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Hungría creará una valla de 4 metros de altura para impedir el ingreso de los indocumentados

Atrapados entre Francia e Italia

Policías italianos desalojan a una familia de inmigrantes de la frontera entre Italia y Francia en la ciudad italiana de Ventimiglia. Foto: AFP
Policías italianos desalojan a una familia de inmigrantes de la frontera entre Italia y Francia en la ciudad italiana de Ventimiglia. Foto: AFP
18 de junio de 2015 - 00:00 - Agencias

“Yo no quiero ir a Francia. Quiero pasar, solo pasar, para ir a Noruega. Allí tengo primas y familia”, explica Saddam Ahmed, un joven estudiante de fisioterapia sursudanés de 19 años, que espera la reapertura de la frontera en la ciudad italiana de Ventimiglia.

Sobre una improvisada cama acomodada cerca de las rocas, Ahmed, que llegó a Italia a bordo de un pesquero procedente de Libia con otras 610 personas, señala que pretende llegar a Europa para encontrar “otro planeta” y asegura que esperará a la apertura de la frontera “el tiempo que sea necesario” porque no tiene otra opción.

Al menos 200 migrantes, en su mayoría potenciales solicitantes de asilo, se concentran desde hace una semana en Ventimiglia, en la frontera con Francia, a la espera de que las autoridades galas les permitan el paso al país vecino. Francia decidió  establecer controles más férreos en su frontera italiana y prohibir el paso a quienes no cuenten con un permiso de permanencia legal en la Unión Europea (UE).

Pero ante la presión de Italia, el  gobierno francés anunció ayer la creación de 10.500 nuevas plazas para el alojamiento de solicitantes de asilo y refugiados, como parte de un plan para responder a las consecuencias de la crisis migratoria en Europa, declaró el ministro del Interior galo, Bernard Cazeneuve.

Los migrantes, mayoritariamente procedentes de África, se agolpan en la estación de Ventimiglia (una ciudad de poco más de 20.000 habitantes). Allí las autoridades y la Cruz Roja han instalado duchas y baños, además de un furgón ambulatorio. El alcalde, Enrico Ioculano, estima que cada tarde llegan alrededor de 80 personas procedentes de otras estaciones de Italia.

Otro grupo numeroso permanece acampado en la escollera del puerto, sin condiciones mínimas de sanidad e higiene.
No solo Ventimiglia se ha convertido en destino para los migrantes. En Roma, el centro cultural Baobab, que dirige Daniel Zagghay, acoge a cientos de personas. “Hasta 850  personas” en los últimos días, señala. Además, otro grupo de 150 migrantes vive y duerme en un campamento detrás de la estación de Tiburtina y espera a ser realojado en un centro de acogida municipal, pero aún no se sabe cuándo estará listo para recibirlos, según explicó una portavoz de Cruz Roja.

El cierre fronterizo es una decisión polémica que se enmarca dentro del reparto de cuotas a la inmigración que se discute en la UE.

La llegada masiva de inmigrantes económicos y solicitantes de asilo a las costas de los países del sur de la  UE ha provocado tensión en el bloque. La mayoría de países rechaza el sistema de cuotas propuesto por la Comisión Europea, para repartir entre Estados miembros a 40.000 demandantes de asilo llegados a Italia y Grecia desde el pasado 15 de abril.

El gobierno conservador nacionalista de Hungría, incluso anunció ayer que construirá una valla de 4  metros de altura a lo largo de su frontera con Serbia, para frenar la inmigración ilegal.

Con 53.000 personas, Hungría es uno de los países europeos que más inmigrantes ilegales ha registrado en lo que va del año, en su mayoría procedentes de Oriente Medio y Kosovo. (I)

La isla griega de Lesbos está desbordada

En Grecia se vive otra situación de emergencia por las llegadas por mar a sus islas del Egeo septentrional y el Dodecaneso.

Las condiciones de acogida para los refugiados están empeorando, según advirtió el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), a pesar de los considerables esfuerzos de las autoridades locales y la sociedad civil.

Desde principios de año, más de 55.000 refugiados han alcanzado Grecia por vía marítima desde Turquía. Las islas que reciben la mayor cantidad de refugiados son Lesbos (con unas 21.600 llegadas), Quíos (9.400), Cos (8.900), Leros (3.900) y Samos (3.500), aunque también están llegando a otras zonas de Grecia.

Más del 90% de estas personas proceden de países que están sufriendo guerras y conflictos, principalmente de Siria (más del 60% de las llegadas en 2015), Afganistán, Irak y Somalia.

El Gobierno de Alexis Tsipras anunció un plan de emergencia que contempla el traslado de los recién llegados desde las islas a todo el país, ya que no disponen de las infraestructuras necesarias y con frecuencia se producen hacinamientos. También pidió más apoyo a sus socios con el fin de gestionar el flujo de personas que llegan por vía marítima, tras asegurar que los guardacostas están desbordados. (I)

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