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El servicio es barato y provee de agua limpia
Dispensadores automáticos alivian la sed
Normalmente la gente utiliza distribuidores automáticos para retirar dinero. En Kenia, máquinas similares permitirán ahora a la gente de los barrios pobres acceder, a un precio reducido y en condiciones de higiene decentes, a un bien de primera necesidad: el agua.
Ya se han instalado 4 máquinas de este tipo en tres barrios pobres de Nairobi, la capital. Con la ayuda de una simple tarjeta recargable, los habitantes pueden servirse agua potable. “El agua es pura, buena para cocinar y sobre todo es barata”, resumió Peter Ngui, jefe de un pequeño restaurante de calle en el barrio de Mathare.
Para los habitantes de estas zonas superpobladas de Nairobi, privadas de sistemas de canalización y de evacuación, obtener agua sana a un precio razonable suponía hasta ahora todo un reto.
Sin agua corriente en las casas, la gente acudía a los vendedores de calle, que recorren las estrechas callejuelas sin asfaltar, empujando o tirando de carretas cargadas de bidones. El agua estaba a menudo sucia, a veces extraída de forma totalmente ilegal de las canalizaciones.
Las nuevas máquinas, instaladas por el servicio municipal de agua y de saneamiento, el Nairobi Water and Sewerage Company (NWSC), evitan pasar por intermediarios y permiten a los habitantes pagar por el agua hasta seis veces menos.
Comprados a los vendedores de calle, los 20 litros de agua -el mínimo por persona según la Organización Mundial de la Salud (OMS)- costaban tres shillings (tres céntimos de euro), una cantidad importante en los barrios pobres, cuyos habitantes solo subsisten gracias a ocasionales trabajos diarios pagados con apenas 200 shillings al día (alrededor de dos euros). Gracias a las máquinas, la misma cantidad no cuesta más de 0,5 shilling.
“Cada vez más gente va a tener acceso, con dignidad, al agua”, se felicitó el director de NWSC, Philip Gichuki, delante de una de estas máquinas, donde espera una larga fila de mujeres. “Las normas de higiene van a mejorarse y la gente va a gastar menos dinero”, añadió.
Las autoridades esperan también un salto en materia de higiene. Hasta ahora, el agua disponible estaba a menudo contaminada.
Estos barrios pobres, donde los casos de diarrea son habituales, son incluso conocidos por sus “baños volantes”. Sin servicios en las casas y teniendo solo acceso a letrinas públicas poco numerosas y repugnantes, la gente defeca en sacos de plástico que tira a las calles.
Para recargar sus tarjetas, los habitantes pueden elegir entre pequeños quioscos próximos y el muy popular sistema de pago por teléfono móvil, un servicio en el que Kenia fue pionero. (I)