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Muchos de los servicios de ferrys fueron desviados a Dunkerque

150 inmigrantes llegan a diario a Calais, en el norte de Francia

Inmigrantes de Sudán construyen una cabaña en el lugar conocido como “nueva jungla”, en el norte de Francia, en Calais. Foto: AFP
Inmigrantes de Sudán construyen una cabaña en el lugar conocido como “nueva jungla”, en el norte de Francia, en Calais. Foto: AFP
30 de julio de 2015 - 00:00 - Leonardo Boix, corresponsal en Londres

Al menos 10.000 inmigrantes indocumentados, la mayoría personas que escaparon en los últimos meses de conflictos de violencia en el norte de África, están congregados en el paso de Calais, en el norte de Francia.

Ellos esperan por cruzar el puerto inglés de Dover, mientras se agrava la mayor crisis de refugiados y también el caos en la red de transporte hacia ambas ciudades.

Hace algunos días el servicio de ferrys, que une los puertos de Dover y Calais, fue suspendido, provocando largas filas de camiones con acoplado y vehículos particulares de familiares que van de vacaciones de verano.

De acuerdo con el Ministerio del Interior británico, al menos 150 inmigrantes logran arribar a diario a un campo de refugiados a las afueras de Calais, con el fin de poder eventualmente cruzar Inglaterra.

Las condiciones de hacinamiento en el campo -llamado por la prensa como ‘La Jungla’- se han vuelto cada vez más graves y está alcanzando el nivel de “crisis humanitaria”, de acuerdo a organismos como Amnistía Internacional (AI) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

La crisis de refugiados llevó a las autoridades de Gran Bretaña a lanzar hace 20 días el Operativo Stack, con amplias medidas de emergencia para evitar que colapsen las rutas inglesas en dirección a Dover.

El Gobierno británico teme que miles de inmigrantes indocumentados alcancen las costas de Inglaterra a finales de agosto, y por ello desplegó un gran número de agentes de frontera en Dover y sus alrededores.

En los últimos días, varios inmigrantes intentaron ingresar al Eurotúnel -por donde circula el tren Eurostar-, y al menos una decena perdió la vida. Cada vez que se registra un intento de cruce ilegal, las autoridades del túnel suspenden los servicios.

La situación se ha empeorado por una huelga de empleados franceses de compañías de ferrys, como también de granjeros del país.

El problema tiene un fuerte impacto en los viajes de miles de familias británicas que buscan cruzar hacia Francia para iniciar sus vacaciones estivales.

El servicio de ferrys DFDS informó que la crisis es tan grave que la firma se verá obligada a suspender de forma intermitente el cruce a través del Canal de la Mancha en el período veraniego. Muchos de los servicios de ferrys fueron desviados hacia Dunkerque.

De inmediato se escucharon las voces del antiinmigración Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP), que pidió al gobierno tomar más medidas para evitar el caos.

Steven Woolfe, europarlamentario por la agrupación, sostuvo que al menos que se impongan restricciones para impedir el ingreso de inmigrantes indocumentados al campo de refugiados en Calais “no habrá respiro para Gran Bretaña”.

“Estos inmigrantes están cada vez más desesperados en su intento por cruzar el Canal y todo esto llevará a un verano infernal para muchos. El Gobierno de Francia debe aplicar su propia ley para evitar un mayor deterioro de la situación”, sostuvo.

Por su parte, analistas y expertos en finanzas indicaron que la crisis de refugiados podría afectar duramente la economía de Gran Bretaña debido a la cancelación de viajes turísticos, a través de Calais, y la suspensión en las rutas del sureste de Inglaterra, con filas de varios kilómetros de camiones con acoplado.

John Keefe, portavoz del Eurotúnel, afirmó que las actividades de cientos de inmigrantes en Calais “quienes intentan caminar por las vías, trepar vallas de alambre y acercarse peligrosamente a trenes en movimiento” se ha vuelto algo diario que lleva a suspender los servicios.

“Estamos frente a una crisis humanitaria y los gobiernos tanto de Francia como de Gran Bretaña deben responsabilizarse y tomar acciones serias para detener el flujo de inmigrantes al puerto (Calais)”, indicó Keefe.

“De otro modo, el impacto será notado en las economías británica y francesa. El valor del comercio que depende del Canal de la Mancha es estimado en 200.000 millones de libras esterlinas ($ 311.000 millones) al año. Son productos que terminan en los supermercados británicos. Son nuestras exportaciones. Los gobiernos de ambos países deben hacerse responsables y llevar soluciones, algo que hasta ahora no han hecho”, continuó.

Keefe explicó, además, que Eurotúnel distribuyó panfletos en 9 idiomas diferentes en el campo de refugiados de Calais, advirtiendo sobre los peligros de vida que se corre al ingresar por el túnel.

“Todos hablan de ‘los inmigrantes’ de una forma generalizada, pero ellos son individuos con historias y vidas reales, en muchos casos con historias trágicas que los llevó a esta situación. Están viviendo en condiciones espantosas en Calais, y solo quieren una cosa, poder llegar a Gran Bretaña para tener alguna esperanza de prosperar”, indicó el vocero de Eurotúnel.

El mes pasado, organizaciones de derechos humanos, como AI y el Grupo de Información y Apoyo a los Inmigrantes, exigieron una solución duradera y permanente a la crisis migratoria en Europa, sobre todo tras el desmantelamiento de los campamentos de refugiados en las ciudades francesas de París y Calais.

En ese sentido, la Comisión Europea, la rama ejecutiva de la Unión Europea (UE), llamó a sus 28 Estados miembros a apoyar su propuesta y reubicar a 40.000 migrantes, a medida que los barcos que los trasladan desde sus países de origen, de donde huyen de la pobreza y la guerra, siguen llegando a las costas italianas y griegas.

Según las Naciones Unidas, más de 100.000 inmigrantes cruzaron el mar Mediterráneo hacia las costas europeas desde que comenzó el año y, aproximadamente, 1.800 murieron en la peligrosa travesía.

Miles de personas ingresaron a Francia, a menudo en el intento de llegar a Gran Bretaña y otros países. Pero París y Londres son contrarias a recibir las cuotas de migrantes que propone la Unión Europea (UE), y la cantidad de personas que serían reubicadas en territorio francés equivale apenas a una “gota en el océano”, advirtió Stephan Oberreit, director general de Amnistía Internacional Francia.

“No podemos seguir buscando soluciones temporales. Las personas deben ser capaces de tener un proceso adecuado de su situación con la finalidad de acceder a la condición de refugiados y los migrantes deben tener refugio para que no tengan que estar en la calle y pasando hambre”, exhortó el activista. Lo que ocurre en Calais muestra cómo las políticas de migración han fallado en Europa. (I)

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