Argentina paga bono y anuncia salida de "corralito" bancario

Argentina pagó este viernes la última cuota de un bono por 2.197 millones de dólares y dio por concluido el "corralito", que en 2001 había congelado 70.000 millones de dólares en los bancos, durante la peor crisis económica del país, informó el Ministerio de Economía.

"Terminamos de pagar el corralito", anunció la página de internet del Ministerio a las 10H13 locales (13H13 GMT) al llegar a cero un reloj que marcaba la cuenta regresiva para el pago de la octava y última cuota del Boden 2012.

"Sin deuda somos más libres", añadió el anuncio sobre la liquidación del bono emitido en 2005 por un monto total de 19.600 millones de dólares.

La presidenta Cristina Kirchner dijo la noche del jueves, en un acto en la Bolsa de Buenos Aires, que la cancelación del Boden 2012 "no es para festejar" porque "las deudas no se festejan" y sostuvo que cumplir con las obligaciones "no debería ser ningún mérito".

"Pero lo cierto es que se convierte en meritorio en una Argentina que permanentemente bicicleteaba su deuda y la terminó defaulteando (cayendo en cese de pagos). Y es también muy virtuoso hacerlo en un mundo donde todo se está derrumbando", señaló.

"Los Boden 2012 no es otra cosa que el dinero que debían haberle devuelto los bancos a los ciudadanos y ciudadanas argentinas", consideró la Mandataria, que apuntó que el endeudamiento siempre lo termina pagando el Estado.

En total se han emitido 19.600 millones de dólares de estos títulos que se fueron cancelando en cuotas desde 2005 y la última fue la que venció hoy.

Fernández dijo que el 22% de los tenedores de esos títulos están en Argentina, mientras que el restante 78% corresponde a titulares en el extranjero.

El "corralito" fue uno de los hechos más traumáticos de la debacle económica que derivó en la caída del entonces gobierno de Fernando de la Rúa (1999-2001), el 20 de diciembre de 2001, en medio de una rebelión popular que dejó una treintena de muertos.

Cuatro días más tarde de la caída de De la Rúa, Argentina declaraba un default por 100.000 millones de dólares, el más abultado de la historia.