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El Estado Islámico refuerza su ofensiva en Europa y Oriente Medio
En tan solo una semana y finalizando el Ramadán (mes sagrado de ayuno musulmán), el autoproclamado Estado Islámico (EI) mató al menos a 300 personas en una ola de atentados suicidas perpetrados en Turquía (44 muertos), Bangladesh (20), Irak (entre 165 y 213 según las fuentes), Yemen (40) y Líbano (5). Esta ofensiva no hace más que confirmar la peligrosidad que retiene la agrupación terrorista a pesar de sus derrotas en Siria e Irak.
Desde la proclamación del “califato” el 29 de junio de 2014, en las tierras de Siria e Irak, el EI no se ha limitado a las fronteras de Oriente Medio y ha perpetrado un centenar de atentados en varios países, segando hasta la fecha la vida de más de 1.400 personas.
Dentro de esta dinámica de expansión constante, EI ha combinado durante los dos últimos años su implicación en los conflictos sectarios de Siria e Irak con la construcción de un frente yihadista a escala global, con tentáculos que llegan hasta Europa, como han demostrado los devastadores ataques perpetrados contra París y Bruselas, pero también a otras partes de Oriente Medio, África y Asia, donde ha dibujado una cartografía del terror que abarca desde Afganistán hasta Nigeria pasando por Libia.
Lobos solitarios son arma eficaz
Después de sus victorias, en los últimos meses el EI empezó a perder terreno y efectivos en Siria e Irak. El Ejército regular sirio, las milicias kurdas y rebeldes así como los bombarderos de la coalición internacional liderada por Estados Unidos amenazan a los yihadistas en su propia capital, Raqa.
En Irak, el Ejército nacional recuperó la estratégica localidad de Faluya, expulsando al EI y abriendo el camino para hacerles frente en Mosul. Según el Coronel Steve Warren, portavoz del operativo internacional lanzado contra el EI bajo el liderazgo de Washington, la agrupación perdió el 45% del territorio que controlaba en Irak y el 20% del sirio.
Debilitado en su territorio, el Estado Islámico se lanzó en la guerra global, confirmando el giro en su modus operandi que inició con la masacre de París en noviembre de 2015. Con lobos solitarios como el del ataque de Orlando (Estados Unidos), grupos yihadistas locales como Jamaat al Muyahidin en Dacca (Bangladesh), o redes afiliadas extranjeras en Estambul (Turquía), diversifica tanto su logística como estrategia, cuyo objetivo es fomentar el mayor caos posible y generar el conflicto más generalizado.
La internacionalización de este grupo terrorista abrió nuevos desafíos para Estados Unidos y los líderes europeos. Ya son 60 las naciones que se han sumado a la guerra internacional contra EI.
En los dos años de existencia del EI, la guerra que libran los bombarderos occidentales desde el cielo y las botas de milicianos y soldados regulares sobre el terreno, ha logrado acabar con un tercio de los 35.000 yihadistas que se estiman conforman sus filas. A pesar de que los expertos coinciden en que el EI recluta menos combatientes y pierde territorio, el grupo se impone como líder ideológico en la lucha yihadista y con ello amplía su presencia en terceros países sumidos en guerras fratricidas.
Irak, castigado por atentados
En el más reciente ataque, un combatiente del EI mató al menos a 213 personas y dejó heridas a más de 200 tras causar una explosión en la heladería Yabar Abu al Sharat de Karrada, una popular zona comercial y especialmente concurrida por chiíes en domingo de Ramadán.
Estas cifras lo convierten en uno de los ataques más graves en la historia de Irak, un país castigado desde hace años por atentados contra lugares frecuentados, como centros comerciales, mercados o mezquitas.
El atentado del domingo pone de nuevo de relieve la incapacidad de las autoridades de instaurar medidas de seguridad eficaces.
El primer ministro Haider Al Abadi, que el domingo visitó el lugar del ataque, prometió castigar a los responsables y anunció tres días de duelo nacional.
El Gobierno de Ecuador, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, expresó su condena por el ataque terrorista en Bagdad. Expresó su deseo de que los culpables de este crimen contra la humanidad sean sancionados. (I)
Tres atentados suicidas en Arabia Saudita
Una serie de ataques suicidas golpearon ayer Arabia Saudita, uno de ellos frente a una mezquita de la ciudad santa de Medina, en una inhabitual ola de violencia en el país, que con anterioridad fue blanco del grupo Estado Islámico.
Los ataques, que dejaron heridos a 2 policías, no han sido reivindicados, pero el modo en el que fueron perpetrados se asemeja al utilizado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), responsable de varios ataques que han golpeado al reino en el último año.
La ola de atentados comenzó al amanecer, con un ataque al consulado estadounidense en la ciudad de Yedá, a orillas del Mar Rojo. Dos agentes que intentaron detener al terrorista resultaron levemente heridos cuando este detonó el cinturón de explosivos en el interior del parqueadero.
Al inicio de la tarde, se produjo otra explosión fuera de la Mezquita del Profeta, en la ciudad santa de Medina, informó la cadena de noticias saudita Al-Arabiya, que difundió imágenes de un aparcamiento en llamas y del cuerpo de al menos una persona en el suelo.
La explosión ocurrió en el estacionamiento que tienen las fuerzas de seguridad fuera del templo, ubicado en la segunda ciudad santa más importante para los musulmanes, después de la Meca.
En Qatif, una ciudad mayoritariamente chiíta, en el este de Arabia Saudita, un kamikaze se hizo explotar frente a una mezquita, sin causar víctimas. (I)