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En la actualidad se vende la idea que las vitaminas ayudarán a crecer a los menores de edad

La estatura humana es una mezcla de genes y condiciones ambientales

La estatura humana es una mezcla de genes y condiciones ambientales
12 de julio de 2015 - 00:00 - María Eulalia Silva

La estatura humana es relativa. Depende de muchos factores geográficos, genéticos e históricos. A diferencia de lo que se cree no existe un factor étnico: por ejemplo, hay gente blanca de talla pequeña o mediana, por ejemplo, muchos italianos y franceses; o muy altos, como noruegos y alemanes.

También hay personas afros altas, como los masái y los tutsi; o bajitas, como los twa, antes llamados pigmeos. También hay orientales altos y bajos.

Así de relativa es la talla de las personas porque depende de factores genéticos, de la alimentación y hasta la adaptación a un medio particular. Por ejemplo, en la altura se adaptaba mejor la gente más baja.

Y el ritmo de crecimiento también es diferente en cada persona. Algunos niños son los más altos de su clase a los 8 o 9 años, mientras que otros pareciera que ya dejaron de crecer, y eso preocupa a los padres.

Pero con el tiempo se van equiparando, porque los que se estiran más rápido terminan antes su proceso de crecimiento.

Los más bajitos pueden pegar el famoso ‘estirón’ no a los 13, sino a los 16 años. Estos niños -si todos sus niveles hormonales están en orden- se los conoce como ‘tardanos’, y no están enfermos sino que tienen una forma más lenta de desarrollarse, una característica que suele tener antecedentes familiares.

Entonces, el primer factor que determina la estatura y el ritmo de crecimiento de los niños es el genético, y buena parte de lo que serán en el futuro ya viene escrito en la herencia de sus padres, y si bien algo de eso puede cambiar por otros factores, como la alimentación, el ejercicio e incluso el sueño, es poco probable que los hijos sean mucho más altos que sus padres. Entonces, ¿qué estatura tendrá mi hijo?

Ya desde el vientre materno vamos creciendo en talla y peso, y al principio a toda velocidad. En la edad escolar, niños y niñas crecen parecido: unos 6 centímetros por año.

Pero con la pubertad las cosas son distintas y las niñas comienzan a sacar ventaja. Por causas hormonales su cuerpo comienza a cambiar más temprano, alrededor de los 10 años. En los niños, en cambio, la pubertad comienza unos tres años más tarde.

Un gran mito asegura que las chicas dejarán de crecer con su primera menstruación. Eso no es verdad: aunque bajan el ritmo seguirán creciendo por varios años más, al menos hasta los 16 años.

Los niños, en cambio, seguirán hasta más o menos los 18. Una manera aproximada de calcular la estatura final que alcanzará la niña o el niño es la siguiente: se suman las tallas de papá y mamá en centímetros, por ejemplo 170 de él, más 162 de ella.

Eso nos da 332 centímetros, que se divide por dos y nos quedan 166. A este resultado se le suman 6 centímetros para el varón, o se le resta 6 centímetros para la mujer, y esa será la talla potencial. En el caso del ejemplo, 1,72 m para el varón y 1,60 m para la mujer.

Pero la estatura de los padres es solo referencial, porque también hay una posibilidad menor de que hereden la talla de alguno de sus abuelos.

Es decir que genéticamente heredamos una estatura promedio, pero eso no explica por qué hoy los hijos suelen ser más altos que sus padres y sus abuelos.

Las otras claves

Olvídese de los mitos y anuncios engañosos sobre métodos milagrosos para crecer. No sirven ni los estiramientos de columna, ni los suplementos vitamínicos ni algún deporte en especial.

Tampoco las inyecciones de hormonas del crecimiento, salvo que su hija o hijo tenga alguna alteración en el organismo que haya sido detectada por los médicos por medio de un análisis muy específico.

Lo que verdaderamente ayuda a crecer mejor es una vida activa y sana y la buena alimentación. Hacer ejercicio es básico, porque el deporte aumenta la producción de la hormona del crecimiento, los músculos se tonifican y los tejidos se oxigenan. En general, hacer cualquier deporte sirve.

