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Allende: “Respaldamos las iniciativas que permitan mejorar la democracia”
Desde que estallaron los escándalos de presunta corrupción en Chile, que afectan tanto a miembros de la oposición como a figuras de la alianza oficialista Nueva Mayoría de Michelle Bachelet, los chilenos han seguido con atención los cambios en las cúpulas de los partidos políticos. La Democracia Cristiana (DC) y la opositora Unión Demócrata Independiente (UDI) han anunciado a sus nuevos timoneles. Pero el pasado domingo, todas las miradas estuvieron puestas en los comicios para elegir al nuevo presidente del Partido Socialista (PS), la agrupación de Bachelet.
Junto a la DC, el PS es el partido más importante de la Nueva Mayoría, por tanto su directiva es clave y más aún en medio del delicado momento que atraviesa el gobierno de Bachelet. En los comicios del domingo pasado se presentaron dos alternativas opuestas: una encabezada por la senadora Isabel Allende, hija del expresidente Salvador Allende, fiel y cercana a Bachelet, y otra lista liderada por el exsenador Camilo Escalona, crítico de la administración bacheletista, pero figura de peso al interior de la Nueva Mayoría.
De 18.000 votos válidamente emitidos de los militantes socialistas, la lista de Isabel Allende obtuvo 10.333 votos, mientras que Escalona logró 6.199. Otras dos candidaturas sumaron 1.538. Dada la tendencia a su favor, Allende se declaró ganadora la misma noche del domingo, aunque Escalona llamó a esperar los resultados. Pero en la mañana del lunes, Escalona reconoció su derrota, aunque se negó a felicitar a su rival, dado que las elecciones del PS son indirectas. Así, son los miembros del Comité Central del PS los que deben elegir al presidente o presidenta del partido, el próximo 15 de mayo.
El Comité Central del PS tiene 112 miembros, pero Isabel Allende habría logrado más del doble que su contendor. De esta manera, Allende será, por primera vez, la presidenta de uno de los partidos políticos más grandes e importantes de Chile. Escalona ya había sido en cinco ocasiones. “La nueva y la vieja guardia”, como señaló el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo.
Tras dejar la presidencia del Senado, la hija de Allende dirigirá el Partido Socialista en los próximos dos años. En la campaña, el lema de Allende fue apoyo total a Bachelet y a sus reformas, mientras que Escalona había advertido que “debemos estar preparados ante un eventual agravamiento de la situación, pues si se diera el caso que se confirmaran los trascendidos y un número elevado de congresistas quedara involucrado, dañándose en forma irremediable la legitimidad del actual Parlamento, habría que abrir paso a una solución institucional recurriendo, como corresponde en democracia, a la decisión de la soberanía popular”.
Allende, por su parte, ha dicho que “respaldamos todas las iniciativas que permitan mejorar la calidad de la democracia, la transparencia y la probidad”. La senadora socialista es una de las figuras políticas con mejor imagen en Chile. Incluso, hace algunos meses ella misma se abrió a la posibilidad de ser carta presidencial en 2017, aunque luego intentó bajarle el perfil a esta alternativa.
Sin embargo, tras su triunfo en las elecciones del PS podría volver a surgir como la candidata presidencial de la Nueva Mayoría. Isabel Allende, de 69 años, además, ha encarnado la lucha de los sectores más postergados de la sociedad chilena, especialmente en materia de derechos humanos.
Pero su discurso, tanto político como familiar, no ha sido estridente y eso ha sido valorado por parte importante de la sociedad chilena.
El 11 de septiembre de 1973 fue la última persona que logró ingresar al palacio de La Moneda antes del bombardeo. Luego, el presidente Allende ordenó la salida de todas las mujeres. Solo dos de las tres hijas de Allende se mantienen con vida: Isabel y Carmen Paz, mientras que Beatriz se suicidó durante su exilio en Cuba, al igual que Laura, hermana del exmandatario. (I)