Publicidad
Una explicación para el Déjà vu
El cerebro es una máquina de sueños que constantemente está creando imágenes virtuales del mundo real. Es un mundo de fantasía, pero que también deja sus huellas en nuestro mundo real. Allan Hobson, pionero en la investigación del sueño, sostiene que son una especie de precalentamiento para la vida despierta. Un ensayo de lo que nos podría deparar los próximos días. Por ejemplo, si estamos preocupados por las preguntas que nos harán en un examen, es posible que nos adelantemos y soñemos que nos preguntan precisamente lo que menos hemos estudiado. Al levantarnos repasaremos esa parte, y nos estaremos preparando para lo que nos sucederá en el futuro.
Las imágenes que recreamos durante el sueño se desvanecen al despertarnos, pero quedan almacenadas en nuestra memoria de largo plazo. Por eso, no siempre podemos distinguir lo que soñamos de lo que realmente nos sucedió, y a veces el cerebro puede hacernos creer que hay cosas que ya hemos vivido. Esta es una de las explicaciones de por qué podría suceder el famoso Déjà vu, que por lo general está relacionado con hechos emocionales importantes. No es que viajemos al futuro: lo soñado se archiva en nuestra gigantesca biblioteca del cerebro sin distinguir fantasía de realidad, y en unos días o meses puede resurgir como la sensación de haber vivido algo muy parecido.
Nuestro cerebro tiene la capacidad de generar una infinidad de estados diferentes. Cuando soñamos funciona distinto que cuando estamos despiertos. Al soñar nuestro cerebro deja de liberar ciertas sustancias -como la noradrenalina- que nos ayudan a organizar nuestros pensamientos de manera lógica. Por eso la mayor parte de los sueños son irreales e ilógicos, pero eso ni nos sorprende ni nos despierta. (CONTINÚA)