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En el viejo continente hay una provisión limitada de plazas de reasentamiento y admisión humanitaria
21.000 refugiados y migrantes intentaron llegar a Europa por el Mediterráneo en 2015
La ruta del Mediterráneo hasta Europa sigue siendo la más peligrosa y letal del mundo, y a pesar de esos riesgos de vida miles de personas refugiadas y migrantes tratan de tomarla. De acuerdo a un informe elaborado por la organización humanitaria Amnistía Internacional (AI) y titulado ‘La vergüenza de Europa, a pique: Omisión de socorro a refugiados y migrantes en el mar’, ese viaje por el Mediterráneo es realizado por miles de personas al año impulsados por el peligro al que se enfrentan en sus países de origen, las penurias que sufren en los países vecinos de acogida, el cierre de las rutas terrestres, la provisión, extremadamente limitada, de plazas de reasentamiento y admisión humanitaria, y la insuficiencia de los canales regulares de migración.
El documento destacó que mientras los gobiernos europeos no ofrezcan rutas adecuadas, seguras y regulares hacia Europa, “la gente seguirá emprendiendo viajes peligrosos”.
“Miles de personas que huyen del conflicto, la persecución y la violencia tratan de alcanzar la seguridad en Europa. Otras escapan de la pobreza. Muchas viajan por mar. Pese al riesgo que entraña la travesía del Mediterráneo -que en 2014 se cobró 3.500 vidas-, y pese a las malas condiciones meteorológicas, en los primeros tres meses de este año se alcanzaron cifras récord de personas refugiadas y migrantes que intentaban llegar a Europa por mar: a Italia llegaron más de 21.000”, indicó el informe de AI.
“La decisión de Italia, de acuerdo con la Unión Europea (UE), de dar por concluida a finales de 2014 la operación Mare Nostrum -operación humanitaria de búsqueda y salvamento a cargo de la Marina italiana que salvó a decenas de miles de personas en el mar- no ha tenido el efecto disuasorio que algunos gobiernos europeos esperaban”, agregó.
Mientras que el final de Mare Nostrum no ha dado lugar a una reducción del número de personas que emprenden la travesía, “sí puede vincularse con un aumento de las muertes en el mar”.
El documento se dio a conocer días después del naufragio ocurrido el 12 de abril de 2015, en el que, según los supervivientes, se habrían ahogado más de 750 personas. El desastre hizo que la cifra estimada de personas muertas en el mar en los primeros tres meses y medio de 2015 superara con creces el millar. Se trata de una cifra 53 veces mayor que la cifra equivalente del mismo período de 2014.
En 2014, cuando la operación Mare Nostrum estaba en marcha, la proporción de muertes entre quienes emprendían la travesía era de una entre 50. En los primeros tres meses y medio de 2015, la proporción fue de una entre 23.
Según el informe de AI, la respuesta de los gobiernos europeos hasta la fecha ha consistido en el despliegue, el 1 de noviembre de 2014, por parte de Frontex -agencia de control de fronteras de la UE-, de la Operación Conjunta Tritón.
“Tritón, que es una operación de gestión de fronteras encomendada a patrullas fronterizas, y no una operación de búsqueda y salvamento, cuenta con barcos más pequeños, menos aviones y menos personal que Mare Nostrum. Sus recursos se despliegan más cerca de las costas italianas y maltesas que las de Mare Nostrum, y más lejos de la zona en la que tienen lugar la mayoría de los salvamentos”, indicó.
“Esos recursos se pueden enviar, y se han enviado, a operaciones de búsqueda y salvamento a petición de los centros de coordinación de salvamento marítimo pertinentes, de acuerdo con el derecho internacional del mar. Pero la contribución de Tritón de mejorar la capacidad de búsqueda y salvamento en el Mediterráneo central, aunque no es desdeñable, aún es insuficiente para hacer frente tanto a la necesidad actual de operaciones de búsqueda y salvamento como a la que se prevé para las próximas semanas y meses”, señaló el informe.
Para Amnistía, los gobiernos europeos “deben desplegar urgentemente más recursos en el contexto de una operación humanitaria multinacional dedicada a auxiliar a las personas refugiadas y migrantes en peligro en el Mediterráneo central, llevarlas a un lugar seguro y garantizarles el acceso a la protección internacional”.
Al mismo tiempo, los gobiernos de Europa “deben proporcionar opciones más seguras, que incluyan plazas de reasentamiento y admisión humanitaria, así como un aumento de los canales regulares de migración, en una escala que ofrezca una alternativa real a quienes están considerando emprender la travesía por mar”.
El documento indicó que más del 43% de las personas que cruzaron el Mediterráneo en 2014 eran refugiadas a primera vista. Según Frontex, el 46% de las más de 170.000 personas que llegaron a Italia en barco en 2014 eran de Siria o Eritrea. Muchas procedían también de Sudán, Afganistán o Irak.
“Los gobiernos europeos apenas les han ofrecido alternativas. Únicamente han prometido unas pocas plazas de reasentamiento y han brindado una admisión humanitaria limitada a los refugiados sirios que soportan condiciones de vida absolutamente inadecuadas en Líbano, Jordania, Turquía, Irak y Egipto”, agregó.
En los países vecinos de Siria y en Egipto hay inscritos más de 3,9 millones de refugiados.
Desde 2013, y hasta el 12 de marzo de 2015, los países de la UE han ofrecido 40.137 plazas de reasentamiento y admisión humanitaria (30.000 en Alemania). Entre 2012 y 2014, los 28 países de la UE recibieron, además, 186.305 nuevas solicitudes de asilo de ciudadanos sirios.
El informe de AI recomendó a los gobiernos europeos “desplegar con urgencia una operación humanitaria plurinacional que tenga como cometido salvar vidas en el mar Mediterráneo, desplegar recursos navales y aéreos de una magnitud acorde con las tendencias previsibles de salida y patrullar en alta mar a lo largo de las principales rutas de migración”. “Hasta que esta operación humanitaria esté en marcha, los gobiernos europeos deben proporcionar a Italia y Malta apoyo económico y/o logístico para que puedan aumentar su capacidad de búsqueda y salvamento”, señaló. “Para reducir las cifras de quienes emprenden la travesía por mar, los gobiernos europeos deben aumentar el número de plazas de reasentamiento, las admisiones humanitarias y los visados para las personas necesitadas de protección internacional, y deben garantizar que las personas refugiadas tengan acceso efectivo al asilo en las fronteras terrestres”, concluyó. (I)