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La pugna por Mosul se remonta a las cruzadas
Posada en la cuenca fértil de Mesopotamia, Mosul era una ciudad iraquí amurallada del comercio en el centro de la cuna de las civilizaciones proverbiales por su vínculo a rutas de las caravanas del círculo de centros urbanos venerables del este y el oeste de otras importantes ciudades, como Alepo (Siria). Esta urbe por su ubicación geopolítica ha sufrido siglos de guerra y conflictos que la llevaron a la devastación y la renovación.
El lunes 17 de noviembre, las unidades del Ejército iraquíes, milicias aliadas internacionales, lideradas por Estados Unidos, y las fuerzas peshmerga de los kurdos comenzaron su avance para recuperar la localidad, tomada por los yihadistas del Estado Islámico (EI) desde 2014, pero ¿cuál es la historia de Mosul y qué tan compleja e importante es para los yihadistas del Estados Islámico?
La historia geopolítica musulmana
En la Edad Media, entre 1095/6 - 1099 en “la primera cruzada” (expedición militar de los cristianos contra los musulmanes con el fin de recuperar los territorios de Tierra Santa), llevó a la creación de una serie de estados radicando a los cristianos a lo largo de la costa oriental del Mediterráneo. Entonces, Mosul se convirtió en uno de los principales lugares para la estadificación -extensión- de los musulmanes.
En esa época, la urbe fue gobernada por una tribu turca que se instaló a través de franjas de Oriente Medio y que es conocida como el Imperio selyúcida.
En 1104, un ejército dirigido por el selyúcida “atabek” -gobernador- de Mosul se dirigió al oeste para dirigir una fuerza en un llano cercano que ahora es la ciudad siria de Raqqa (urbe que en 2014 fue autoproclamada capital de facto del Estado Islámico). Ahí los musulmanes echaron raíces.
Ya en 1127, Imad ad-Din Atabeg Zengi se convirtió en el atabeg -gobernante- de Mosul. Ahí pasó a forjar un imperio regional que unía Alepo con la ciudad iraquí y tomó la fortaleza de los cruzados en Edesa -ocupación de los europeos cristiano-católicos-.
La dinastía de Zengi instalada en Irak pasó a competir por el poder con los dos cristianos en el Levante y el Califa de Bagdad y siempre triunfó. Incluso cuando el famoso general kurdo Saladino, mayor héroe por ser opositor de las cruzadas, se hizo cargo de una amplia franja de Oriente Medio a finales del siglo XII, los Zengids de Mosul resistieron. No obstante, todo terminó el siguiente siglo, no por las cruzadas o los ejércitos musulmanes rivales, pero sí por las hordas conquistadoras del Imperio mongol.
A pesar de los conflictos, la ciudad siempre preservó su carácter diverso; siendo el hogar de los musulmanes, judíos, cristianos y otras sectas, así como una factoría comercial ocupada para todo tipo de mercancías.
En idioma árabe, mawsil significa ‘punto de conexión’ o ‘lugar de enlace’. Mosul también es llamada al-Faiha (el Paraíso), al-Khadrah (el Verde) y al-Hadbah (la Joroba). A veces se la describe también como ‘La Perla del Norte’.
La provincia otomana y el legado de Sykes-Picot
Tras las exitosas campañas de los ejércitos turcos contra los de la dinastía Safavid de Persia, a mitad del siglo XVI, Mosul cayó bajo el control del Imperio Otomano. La rivalidad otomana-persa incluía una dimensión de la lucha entre suníes y chiíes, que definió la geopolítica de la región durante siglos.
Las tierras que hoy constituyen Irak, en particular el norte, fueron el sitio de las interminables fronteras guerras y asedios.
A principios del siglo XIX, Mosul se convirtió en el capital de una vilayet turco otomana, o provincia, que se extendía más allá de lo que ahora es el norte de Irak. Tras el colapso del imperio, los gobernantes coloniales británicos se unieron a las leyes vilayets (reformas de Tanzimat para regular la administración) de Mosul. Y en Bagdad y Basora -un puerto de mar cuyos alrededores fueron el hogar de una población de mayoría chií - fue la base de la nueva nación de Irak.
