artificialmente (desde 1908) el curso del agua para abastecer a sus ciudades del norte.

El Gobierno de La Paz asegura que unos 180 litros de agua por segundo fluyen por un sistema artificial de acueductos hacia Chile, que la aprovecha para su uso en Chuquicamata, la mina de cobre a cielo abierto más grande del mundo. Por el uso de este recurso hídrico, Chile no le otorga ninguna bonificación a Bolivia, un hecho que este cataloga de “ilegal y abusivo”.

Por su parte, Chile argumenta que el Silala se trata de un “río de cause natural e internacional”, el cual nace en Bolivia, cruza la frontera hacia Chile y desemboca en Río San Pedro de Inaca-liri, en la cuenca hidrográfica del Pacífico. Así pues, plantea que esas aguas les pertecene a ambos países. (I)

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