Este mito es uno de los más antiguos de la humanidad y se desprende del libro del Génesis de la Biblia, donde se narra que Dios le anunció a Noé que destruiría al mundo llenándolo de agua. Le ordena construir un arca en la que entraría con su familia y una pareja de todos los animales del mundo y de esta manera habría sido que se salvaron la humanidad y todas las especies animales.

La leyenda de Noé fue escrita hacia el 650 antes de Cristo y resulta ser la copia exacta de otra contada mil años antes por los babilonios, cuyo protagonista se llamaba Uta-na-pistim. A este pobre hombre le pasa lo mismo: lluvias incesantes, inundaciones terribles, muerte, desolación y al final la salvación y el premio de una nueva tierra. Algo parecido se cuenta en la mitología griega. Deucalión y Pirra son los nombres de la pareja que en una barca se salva de las aguas enviadas por Zeus y que darán inicio a una nueva humanidad lanzando piedras por encima de su hombro. La leyenda del diluvio está extendida al menos por todo el mundo antiguo cercano al mar Mediterráneo.

Claro que el ropaje místico del diluvio universal genera preguntas imposibles de responder, como por ejemplo, cómo se salvaron los canguros de Australia o los animales americanos, continentes que los autores de la leyenda ni sabían que existían. O cómo entrarían en un barco tan pequeño los siete millones de especies animales conocidas hasta hoy. Pero lo que sorprende a los historiadores es lo generalizado del mito, y por eso los científicos creen que podría haber ocurrido algún fenómeno natural como erupciones, terremotos y tsunamis.

Sin embargo, se trataría de fenómenos locales, nada que haya inundado todo el planeta, porque las capas geológicas de la Tierra no tienen una sola muestra que pruebe la existencia de un diluvio universal. Una de las hipótesis plantea que habría ocurrido al final de la última era glaciar. El aumento de las temperaturas, provocó deshielos que hicieron subir el nivel de las aguas costeras donde ya se empezaban a asentar los primeros conglomerados humanos.

Otra posible causa pudo ser la gran erupción del volcán Etna, ubicado en las costas de Italia y que se sabe ocurrió hace unos 7 mil años. Al desmoronarse sus paredes habría provocado un enorme tsunami que golpeó las costas del Mediterráneo, arrasando con todo.

Hace unos años, los científicos William Ryan y Walter Pitman lanzaron una nueva explicación, que es hoy la más aceptada. Sostienen que 5.500 años antes de Cristo, el mar Negro era un lago de agua dulce, aunque estaba en un nivel más bajo que el Mediterráneo. Un gran terremoto hizo que el agua irrumpiera de forma abrupta, subiendo las aguas del mar Negro a razón de 15 centímetros por día durante tres años. Las excavaciones arqueológicas han encontrado restos de poblaciones sumergidas allí. Los pueblos asentados en sus orillas debieron emigrar y así llevaron la agricultura a la Europa central. De manera tal que lejos de haber sido un castigo para el mundo, el llamado diluvio universal ayudó a la humanidad a avanzar un poco más rápido en su larga evolución. (continúa)