En segundo lugar, los chicos deben dormir lo suficiente. Los estudios han demostrado que, si bien es cierto que la hormona del crecimiento se produce durante todo el día, la cantidad se eleva mucho mientras duermen.

Una buena nutrición es un factor clave que explica por qué el promedio de estatura ha aumentado enormemente en los países desarrollados.

Los niños deben tener una dieta variada que incluya carbohidratos -como harinas, papas y cereales- y algo de grasas porque de todos ellos obtienen la energía. Y las frutas y verduras, que aportan minerales y vitaminas.

Pero los alimentos que más impulsan el crecimiento son las proteínas: carnes, pescados, lácteos, huevos y granos, como las lentejas y las habas.

Las proteínas aportan al crecimiento de músculos y huesos, y son la materia prima para la formación de las hormonas.

Y finalmente hay un factor psicológico. El niño debe crecer feliz. Algunos estudios han demostrado que los menores con carencias afectivas sufren un declive en su ritmo normal de crecimiento.

Conforme hemos ido mejorando nuestra calidad de vida, también en Ecuador, ha aumentado la estatura de la población. Aunque no existen estudios oficiales, los médicos coinciden en que, durante las últimas tres décadas, se ha dado un promedio de crecimiento de entre 1,5 a 3 centímetros en cada nueva generación debido al mejoramiento en las condiciones de alimentación y salud.

Lo mejor que un padre puede hacer es no obsesionarse -ni obsesionarlos- con su estatura. La primitiva idea de que el tamaño y la fuerza nos hace superiores ya no es verdad.

Hoy, la sociedad ya no es gobernada por los más fuertes y el futuro estará en manos de quienes hayan desarrollado más su inteligencia.

Son numerosos los grandes personajes que hicieron historia y no superaban el metro setenta de estatura. El Libertador Simón Bolívar medía 1,68 m. Napoleón construyó un imperio con 1,67 m.

Pintores como Toulouse-Lautrec con 1,52 m y Pablo Picasso con 1,60 m fueron los mejores de su época. Beethoven medía 1,62 m y Mozart apenas 1,52 m; Chaplin se salvó de ir a la guerra porque no daba la talla, Stephen Hawking llegó a 1,69 m, y Yuri Gagarin, el primer hombre en el espacio, 1,57 m.

Otros bajitos con ideales grandiosos fueron Mahatma Gandhi, con 1,62 m. Así es que para ser grande en la vida no se necesita tener una gran estatura.

¿Existen deportes que nos hacen más altos?

No. Si bien el básquet, el voleibol y la natación son deportes muy completos, quienes lo practican no crecen más que los niños que practican de manera constante cualquier otra actividad física.

No es que los jugadores de básquet crecieron por practicarlo, sino que se dedicaron a este deporte porque ya eran altos.

¿Y hacer pesas?

Las pesas no se recomiendan para los chicos menores de 18 años porque aún están creciendo. En nuestro esqueleto tenemos partes blandas llamadas cartílagos de crecimiento, y la presión que ejerce un exagerado peso hace que estos se compacten y se endurezcan antes del tiempo adecuado, limitando así el crecimiento.

¿Sirve tomar mucha leche?

Sí, porque la leche es buena para el crecimiento por el calcio que contiene. Pero no exagerar porque el exceso de calcio impide que se absorba bien el hierro, otro elemento fundamental para una buena salud. Lo aconsejable para niños en crecimiento son dos a tres tazas diarias.

¿Tengo que darles suplementos vitamínicos?

Si sus hijos están alimentados con una dieta saludable, reciben todas las vitaminas que necesitan y no necesitan ningún suplemento.

Todo exceso será eliminado naturalmente por el organismo. Actualmente la publicidad vende la idea de que es preciso darles vitaminas, hay un abuso en su consumo y eso puede causar una afección conocida como hipervitaminosis. (I)

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