El cine y la literatura han popularizado personajes reales, que la fantasía ha ido desfigurándolos.

Quién fue Jack el Destripador?

A finales de 1888, en un barrio pobre de Londres, apareció el cadáver de una mujer cruelmente asesinada: había sido degollada con precisión quirúrgica. Era el inicio de una serie de escalofriantes crímenes atribuidos a un solo hombre, Jack el Destripador. Jack mutilaba a sus víctimas y, a pesar de la brutalidad de las muertes, nunca dejó rastros. La Policía, que recibía sus cartas burlonas, detuvo a centenares de sospechosos, pero a ningún culpable. Tras cometer los 14 asesinatos que se le imputan, el Destripador desapareció repentinamente y el caso fue cerrado sin hallarse al homicida.

Los hechos demuestran que era una persona con gran inteligencia y, por la forma en que seccionaba a sus víctimas, era seguro que tenía conocimientos de anatomía humana. Más de un siglo después, la lista de sospechosos aún supera el centenar e incluye desde médicos y carniceros hasta miembros de la realeza. Como Guillermo Gull, médico de la Corte, quien habría cometido los crímenes por encargo de la reina Victoria para ocultar que su nieto el príncipe Alberto, había dejado embarazada a una joven prostituta. Hay historiadores que aportan datos interesantes, pero esta teoría parece basarse más en el descontento popular con la monarquía que en pruebas convincentes.

Para Scotland Yard, en cambio, el mejor candidato era el barbero polaco Aaron Kosminski, que tenía graves problemas mentales. Conocido por su odio a las mujeres, llegó a agredir a su propia hermana, delito por el que fue recluido en un hospital psiquiátrico. Y luego de eso Jack no volvió a cometer un crimen. Sin embargo, la Policía  de entonces se inclinaba por acusar a judíos y otros extranjeros, en una época en que la Revolución Industrial atraía a Londres a miles de inmigrantes.

La novelista Patricia Cornwell tiene otro sospechoso. Tras años de investigación y millones de dólares gastados, llegó a la conclusión de que el Destripador fue el famoso pintor Walter Sickert. La evidencia se encontraría en unos cuadros en los que las mujeres están retratadas en poses parecidas a como fueron halladas las víctimas. Pero esas pruebas no son suficientes.

Y lo más reciente es un retrato robot que algunos investigadores hicieron usando los testimonios de 13 testigos y la más alta tecnología moderna. Jack habría sido un hombre robusto que no llegaba a 1,70 metros de estatura, de unos 30 años, pelo negro y un poblado bigote. Se parecería al barbero polaco de origen judío, pero lo más probable es que la verdadera identidad del asesino serial más famoso de la historia jamás se logre descubrir. (continúa)