Brasil: opositores salen a las calles para pedir renuncia de Rousseff

Cientos de miles de personas salieron a las calles desde las primeras horas de la mañana en Brasil para reclamar la renuncia de la presidenta Dilma Rousseff, convocados por sectores opositores que utilizan el argumento de la lucha contra la corrupción para pedir la caída del gobierno del Partido de los Trabajadores (PT).

En la capital, Brasilia, unas 100.000 personas se manifestaban según la policía, mientras que en Rio de Janeiro, la playa de Copacabana aparecía colmada con carteles de "Fuera Dilma" y reclamos para la prisión del expresidente Luiz Inácio Lula da SIlva. Por la tarde, Sao Paulo, con la presencia de líderes de la oposición, debe ser el gran foco de la protesta, que para el Partido de los Trabajadores es parte de una "maniobra golpista".

La manifestación que estaba prevista desde diciembre ocurre 4 días después de que 3 fiscales de Sao Paulo pidieran -aún sin éxito- la detención del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva por ocultación de patrimonio, una denuncia que no obtuvo eco en el arco opositor pero que ayudó a levantar el ánimo de los movimientos opositores.

La presidenta Rousseff sigue la jornada de manifestaciones -que se extienden a capitales como Maceió, Recife, Salvador, Porto Alegre, Curitiba, Belém y Belo Horizonte- en el Palacio de la Alvorada, en Brasilia, a unos 3 kilómetros de las manifestaciones.

El reclamo está alentado por el escándalo de corrupción que es investigado desde 2014 dentro de la empresa estatal Petrobras y que ha frenado la agenda política y económica del país.

El gobierno se encuentra en una situación de fragilidad porque el vicepresidente Michel Temer, del Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB), el sábado evitó defender a la mandataria durante la convención de su fuerza.

La convenc ión delo PMDB -cuyos jefes están en la mira del Supremo Tribunal Federal por supuesta corrupción en el caso Petrobras- determinó que ningún afiliado debe sumarse al gobierno, algo que rechazó parte del partido que sigue fiel a la presidenta. En 30 días el PMDB

A la par de las manifestaciones opositoras, grupos de izquierda y sindicatos se manifestaron frente a la casa del expresidente Lula al grito de "No habrá golpe" y a favor del gobierno del PT.

Lula fue blanco de un operativo policial el 4 de marzo cuando fue llevado en forma arbitraria según juristas a declarar por su supuesta vinculación con constructoras que corrompieron a exfuncionarios de Petrobras. La acción fue capitaneada por el juez Sergio Moro, el hombre más defendido durante las manifestaqciones de este domingo.

Moro participó esta semana de eventos empresariales de corte político: estuvo en un acato sobre corrupción y empresas con el precandidato a alcalde de Sao Paulo por el opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), Joao Doria Jr, sustentado por el gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin.

El jueves, Moro compartió un seminario con William Waak, segundo principal conductor de la TV GLobo, que el sábado por la noche negó un derecho de respuesta al expresidente Luiz Lula da Silva para intentar aportar su versión de los hechos en la emisora más poderosa del país.

En Sao Paulo, la manifestación fue convocada por grupos ultarderechistas, como Movimiento Brasil Libre, de Kim Kataquiri, el joven neoconservador que arrastró al PSDB hacia sus filas. En su columna en Folha de Sao Paulo, Kataguiri dijo que "para derrotar al PT y sacar a Dilma del poder los brasileños necesietan unirse y crear un robot como el de sus héores de la infancia, los Power Rangers.

El senador Aecio Neves, citado por corruptos confesos en la investigación de Moro pero nunca investigado, es uno de los convocantes. El gobernador de Sao Paulo determinó que el metro, este domingo, sea gratis para que los opositores puedan ir a la manifestación.

El sábado la presidenta pidió manifestarse sin violencia y el viernes había rechazado dejar el cargo.

El caso de corrupción en Petrobras no tiene a Dilma como acusada pero la crisis puede empeorar si se comprueba qu ealguna empresa constructora aportó en su campaña dinero originado en ilícitos con empresas públicas, tal como alienta la oposición, que tambíen obtuvo fondos de las mismas compañías investigadas. (I)