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El consumo televisivo comienza a ser individual

El consumo televisivo comienza a ser individual
28 de enero de 2015 - 00:00 - Redacción Cultura

Cada nuevo soporte mediático es siempre condenado a su fin. La televisión parece desafiar todo pronóstico negativo ante la llegada de internet, y con el tiempo se constituye como un formato más que como un simple soporte.

Para el periodista español Ignacio Ramonet la televisión está dejando de ser progresivamente una herramienta de masas para convertirse en un medio de comunicación consumido individualmente, a través de diversas plataformas, de manera diferida y personalizada.

Desde este planteamiento no se puede hablar de la televisión como un soporte, sino como un formato, considerando que ya no es necesario ver la televisión desde la pantalla chica, sino que es posible hacerlo desde un monitor de computadora o un dispositivo móvil con internet y la oferta de los canales en replay.

Para los espectadores ya no es necesario saber los horarios de la parrilla.

Los primeros cambios que enfrenta la televisión en su soporte tienen relación con la digitalización. A diferencia de la televisión analógica, donde  ya no cabían más cadenas y no existía posibilidad física de añadir nuevos canales, con la digitalización el espectro radioeléctrico se fracciona y se optimiza.

Por cada frecuencia de 6 MHz, en vez de una sola cadena, pueden ahora transmitirse hasta 6 u 8 señales, y se multiplica de ese modo la cantidad de canales. Donde antes en una zona había 7, 8 o 10 canales, ahora hay 50, 60, 70 o centenares de canales digitales...

Según Ramonet, el incremento de cadenas disponibles, particularmente por cable y satélite, dejó obsoleta la fidelidad del telespectador a un canal de preferencia y suprimió la linealidad.

Los jóvenes televidentes pasan del consumo ‘lineal’ de TV hacia un consumo en ‘diferido’ y ‘a la carta’ en una ‘segunda pantalla’ (ordenador, tablet, smartphone).

De receptores pasivos, los ciudadanos están pasando a ser, mediante el uso masivo de las redes sociales, ‘productores-difusores’, o productores-consumidores (prosumers).

Los usuarios quieren ver televisión de acuerdo al tiempo que tienen, sin depender del canal que transmite una producción para continuar con la historia de su serie favorita. Los televidentes de hoy no quieren ajustarse a la decisión de los productores del canal al momento de considerar lo suficientemente ‘vendible’ una serie como para estar en su programación o ser parte del prime time –la hora en la que se supone más gente puede estar frente a una pantalla-.

Finalmente los medios intentan acoplarse a la propuesta que tiene internet desde plataformas web. Pero ahora su competencia está también en la oferta de los canales online, por ejemplo las decenas de cadenas que YouTube difunde, o los sitios de video para alquilar a la carta. Reed Hastings, director de Netflix, el gigante estadounidense del video en línea (con más de 50 millones de suscriptores), declaró recientemente que “la televisión lineal habrá desaparecido en veinte años porque todos los programas estarán disponibles en internet”.

 Para Ramonet eso es posible, pero no seguro.

Las cifras mundiales sobre el consumo de internet y de las nuevas plataformas de televisión, como Netflix o Amazon constatan la posibilidad de que cada vez haya más televisores conectados a Internet. Francia es uno de los primeros países en responder a la tendencia, con el 47% de los jóvenes de entre 15 y 24 años. Entonces, según resalta Ramonet, los únicos programas masivos de audiencia en vivo, de “sincronización social”, que reúnen a millones de telespectadores, serán los noticiarios en caso de actualidad nacional o internacional espectacular (elecciones, catástrofes, atentados, etc.), los grandes eventos deportivos o las finales de juegos de emisiones de tipo reality show.

Pero la cultura de masas y la televisión, una de sus herramientas viabilizadoras, tiene como una de sus características una rígida institucionalización. Esta es capaz de transformar la moderna cultura de masas en un medio formidable de control psicológico, según apuntaba Theodor Adorno en sus ensayos sobre el tema.

Para Adorno, la televisión, como parte de la cultura de masas, tiene como marca el carácter reiterativo de ser siempre lo mismo, y la ubicuidad de la moderna cultura de masas tiende a favorecer las reacciones automatizadas y a debilitar las fuerzas de resistencia individual. Tal vez los soportes y los parámetros de consumo de televisión estén cambiando, pero no así su producción como formato.

Datos

Los televisores están desapareciendo. Por ejemplo, cada vez hay menos líneas de avión que disponen de pantallas de televisión,  individuales y colectivas.

Según el último informe de Facebook, casi el 30% de los adultos de Estados Unidos se informa a través de Facebook y el 20% del tráfico de las noticias proviene de esa red social.

Según los planes de la dirigencia de Twitter, se pueden subir videos desde el móvil a la red social. Se pasará de los escasos seis segundos actuales que permite la aplicación Vine a un video largo.

La apuesta de Google es que el video en Internet va a terminar poco a poco con la televisión. John Farrel, director de Youtube para América del Sur, prevé que el 75% de los contenidos audiovisuales serán consumidos vía internet en 2020.

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