Existen dos versiones de una supuesta profecía de Nostradamus sobre el ataque a Nueva York el 11 de septiembre. Una de ellas es una falsificación que se regó por internet y decía así:

“En la ciudad de Dios habrá un gran trueno.
Dos hermanos destruidos por Caos.
Mientras la fortaleza resiste el Gran Líder sucumbirá
La Tercera Gran Guerra comenzará cuando la Gran Ciudad arda.
Nostradamus 1654”

Buscamos esta profecía en el libro de Nostradamus y encontramos que en realidad... no existe. Fue inventada por algún bromista y luego diseminada por internet. Para completar el chiste, Nostradamus no pudo haberla escrito en 1654 por la sencilla razón de que murió casi cien años antes. Hay otra versión -digamos que más seria- que es la interpretación de una cuarteta que sí está escrita en las Centurias.

Centuria 6-97

El cielo nos hará arder a cuarenta y cinco grados,
el fuego llegará a las cercanías
de la gran ciudad nueva,
inmediatamente, una gran llama se diseminará,
cuando quieran probar a los
normandos.

En los párrafos anteriores de esta centuria, Nostradamus viene hablando de una guerra en Europa. Las profecías se refieren solo al mundo conocido por Nostradamus: Europa y algo de Asia. Aunque ya conocía de la existencia de América, no le daba la menor importancia a esa tierra salvaje recién descubierta. Apenas nombra al continente una sola vez en todo el libro. Pero, según los ocultistas, esta cuarteta se refiere claramente a Nueva York.
“El cielo nos hará arder a cuarenta y cinco grados”: dicen que esto se refiere a la latitud de Nueva York. Pero párrafos antes Nostradamus viene anticipando una gran sequía para Francia.  Hablaba de temperaturas, no de latitudes. Y para confirmarlo,  en otra cuarteta anticipa que el cielo arderá a 48 grados de temperatura.

Centuria 5-98

A cuarenta y ocho grados climáticos,
Al final de Cáncer tan grande
sequía:

“El fuego llegará a las cercanías de la gran ciudad nueva”: insistimos, Nostradamus viene prediciendo una guerra europea. “Ciudad Nueva” se llamaban varias poblaciones francesas de aquella época, de las cuales hay por lo menos una docena actualmente . Y si se hubiera referido a la latitud de Nueva York, se habría equivocado. Porque en realidad Nueva York no está a los 45 grados de latitud, sino a 40 grados. Finalmente “una gran llama se diseminará para probar a los normandos”: otra vez habla de Francia. Porque normandos son los franceses, no los estadounidenses. (continúa)