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Rechazan el impuesto a las ganancias que grava los salarios
Argentina se paraliza por huelga
Con piquetes de grupos de izquierda en los principales accesos a Buenos Aires y otras grandes ciudades del país que impidieron el libre tránsito de vehículos, gremios opositores realizaron ayer un paro nacional contra el gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. La medida se realizó en reclamo de cambios en el impuesto a las ganancias, que tributa el salario y que el gobierno considera vital para sus partidas de inversión social.
La huelga paralizó el transporte de pasajeros en las grandes ciudades. No hubo ómnibus, trenes, metro, ni aviones. Tampoco bancos, recolección de residuos y expendio de gasolina. El acatamiento en comercios fue dispar. “Hubiera trabajado el 95% de la gente, pero no pueden porque no tienen con qué viajar”, dijo el jefe de gabinete, Aníbal Fernández.
Las escuelas, públicas y privadas, estuvieron abiertas, aunque lucieron semivacías por la imposibilidad de docentes y alumnos de viajar normalmente. Se trató del cuarto paro nacional contra el gobierno de Fernández, a casi siete meses de las elecciones presidenciales de octubre próximo.
La huelga nacional, de 24 horas, fue impulsada por una alianza de 22 gremios del transporte y se sumaron la Confederación General de Trabajo (CGT), que lidera el dirigente camionero opositor Hugo Moyano; la llamada CGT Azul y Blanca, del gastronómico Luis Barrionuevo, y la Central de Trabajadores de Argentina (CTA disidente), de Pablo Micheli. La CTA oficialista, que encabeza el maestro Hugo Yasky, no se adhirió a la medida.
Barrionuevo consideró que el paro fue “total”. “El ‘rusito’ Kicillof no tiene respuesta” a los reclamos de los trabajadores, aseguró el dirigente gremial, con un comentario despectivo sobre el origen judío del ministro de Economía, Axel Kicillof. Barrionuevo intentó minimizar sus dichos diciendo que el mote “no es ofensivo”, ya que “así le dicen”, según él, en el gobierno. Advirtió: “vamos camino a un paro de 36 horas, ya lo hemos conversado con Moyano y Micheli. Esto es irreversible”. El paro sería convocado para la segunda quincena de mayo.
El gobierno rechazó en los últimos días subir el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias a partir del cual tributa el salario. Aníbal Fernández dijo que “debe ser entre el 7 u 8% de trabajadores a los que alcanza el impuesto. Están parando por defender los sueldos altos de trabajadores de otros gremios”, indicó.
El impuesto a las ganancias que grava los salarios en escala progresiva de 9% hasta 35% se aplica sobre los sueldos brutos a partir de 15.000 pesos (unos $ 1.700).
Para Kicillof, el impuesto tiene “un impacto mínimo” y solo afecta al 10% del universo de los trabajadores que son los que más ganan. La huelga, prosiguió, “parecería un ataque a la política de Estado” porque los fondos generados por el impuesto a las ganancias “no van al Estado sino a sostener la política de Estado” a favor de los sectores menos favorecidos a través de subsidios o planes sociales.
Los gremios opositores sostienen que no están en contra del tributo, pero advierten que numerosos trabajadores que ganan poco más de 15.000 pesos se ven afectados por el impuesto licuando el porcentaje de aumento salarial que logran cada año en negociaciones paritarias siguiendo el ritmo de la inflación. Y al no elevarse el mínimo no imponible son cada vez más los trabajadores que pagan el tributo. Un sueldo de 15.000 pesos engloba a un trabajador de clase media.
El impuesto a las ganancias es el tercero más importante en cuanto a volumen de ingresos para el Estado detrás del IVA y los impuestos sobre la nómina salarial. En febrero pasado, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) recaudó 25.165 millones de pesos ($ 2.837 millones al cambio oficial y $ 1.994 en el mercado negro) por concepto de ganancias. La cifra representó el 23,7% del total recaudado por el organismo, según el sitio Apertura.com.