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El fascinante mundo de los sueños
Dormir y soñar era como morirse un poco; era viajar a otro mundo donde habitaban espíritus y seres divinos. Al menos así se pensaba en las antiguas civilizaciones que creían encontrar en los sueños mensajes de sus dioses para iluminarlos, guiarlos y prevenirles. Los sueños podían definir desde asuntos tan cotidianos como qué sembrar, hasta batallas que determinaban la suerte de todo un imperio. Para los antiguos romanos podía llegar a ser una cuestión de Estado, y el Senado se reunía cuando consideraba oportuno analizar el sueño de alguno de sus miembros.
Para explicar los sueños, se crearon cultos, construyeron templos y mantuvieron sacerdotes. Así nace la oniromancia o arte de la interpretación de los sueños que sobrevive hasta ahora cuando se cree que los sueños nos muestran el futuro y advierten acontecimientos.
El dios de la Biblia también se manifestaba en sueños, y hay muchos ejemplos. En uno estos episodios Yavhé le muestra a Jacob una escalera que llegaba al cielo, y le dice que esa es la tierra elegida para él y su descendencia.
Y aún hay quienes piensan que al dormir el alma viaja a vidas pasadas o a otros mundos, lo llaman desdoblamiento y "viaje astral". Pero científicos de la Universidad de Lausana, Suiza reprodujeron la misma sensación física en un laboratorio y descubrieron que la zona del cerebro responsable de esta sensación es la llamada giro angular. Cuando se la estimula en exceso se provocan sensaciones extrañas tales como ver nuestro propio cuerpo desde "afuera" de él.
Entonces, ¿qué son los sueños? Una explicación más seria llegó recién a comienzos del siglo XX con el médico austríaco Sigmund Freud. Él propuso que servían para realizar deseos reprimidos o frustrados, sobre todo de carácter sexual, y que eso era universal. Esto, sin duda alguna, fue un gran avance, pero hoy sabemos que los sueños no son únicamente la realización de un deseo reprimido, sino la expresión de una amplia gama de vivencias: miedos, inquietudes, deseos y cambios individuales.
El sueño nos permite procesar la información que consciente o inconscientemente recibimos durante el día. Accidentes de tránsito, noticias de violaciones y asaltos que nos han impactado pueden producir un sueño violento. Por el contrario, una sensación de tranquilidad, o una buena noticia puede provocar un sueño apacible. A esto se lo llama sueño de proyección mecánica. Pero no solamente los recuerdos inmediatos aportan al desarrollo de nuestros sueños, los traumas del pasado, sobre todo de la infancia, también pueden salir a flote en la noche.
Mientras dormimos, el cerebro utiliza buena parte de su energía para clasificar los recuerdos acumulados durante el día. Guarda la información que usamos con más frecuencia y desecha la innecesaria. Y aunque no se sabe exactamente para qué soñamos, existen algunas funciones plenamente identificadas: permite el reposo psíquico y descongestiona al cerebro de imágenes innecesarias, una especie de borrado de memoria para que funcione mejor el "disco duro".
Algunos investigadores creen que los sueños tienen otras funciones. Deirdre Barrett psicóloga de la universidad de Harvard asegura que mientras dormimos nuestro cerebro sigue trabajando para resolver los mismos problemas que nos atormentan cuando estamos despiertos, y los sueños podrían mostrarnos una manera diferente de enfrentarlos. Esta teoría podría explicar por qué algunos de los grandes descubrimientos fueron concebidos en sueños. (CONTINÚA)