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Fin del mundo en ¡1999!
¿Se acuerdan que los intérpretes de Nostradamus nos decían que en 1999 iba a llegar el Anticristo? Se basaban en una de las más claras profecías del vidente francés que dice así:
Centuria 10-72
En el séptimo mes del año 1999
llegará desde el cielo al gran rey del terror,
para resucitar el gran Rey de los mongoles,
antes y después reinará Marte sin obstáculos.
El problema es que mucho antes que Nostradamus, varios profetas y santos cristianos que se basaban en la Biblia aseguraban que el Apocalipsis llegaría en el año mil. Evidentemente se habían equivocado. Nostradamus, entonces, pasó el fin del mundo para mil años después.
¿Y quién es el “Rey de los mongoles” que resucitaría? Pues nada menos que Gengis Khan, que tres siglos antes había llegado a las fronteras de Europa y causado un gran pánico. Pero bueno, como sabemos, en el ‘99 ni resucitó Gengis Khan, ni nos morimos todos, ni hubo una guerra mundial. Y, por supuesto, los astrólogos que predijeron el fin del mundo aún están vivos, inventando nuevas fechas del Apocalipsis para vender más libros y más programas de televisión.
El nuevo invento es que se habría descubierto una profecía perdida de Nostradamus que hablaba del fin del mundo para 2012. Y otra vez, nada. Sin embargo, en una carta a su hijo, le dice que sus predicciones van “hasta el año 3797”. Ojalá para esa época ya no haya aprovechadores que sigan vendiendo fines del mundo.
La muerte de Nostradamus y de su hijo
Cuando aún vivía, hubo mucha gente que lo denunció como un embaucador porque sus profecías eran vagas y se podían interpretar de cualquier manera.
Incluso hasta hoy, ni siquiera sus seguidores se ponen de acuerdo a la hora de interpretar sus profecías. Y de tanto no acertar, ni siquiera acertó sobre sí mismo.
En un escrito que hizo notarizar, el vidente y astrólogo señaló como fecha de su muerte el mes de noviembre de 1567. Y hasta el último día de su vida se equivocó, porque en realidad murió diecisiete meses antes, en julio de 1566.
A Nostradamus le sucedió un hijo de su mismo nombre a quien apodaban “El joven”. Michel junior también se las daba de vidente y ocho años después de la muerte de su padre profetizó que el pueblo francés de Pouzin sería devorado por las llamas. Poco tiempo después lo sorprendieron cuando él mismo se encargaba de prenderle fuego para ver cumplida su profecía. Murió ahorcado en 1574. Evidentemente no tenía la capacidad de su padre para engañar a la gente que aún hoy, cuatro siglos y medio después, le sigue creyendo. Ni para saber que su engaño iba a ser descubierto. Tampoco esto lo previó su padre que podría haberle dejado escrito su trágico destino como advertencia.
Sus defensores dicen que Nostradamus escribía enigmáticamente para que nadie pudiera cambiar su futuro; pero entonces, a la vista de que nadie ha podido adelantar el significado de sus supuestas visiones ¿de qué nos sirven si no podemos adelantarnos a los hechos y así evitar las desgracias?