La comunicadora y magíster en Educomunicación, Paulina Andrade, junto a un grupo de ciudadanos, entre ellos periodistas, sociólogos, psicólogos, están consolidando la Asociación Nacional de Usuarios de Medios de Comunicación, con el objetivo de que la ciudadanía exija una información verdadera, seria, contextualizada a los medios de comunicación. Dicen que no están en contra de los medios, pero buscan darle al ciudadano herramientas educativas de formación de criterio.

¿Qué resultados se han arrojado desde el 2000, cuando la Fundación Progreso y Solidaridad (Prosol) empezó a trabajar en  Educomunicación?      

Como fundación buscamos ser un nexo entre la escuela y las autoridades públicas y privadas (dueños de los medios) para que la televisión sea más segura para nuestros niños y adolescentes; es decir que la programación esté acorde con las necesidades de la sociedad. Trabajamos porque el Ecuador es incipiente en educación para los medios y porque nos preocupa. Hay un clamor ciudadano, porque la mayor cantidad de los niños pasan largas horas frente a la televisión sin ningún tipo de protección. Están inermes  frente a sus mensajes y, lastimosamente, la televisión se ha convertido, lejos de ser un medio que favorezca al diálogo ciudadano y el Buen Vivir, en una fuente de antivalores, de violencia. La televisión no está al servicio de la educación y eso hace que todo lo que el niño aprende en la mañana en la escuela se desteje la tarde frente a la televisión.

¿Tienen estadísticas de cómo ciertos mensajes de la televisión afectan a este grupo social?

Sí. Tenemos estadísticas que hablan que los niños y adolescentes en Ecuador ya pasaron hace rato de ser televidentes a teleadictos. Pasan en promedio 4 o 6 horas frente a la televisión y las nuevas tecnologías, ligadas al internet, sin protección. Cuando se deja a un niño frente a la televisión se le está exponiendo a un maestro, que usa personajes de atractiva personalidad, luces, formas de estimular a los sentidos, de manera que los mensajes quedan más hondamente grabados en el subconsciente. La televisión educa bien o mal, pero educa. Los niños y adolescentes pasan  más tiempo frente a la televisión que en la escuela. Un chico a los 17 años, cuando se gradúa de bachiller, ha pasado 10.000 horas  en la escuela frente a 20.000 en la televisión.

¿Han visto algún cambio con la Ley de Comunicación?

La Ley de Comunicación sí constituye una victoria  de tipo político, cultural, ético frente a esta imposición neoliberal que tienen algunos medios de creerse que la defensa de sus intereses y su ideología constituye la opinión pública. Estamos conscientes como ciudadanía que ha habido avances con la Ley de Comunicación, pero es muy importante que los sectores políticos y sociales se apropien de los contenidos de esta ley. Con la Asociación Nacional de Usuarios de Medios de Comunicación buscamos que lo que está escrito en la Ley de Comunicación se lleve a la práctica, que no sea como letra muerta, que se respeten los derechos de los lectores, radioescuchas, usuarios de los distintos medios, pero que también se escuche nuestra voz y se logren democratizar los medios.

¿Por qué creen que los defensores de audiencia no han funcionado?

La gran pregunta es: ¿dónde están? Llamaron a un concurso hace un año y lo dejaron insubsistente. Sí queremos una opinión pública informada en materia de comunicación es importante que esa opinión sea educada en lectura crítica de mensajes, porque es la  única manera en que los cambios de tipo social sean a larga data.  

¿Quiénes conforman la asociación?

La asociación tiene un grupo de profesionales en donde hay ingenieros financieros, sociólogos, psicólogo, expertos en negocio, comunicadores. Somos un grupo de profesionales  multidisciplinarios. Estamos seguros de que se sumarán colectivos ciudadanos, porque es un  clamor de la ciudadanía, que ve con preocupación cómo se está acabando con los valores tradicionales que fueron costumbre en América Latina (solidaridad, respeto a la familia y al otro) por los cambios culturales que existen por la injerencia de los medios. Otra cosa que nos mueve es la lucha contra la mala programación. Lamentablemente, los medios de comunicación y de esto no se libran incluso los medios públicos, no me refiero al canal del Estado, pero sí a otros medios, están presentando  telebasura como los segmentos de prensa rosa que  con afán de atraer el rating, la atención  de la gente, nos expresan violencia, sexo, lo peor de la naturaleza humana y traen a determinadas personas de extractos bajos para que hagan todo un teatro. Son programas que no tienen nada cultural, sin valores cívicos y que buscan atraer la atención y el rating mediante el morbo, la violencia y el uso de la sexualidad.

¿Qué pasos legales están siguiendo para exigir programación de calidad?

Estamos en el proceso legal de formar la Asociación, pero queremos formar a la ciudadanía. Hay que educar a la gente para que tenga una lectura crítica de los mensajes porque  estos no son inocentes o inocuos, siempre están cargados de ideología, valores de formas sesgadas de ver el mundo. Hay programas inicuos, aparentemente, como dibujos, telenovelas, series, que nos van formando desde pequeños una mirada del mundo.      

¿En qué se diferencian del grupo de Guayaquil, que realizó una marcha contra la telebasura?

No tenemos una vinculación cercana. Hemos hecho un seguimiento, sí sabemos que hubo una marcha contra la telebasura, pero no creemos que sea la forma como se debe tratar. Debemos ser más organizados y no puede ser el llamado de una sola persona, que además quiere utilizarlo como plataforma política, sino que esta necesidad de toda la sociedad debe ser organizada a través de una Asociación de Usuarios, que a la vez que se educa, va tomando fuerza, porque creemos que la sociedad civil debe tener una injerencia directa con los medios de comunicación y con las autoridades.

¿Cómo exigirán esto?

Partimos de la idea de que la comunicación es un servicio y como tal debe ser regulado. La comunicación debe estar al servicio de la sociedad y no de intereses particulares. Ahora hay ciertos nexos con poderes normalmente internacionales que provocan una información y crítica sesgada, pero también hay desinformación, manipulación informativa. Como ciudadanos creemos que se deben respetar nuestros derechos humanos, porque cuando los medios no hablan con la verdad se irrespeta los derechos consagrados en la Constitución.  

¿Cómo trabajarán para lograr ciudadanos activos?

Hicimos una propuesta al Ministerio de Educación para formar a niños y adolescentes y otorgarles estas herramientas desde el aula. La gente educada puede hacer un frente, una muralla, para enfrentar el lavado cerebral que estamos recibiendo de países como EE.UU. que va en contra de nuestros gobiernos. (I)