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La Estrella de Belén
El Evangelio de Mateo menciona que los tres Reyes Magos vieron aparecer la estrella por el oeste. No se aclara si se trataba de un planeta, de una estrella o cualquier otro fenómeno astrológico. Porque en la Antigüedad se creía que los fenómenos celestes estaban asociados a un acontecimiento extraordinario. Según los escritos, los tres sabios viajaron siguiendo a la estrella y esta se detuvo exactamente donde Jesús nació. Hoy sabemos que por su tamaño y la enorme distancia que nos separa de ellos es imposible que un astro marque un lugar tan concreto.
Por otra parte, Lucas ni siquiera menciona este fenómeno sobrenatural. Los pastores se enteran de que Jesús ha nacido porque un ángel les anuncia la llegada del Mesías, les dice que está envuelto en pañales en un pesebre de la ciudad de David, Belén.
Visita de los magos
La Navidad acaba con la festividad de Reyes, que conmemora la visita a Jesús en Belén de “unos magos que venían del Oriente” para agasajarlo con oro, incienso y mirra. La narra solo Mateo, que en realidad no dice cuántos eran. Que fueron tres y se llamaban Melchor, Gaspar y Baltazar es producto de la tradición de los siglos posteriores.
Aunque para ser magos no eran muy despiertos, pues a pesar de ser guiados hacia Belén por una estrella, se desvían un poco y pasan primero por el palacio del rey Herodes preguntando “¿dónde está el rey de los judíos?”, según cuenta Mateo. Al parecer, estos sabios eran más inocentes que los recién nacidos.
Con esa pregunta Herodes sabe que su competidor en el poder ya ha nacido y desencadena la matanza de los inocentes. En realidad los Reyes Magos parecen ser una metáfora del evangelista para otorgar categoría real y universalidad al Mesías, ya que ellos representaban a los tres continentes conocidos: Asia, África y Europa. (continúa)