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El Telégrafo
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La premio nobel de la paz 1991, Aung San Suu Kyi, prometió transformar la nación en un Estado federal

1.800 delegados buscan la paz de Birmania

De izquierda a derecha: el presidente de Myanmar, Htin Kyaw; la consejera de Estado, Aung San Suu Kyi; y el vicepresidente Henry Van Thio.
De izquierda a derecha: el presidente de Myanmar, Htin Kyaw; la consejera de Estado, Aung San Suu Kyi; y el vicepresidente Henry Van Thio.
Foto: AFP
02 de septiembre de 2016 - 00:00 - Agencias AFP y Prensa Latina

Aung San Suu Kyi, Premio Nobel de la Paz 1991 y actual consejera de Estado y ministra de Exteriores, del primer gobierno democrático luego de la dictadura, inició el miércoles las negociaciones Panglong Siglo XXI con la finalidad de cumplir una de sus principales promesas electorales y personales: poner fin a las guerrillas de distintos grupos étnicos y crear un Estado federal en Birmania.

En la capital, Naypyitaw, 1.800 delegados en representación de grupos insurgentes, el Gobierno -que inició funciones el 30 de marzo de 2016-, los partidos políticos, las instituciones internacionales y observadores participaron en el proceso. La cita contó con la asistencia del secretario general de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, quien declaró que se trataba de una reunión “histórica” para el país en plena transición democrática.

Desde la independencia de Birmania, del imperio británico en 1948, se desarrollaron numerosos conflictos que asolan a la nación. Muchas minorías étnicas, 135 comunidades que representan a un tercio de la población, tomaron las armas para conseguir más autonomía frente a un gobierno que las ignoraba.

Pero este encuentro tiene fuertes reminiscencias históricas y emotivas para la Premio Nobel de la Paz. Se da casi 70 años después de que su padre, el general Aung San, héroe nacionalista birmano y exprimer ministro, convocó en la ciudad de Panglong un proceso similar. No obstante, su asesinato abortó la aplicación del plan y el país cayó en décadas de dictadura militar. Para su hija es primordial concluir la labor que su padre nunca pudo. Ella logró firmar con 8 grupos rebeldes un compromiso de pacificación.

¿Quiénes se niegan a participar?

El Ejército birmano -que controla el Ministerio de Defensa y de Interior- vetó la participación de 3 importantes grupos, el Ejército para la Alianza Democrática Nacional de Birmania (MNDAA), Ejército de Liberación Nacional Ta’ang (TNLA) y el Ejército de Arakan. Las fuerzas combaten de forma conjunta en el estado de Shan e instando a las minorías que se comprometan al desarmarse antes del diálogo. El portal El Mundo destacó que la idea fue aceptada por las facciones, pero que aún no logra un compromiso de todos.  

Birmania está en pleno desarrollo económico tras décadas de gobierno militar, pero las regiones rebeldes del norte y este del país, donde hay abundantes recursos naturales, siguen fuera del control del poder central. Para estas comunidades étnicas, los retos son solucionar las disputas sobre la repartición de tierras -áreas ricas en jade, oro  y estaño-. Asimismo, los grupos Shan se oponen a un proyecto de presa hidroeléctrica china en el río Salwin, mientras que los Kachin también impiden otra presa china. Ambas, comunidades se negaron a participar en las conversaciones.

La surcoreana Yanguee Lee, relatora especial de la ONU para Birmania, dio un informe resaltando que los derechos humanos son prioridad en el encuentro, así como la inclusión de las comunidades. Hasta ayer cerca de 700 representantes de los rebeldes aceptaron acudir a Naypyidaw. Sin embargo, numerosos participantes expresaron sus pocas esperanzas de que las primeras negociaciones -que concluirán la próxima semana- logren un acuerdo por lo que dentro de 6 meses está prevista una nueva ronda de diálogo.

En agosto, el Gobierno birmano creó una comisión de 9 personas. El exsecretario general de la ONU, Kofi Annan, preside este grupo que tiene un año para presentar un informe con recomendaciones para prevenir la violencia sectaria y promover la reconciliación. La investigación abordará cuestiones humanitarias, de desarrollo, garantías de derechos básicos y seguridad, así como aspectos legales para solicitantes de asilo. (I)

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