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Argentina se paraliza contra medidas de Mauricio Macri

Una ciudadana compra ropa en un mercado de trueque, por la alta inflación, en Monte Grande, provincia de Buenos Aires.
Una ciudadana compra ropa en un mercado de trueque, por la alta inflación, en Monte Grande, provincia de Buenos Aires.
Foto: EFE
25 de septiembre de 2018 - 00:00 - Marcelo Izquierdo, corresponsal en Buenos Aires

Argentina se paralizará este martes 25 de septiembre con una huelga nacional de 24 horas convocada por las tres centrales sindicales del país contra la política económica de Maurcio Macri.

La medida de fuerza en realidad comenzó el lunes al mediodía con un paro de 36 horas organizado por las dos centrales obreras minoritarias agrupadas en la Central de Trabajadores de Argentina (CTA, de izquierda) que incluyó incidentes aislados y una movilización a la histórica Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, sede de gobierno.

 Este martes el paro se perfila contundente ya que a la huelga de las dos vertientes en que está dividida la CTA se sumará la poderosa Confederación General del Trabajo (CGT, peronista), en momentos en que Macri se encuentra en Nueva York para buscar tranquilizar a los mercados internacionales y ampliar la ayuda por 50.000 millones de dólares acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

 Si bien este martes no están previstos actos ni movilizaciones obreras,  no habrá ningún tipo de transporte público (incluso el metro de Buenos Aires cerró sus puertas el lunes a las 20 horas locales) ni bancos, gasolineras, recolección de residuos, vuelos nacionales e internacionales, clases en cualquier nivel de la enseñanza pública y atención hospitalaria, salvo en casos de emergencia. Incluso se vislumbra una adhesión importante del comercio cuyo sindicato adhirió a la protesta.

 La medida de fuerza será la cuarta convocada por la CGT contra el gobierno de Macri, que asumió el poder en diciembre de 2015. El país atraviesa una grave crisis económica estancado en una virtual recesión, aumento de la pobreza, caída de la industria y de los ingresos, una inflación que superará el 40% anual y una devaluación del peso de un 100% este año. El desempleo además aumentó al 9,6% en el segundo trimestre, en relación al 8,7% de igual período de 2017, reveló el estatal Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

Mientras el país es abrazado por una ola de protestas sociales y gremiales, el presidente Macri cerró el lunes en Nueva York una ampliación del acuerdo con el FMI que conllevará “más apoyo” y fondos por hasta 5.000 millones y aseguró que “no hay posibilidades” de que Argentina vuelva a caer en default, como en diciembre de 2001.

“No hay posibilidades” de que eso ocurra, dijo el presidente a la agencia Bloomberg y sostuvo que el país atravesará otros “cuatro o cinco meses” de recesión antes de lograr una recuperación económica. “No hay plan B”, dijo Macri, quien volvió a coquetear con la posibilidad de ir por la relección en los comicios de 2019. “Estoy listo para competir”, sostuvo.

   El presidente se encuentra en Nueva York para intentar apaciguar a los mercados internacionales con una serie de reuniones en Wall Street, entrevistas con medios internacionales y un discurso ante la asamblea general de las Naciones Unidas.

   Pero lejos de allí, en Buenos Aires, el panorama se complica cada vez más. Las dos secciones de la CTA, que se divieron hace años por el respaldo de un sector al gobierno “kirchnerista”, iniciaron el lunes un paro de 36 horas que provocó varios cortes de calles, algunos incidentes, en especial en el puente Pueyrredón que une la capital con la zona sur del Gran Buenos Aires y una movilización a Plaza de Mayo. Allí se realizó un acto central que congregó a miles de militantes sociales, de partidos de izquierda y obreros del poderoso sindicato de camioneros que lidera el extitular de la CGT, Huyo Moyano, alejado de la central obrera peronista, así como de otros gremios como el que agrupa a los empleados estatales (ATE).

Las dos CTA pararon contra el acuerdo con el FMI, el ajuste y la política económica del gobierno. “Hay dos millones de personas que no llegan al final del día. Ya no estamos hablando de llegar a fin de mes, estamos hablando del día”, graficó el secretario general de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky.

Desde el lado de la CGT, uno de sus tres titulares, Carlos Acuña, dijo que “el mensaje al gobierno es que escuche la voz del pueblo. El martes va a ser un paro contundente para que el gobierno cambie la política económica. En los discursos dicen que vamos bien y la prueba que no es así está a la vista de todo el mundo”, concluyó.

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