Cataluña fue la gran protagonista de este domingo 9 de noviembre. El gobierno de la Generalitat aguantó la mirada al Estado español y le retó en la desobediencia civil con la organización de una consulta soberanista, alternativa a la primera propuesta por la Generalitat, que acabó siendo un éxito absoluto para la región autónoma y un golpe duro para el Gobierno central. 2.250.00 personas, de un censo de 5,3 millones, salieron a la calle para reivindicar su derecho a voto, desafiando las prohibiciones y no escuchando las amenazas del Gobierno, quién horas antes había pedido la identificación de los voluntarios para iniciar acciones legales.

El éxito participativo de una jornada que se vivió con entusiasmo y que se desarrolló con total normalidad acabó con la victoria, también, de los partidarios de la independencia. De los más de 2,2 millones de participantes, un 80,72% votaron por la secesión, por la separación de un Estado que respondió por la noche con nuevas amenazas y minimizando los resultados tildándolos de “inútiles”.

El gobierno de la Generalitat valoró, de voz del presidente Artur Mas, la jornada como un “éxito total” y manifestó con énfasis que “Cataluña ha dejado muy claro que queremos gobernarnos nosotros mismos”.

El Ministro de Justicia Rafael Catalá fue el encargado de mandar el mensaje oficial del Gobierno de España, en el cuál no quiso considerar la participación de más de dos millones de ciudadanos denominando el proceso de “simulacro inútil y estéril”, además de considerarlo un acto “de propaganda política sin validez democrática”. El Ministro acabó su intervención asegurando que se seguirán recopilando datos para investigar y valorar la posible “existencia de responsabilidades penales y ejercer los próximos días las acciones legales que correspondan”. 

Emoción, aplausos y lágrimas

A las 9 de la mañana se abrían los institutos habilitados como colegios electorales ante los aplausos de los voluntarios y de los primeros asistentes que, tras hacer largas colas de espera, pudieron introducir su papeleta con la intención de cambiar el signo de la historia. Cataluña no vivió una jornada electoral habitual, la emoción se apoderó de algunos participantes que tanto tiempo estuvieron esperando para opinar sobre su futuro e incluso se pudo ver el resbalar de lágrimas en la mejilla de distintos ancianos, muchos de ellos víctimas de un franquismo aniquilador.

¿Y ahora?

Distintas posibilidades y distintas opciones se abren a partir de este lunes 10 de noviembre en Cataluña. Dos de los cuatro partidos partidarios de la consulta, ERC y CUP, ya han pedido la celebración de unas elecciones plebiscitarias que lleven una mayoría independentista al Parlamento de Cataluña y que permitan la declaración unilateral de independencia de acuerdo con el programa electoral. Por otra parte, CiU, de la mano de Artur Mas, podría iniciar la apertura de negociaciones con el Gobierno español para lograr el consentimiento de un referéndum vinculante legal y autorizado por el Estado. Sin embargo, ese consentimiento parece difícil de conseguir.