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Los cartománticos son excelentes observadores

La lectura en frío es el arma clave de los llamados ‘adivinos’

Quienes acuden a este tipo de charlatanes, lo hacen buscando consejo o alivio. La autosugestión es primordial. Foto: Cortesía de internet.
Quienes acuden a este tipo de charlatanes, lo hacen buscando consejo o alivio. La autosugestión es primordial. Foto: Cortesía de internet.
09 de noviembre de 2014 - 00:00 - María Eulalia Silva

Todos hemos escuchado la historia de alguien que fue a consultar una adivina y que regresó sorprendido porque aparentemente ésta había acertado en algunos detalles de su vida que está seguro de no haberle contado. Pero si un tiempo después le preguntamos a esa persona si se cumplió alguna de las predicciones que le hizo -y no solo las generalidades- terminará por reconocernos que eso nunca sucedió. ¿Por qué, entonces, tanta gente sigue creyendo que los ‘adivinos’ adivinan?

Lo fundamental para que un vidente logre engañarnos es que vayamos a verlo convencidos de sus presuntos poderes sobrenaturales, porque de entrada nos predisponemos a creerle. Y para impresionarnos aún más sobre sus presuntas dotes para la adivinación, comienzan por decirnos algunas cosas sobre nosotros y nuestra personalidad.

Para lograrlo pueden utilizar muchos trucos que les permiten conocer detalles de la vida privada de una persona. El más común y burdo es el empleo de un cómplice que en la sala de espera inicia una conversación, reúne datos y luego se los pasa de manera subrepticia a la presunta o presunto vidente.

Al principio de la entrevista, los psíquicos, tarotistas, quirománticos, astrólogos o cartománticos suelen decir poco o nada que no sean generalidades como “usted es una persona que quiere mucho a su familia”. Y más bien irán haciendo preguntas sutiles (por ejemplo sobre el número y edad de sus hijos), plantean sugerencias o dicen frases a medias que a veces la propia víctima completa dándoles la información que necesitan y que luego usarán para causarles sorpresa.

Pero todos los adivinos utilizan también una muy refinada técnica de observación llamada ‘lectura en frío’, que consiste en prestar atención a detalles del lenguaje corporal de las personas, detalles que al ojo bien entrenado pueden revelar cosas insospechadas. Por ejemplo, nuestra vestimenta, nuestra manera de hablar, los gestos que hacemos, las joyas o anillos que llevamos y hasta pequeños tics pueden decir mucho sobre nuestra condición social, capacidad económica, estado de ánimo y mucho más.

Y de a poco irán construyendo un discurso como este:

“Tienes la necesidad de que otras personas te quieran y admiren, y sin embargo eres crítico contigo mismo. Aunque tienes algunas debilidades en tu personalidad, generalmente eres capaz de compensarlas. Tienes capacidades sin utilizar que aún no has aprovechado. Disciplinado y controlado hacia afuera, tiendes a estar preocupado y a ser inseguro por dentro.

A veces tienes serias dudas sobre si has obrado bien o tomado las decisiones correctas. Prefieres una cierta cantidad de cambios y variedad y te sientes defraudado cuando te ves rodeado de restricciones y limitaciones.

También estás orgulloso de ser un pensador independiente y de no aceptar las afirmaciones de los otros sin pruebas suficientes. Pero encuentras poco sabio el ser muy franco, en revelarte a los otros. A veces eres extrovertido, afable y sociable, mientras que otras veces eres introvertido, precavido y reservado. Algunos de tus sueños tienden a ser poco realistas”.

Honestamente, ¿cuánto se parece a usted esta descripción? ¿Mucho, verdad? Pues la persona que redactó esto no tiene poderes sobrenaturales, es un científico. En 1948 el psicólogo Bertram Forer realizó un experimento sobre el funcionamiento de la mente humana. Por separado, le mostró este texto a varios estudiantes de diversas condiciones sociales y les pidió que dijeran qué tan exacta era esa descripción respecto de cada uno. El promedio de ‘aciertos’ fue de más de 8 sobre 10. Todos estaban convencidos de que el texto estaba dirigido solo a ellos.

Datos

Una de las claves para que los ‘adivinos’ tengan éxito, es que sus clientes vayan  convencidos de que ellos tienen poderes sobrenaturales para predecir el futuro.

En ocasiones los charlatanes enuncian frases que el cliente las termina. De esta manera se brinda información valiosa que el ‘adivino’ utiliza para sorprender a su visitante.

La ‘lectura en frío’ es una refinada técnica de observación que consiste en prestar atención a detalles como vestimenta y lenguaje corporal para decodificar el nivel socio-económico o educativo de la persona.

En 1948 el psicólogo Bertram Forer realizó un experimento en el que leyó un mismo texto a varias personas por separado.  En él se describía la personalidad de quien lo estaba leyendo. 8 de cada 10 consultados afirmaron que la descripción era acertada. Todos pensaban que aquellas palabras estaban dirigidas exclusivamente a ellos, pero en realidad eran una serie de generalidades que se aplicaban a todos. Hay una tendencia a identificarse con las palabras de ‘adivinos’. (continúa)

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