Al concluir la Primera Guerra Mundial, en 1918, el Ejército británico entró en Mosul y termina el dominio turco en Irak. Sin embargo, la solución de la posguerra tomada por Reino Unido y Francia generó otros conflictos.
Los diplomáticos Mark Sykes (británico) y François Georges-Picot (francés) negociaron, en 1916, en secreto los términos del acuerdo Sykes-Picot en el que se repartieron las tierras de Oriente Medio.
Este acuerdo dio a los británicos un mandato sobre Mosul (tenía interés en su petróleo) y los derechos coloniales francesas sobre Siria y Líbano (por su ubicación geoestratégica). Así los locales renegaron de las garantías que le habían dado los aliados durante la Primera Guerra Mundial que le permitirían un estado árabe independiente.
El historiador de Oriente Medio, Juan Cole, escribió que la integración de Mosul en los otros vilayets obligó a los “británicos a depender de la antigua élite sunita otomana, incluyendo los oficiales antiguos formados en lo que hoy es Turquía. La estrategia marginó al sur chií, lleno de campesinos pobres y pequeños pueblos, los cuales, simplemente, fueron bombardeadas por la fuerza aérea británica”.
Irak, bajo el gobierno de una monarquía instalada por los británicos, alcanzó la independencia en 1932. En cuestión de décadas, la monarquía sería abolida y, después de una serie de golpes de Estado, el partido baasista autoritario de Saddam Hussein se hizo cargo de la nación. Un grupo de élites políticas y militares sunitas pasó a dominar una nación chiíta hasta la invasión estadounidense en 2003.
¿Qué pelea Turquía?
En 1920, en su última sesión, el Parlamento turco otomano derrotado declaró en un manifiesto de 6 puntos las condiciones en las que aceptaría el fin de la Primera Guerra Mundial tras el armisticio en 1918. Existen diferentes versiones de las fronteras propuestas de Turquía sin embargo, Mosul era una parte importante de esta visión.
En lugar de ello, la corte otomana firmó la extinción de paz del Tratado de Sevres en 1920, que decía que Turquía repartía en varias esferas de influencia controladas por el oeste, kurdos, armenios y otros, pero eso nunca sucedió ya que las victorias militares del expresidente turco, Kemal Atatürk, durante el período de mayo de 1919 y octubre de 1922 no lo permitieron.
No obstante, en julio de 1923 se firmó el Tratado de Lausanne. Este pacto especifica cada una de las actuales fronteras turcas menos una - la que linda con Irak, donde se introdujo una frontera provisional solamente (bautizada como “frontera de Bruselas”). Esta cuestión se dejó en el aire con vistas a “un acuerdo amistoso por rematarse entre Turquía y Gran Bretaña en nueve meses” y a falta de eso, la cuestión sería remitida a la Liga de Naciones.
El Gobierno turco se opuso a renunciar a su vieja provincia de Mosul, por varios motivos: el deseo político de la población de Mosul, sus muchos turcoparlantes, sus reservas de crudo y el sentido de su actividad comercial.
En 1926, Turquía y Gran Bretaña finalmente accedieron a un acuerdo, donde Ankara dejó caer su pretensión de Mosul y las ciudades de Kirkuk y Sulaimanyah a cambio de una porción de los ingresos del petróleo de la región por 25 años.
Aunque parecía que el tema limítrofe con Turquía estaba sellado, esta historia resucitó una vez más a raíz de la ofensiva Mosul que actualmente tiene el Gobierno iraquí para retomar el poder de la segunda ciudad más importante de la nación.
Incluso, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, insistió en que las fuerzas de su país juegan un papel en la misión, invocado el documento 1920 con el que justifica el derecho de su país. Por eso las autoridades de Bagdad no se sorprendieron por las aspiraciones turcas.
El diario The Washington Post indica que otro de los objetivos turcos es cuidar que las aspiraciones del pueblo kurdo, que busca crear una nación independiente, no se concreten en esta región, dado al importante papel que han jugado en la ofensiva contra el EI. (I)