37 municipios de Brasil cancelan fiestas de carnaval por la crisis

Río de Janeiro, en estado de calamidad financiera, le ha dado rienda suelta a los cinco días del carnaval con la entrega de las llaves de la ciudad al Rey Momo, que gobernará por ese lapso, hasta el miércoles de cenizas, a la ciudad maravillosa.

Pero el estado de gracia de las masas que salen a las calles y se movilizan por turismo en el feriado de carnaval contrasta con la realidad de un país en recesión, con 12 millones de desocupados y una agenda marcada por el Poder Judicial y la Operación Lava Jato.

La crisis, aunque no lo parezca, ha llegado al carnaval de Brasil, ya que por lo menos 37 ciudades medianas y pequeñas de 13 estados  suspendieron o redujeron drásticamente los festejos y desfiles.

El caso más emblemático es el de la comarca serrana de Sao Luiz de Paraitinga, en el estado de Sao Paulo, famoso por un carnaval colonial con instrumentos de viento por las calles empedradas que congrega a miles todos los años.

“Tenemos deudas con equipamientos médicos y todavía con gastos del carnaval pasado”, explicó un portavoz de la municipalidad de Sao Luiz de Paraitinga para explicar el cese del Carnaval.

Son 37 ciudades las que cancelaron estas festividades por temor a que los presupuestos se hundan más en el rojo o simplemente las autoridades anunciaron medidas concretas, como la compra de ambulancias con el dinero que no se gastarán en la fiesta.

Es el caso de Curitiba, capital del estado sureño de Paraná, que resolvió no apoyar desfile alguno, dejando el tema en manos de la iniciativa privada, que apenas organizará fiestas con perfil menos popular.

En el estado de Paraná, la ciudad agrícola de Tibagi, que tiene un carnaval tradicional de 107 años, redujo al 50% su presupuesto: es una ciudad de 20.000 habitantes que reúne a 80.000 el fin de semana de las celebraciones. Otras ciudades que han suspendido todo festejo por falta de presupuesto son las paulistas Batataes y Ribeirao Preto.

En Ribeirao Preto, poderoso polo azucarero del estado de Sao Paulo, fue cancelado el desfile oficial de carnaval por falta de presupuesto pero también porque la fiscalía investiga el desvío de $ 70 millones de la municipalidad que habían sido usados en dos carnavales pasados.

En el estado de Río de Janeiro, la vibración del monumental carnaval en la ciudad maravillosa, la capital, no se replicará en siete municipios.

El caso más emblemático es el de la ciudad de Araruama, interior del estado de Río, donde la alcaldesa laborista Livia Bello firmó un decreto para transferir 110.000 dólares destinados a los desfiles a comprar equipamientos para los hospitales municipales.

El combate a la sequía fue el motivo para que Barreiras, oeste del estado de Bahía, suspendiera el carnaval. También en el estado de Bahia el alcalde de Brumado, Eduardo Vasconcelos, canceló no solo los gastos sino que dijo que  se trabajará el lunes y martes próximos. “No podemos gastar y no tener médicos en las salas de primeros auxilios”, dijo.

Los desfiles más importantes ocurrirán este domingo y lunes en el sambódromo Marqués de Sapucaí, en Río, con la presentación de las escuelas de samba.

Se espera que más de 60 millones de personas se movilicen por el país al ritmo del carnaval o para aprovechar el feriado como turismo.

El Congreso suspendió sus labores por 10 días debido al carnaval, acompañando las fiestas ininterrumpidas que se registran durante todo el reino del Rey Momo en ciudades del nordeste como Salvador, Bahia, Recife y Pernambuco. (I)

Un hombre hace disfraces para la escuela de samba Arranco do Engenho de Dentro en Río de Janeiro, Brasil. Foto: AFP