Contrario a lo que pudiera suponerse, la proliferación de redes informativas no ha logrado democratizar la circulación de contenidos.

Aunque ahora son más los productores de información, los grandes núcleos mediáticos se han adaptado a las nuevas condiciones, en las que los receptores toman un papel decidor, menos pasivo que antes, y la veracidad continúa siendo amenazada por intereses particulares, además de las consabidas inmediatez, espectacularidad y superficialidad en la era de internet.

En ese marco, el periodista Carlos Vázquez, de la edición española de revista Esquire, dialogó con Pascual Serrano, fundador de una alternativa digital a la hegemonía comunicacional, rebelion.org.

Vázquez parte de una impresión, la cual tiene que ver con el reemplazo de los periodistas por media-workers, una suplantación a tono con los soportes actuales que genera  la necesidad de “trabajadores que se limiten a escribir lo que les dicen”.

Serrano agrega un matiz: “no es que el periodismo necesite ese tipo de periodistas, es el sistema de productividad impuesto por muchos medios: noticias urgentes, breves, sin compromiso, superficiales, que se basen en un corta y pega de declaraciones”. Y deja en el aire una explicación posible de la debacle de los medios impresos: “Quizás optar por ese formato puede ayudar a entender por qué muchos medios escritos se están hundiendo”.

Sobre lo que está enseñando el periodismo desde el punto de vista mercantilista, en el que prima el dinero, la urgencia por ver quién es el primero en dar la noticia y no en quién da la información contrastada, el fundador de rebelion.org señala que en el ejercicio actual del oficio algunas “perversiones” tienen causas diversas, como “la rentabilidad y la productividad”.

Las consecuencias tendrían que ver, según el periodista e investigador, con un nuevo comportamiento en las audiencias, una suerte de complicidad involuntaria que va más allá de sus alcances: “se está consolidando entre el público una obsesión por lo urgente y lo breve”. El efecto crucial de esto sería el apuntalamiento de contenidos con las características señaladas a través de las reacciones, respuestas o feedback de los lectores, radioescuchas y televidentes, cuyo seguimiento se facilita a través de las redes sociales.

Contra estas condiciones que generan desinformación y mantienen a un público desinformado en medio del gran flujo de datos, Pascual Serrano  considera que el oficio periodístico debe enseñarse, incluso, desde “una carrera en la que se aprendiese mucha historia, mucha geopolítica, mucha lengua”, pues, concluye: “Es el formato actual de ensambladores de declaraciones el que nos está convirtiendo en operarios manuales sin formación”.

Otra de las novedades que identifican al estado actual de la circulación de contenidos tiene que ver, según Serrano, con que los medios de comunicación ahora son “agentes de intervención política” que “utilizan sus contenidos para servir a su objetivo político”.

En cuanto a uno de los mecanismos de la autocensura que hoy goza de mayor salud, la corrección política, Serrano afirma que esta se refleja en un “mito absurdo: la equidistancia”, comúnmente conocida como contrastación de la información. Y explica: “Siguiendo el modelo de periodismo declarativo, los periodistas recogen un testimonio y el de la posición contraria, y así creen que informan. Es estúpido pensar que la verdad se encuentra entre dos testimonios opuestos. El periodista debe buscar la verdad y contarla, no limitarse a presentarnos las diferentes versiones para que las audiencias se queden sin saber quién miente”.

Las condiciones laborales de los reporteros también han sido tocadas por la dinámica moderna del periodismo. En este ámbito los problemas ya no son enfrentados de forma colectiva. “Las nuevas generaciones de trabajadores, y cuanto más cualificados peor, optan por negociar y pelear de forma individual porque creen que así pueden lograr mejores condiciones. Es absurdo porque detrás hay cientos de miles de profesionales dispuestos a ocupar su lugar y eso lo sabe el empresario. Solo una presión colectiva puede conseguir mejoras laborales, siempre fue así en la historia de los trabajadores”, concluye.

Para el periodista, otra de las características por cambiar sería la periodicidad diaria. (I)

DATOS

Pascual Serrano (Valencia, España, 1964) periodista, cofundador de Rebelión.org. Ha trabajado para los medios ABC, Público, Le Monde diplomatique, Diagonal, entre otros.

Autor de los libros sobre el oficio: Palabras e imágenes para el odio y la guerra; Periodismo y crimen; El caso Venezuela 11-04-02, Medios violentos; Desinformación; Cómo los medios ocultan el mundo; El periodismo es noticia; Tendencias sobre comunicación en el siglo XXI, Traficantes de información; La historia oculta de los grupos de comunicación españoles, Periodismo canalla; Los medios contra la información.

Sostiene que el tradicional control de los medios, a través del poder económico, su propiedad y dinámicas de producción,  degrada la mente de los consumidores de información que, cada vez más, se precipita hacia lo simple y lo superficial.