Según el Índice de Facilidad para Hacer Negocios del Banco Mundial, en 2013 el Ecuador se ubicaba en el puesto 135 de 189 países. Esa realidad podría cambiar gracias al impulso para crear nuevos negocios que generen empleo, innovación y aporten al crecimiento, y que se espera conseguir con cambios en las leyes y programas de financiamiento y capacitación.

Según expertos en la materia, se requieren 4 aspectos básicos para garantizar el funcionamiento de una empresa: tener un plan de negocios, cumplir con los procesos legales de formalización de la empresa, contar con un capital inicial y garantizar capacitación y actualización de todo el personal.


En el Ecuador, varias instituciones públicas y privadas apoyan y asesoran a los emprendedores en esas etapas. La más reciente decisión en ese sentido está contemplada en la nueva Ley de Fortalecimiento del Sector Societario y Bursátil que fue aprobada el 13 de marzo por la Asamblea Nacional y espera el pronunciamiento presidencial para entrar en vigencia.

Además, el Gobierno a través de la Corporación Financiera Nacional lanzó hace unas semanas una nueva línea de crédito dirigida a pequeñas y medianas empresas relacionadas con sectores para el cambio de la matriz productiva. También puso a disposición de emprendedores el Fondo Nacional de Garantías para cubrir requisitos, sobre todo, en nacientes negocios.

La nueva ley, entre otros aspectos, simplifica el proceso de constitución de una compañía, un trámite que puede desincentivar un negocio o alargar injustificadamente su entrada en operación.

Actualmente “una empresa en el Ecuador se demora entre 2 y 3 meses en constituirse si todo sale perfecto. En promedio son 6 meses”, indicó Patricio Rivera, ministro Coordinador de la Política Económica, la semana pasada, durante la rendición de cuentas su sector. “Estamos desarrollando un conjunto de herramientas que nos van a permitir que estos tiempos bajen a aproximadamente 5 o 7 días. Si una empresa lo hace muy bien, en 2 días tendrá su negocio”, agregó el funcionario, destacando los beneficios de la nueva ley.

Al referirse a este aspecto, el presidente Rafael Correa explicó que la visión de la normativa parte “de que la empresa o el empresario dice la verdad y se hace un control posterior. “Si nos ha engañado, tendrá muy fuertes sanciones legales”, advirtió. Correa estimó que la nueva política permitirá ahorrar unos $ 100 millones gracias a que se eliminan ‘papeleos’.

Trámites más simples y ágiles
La nueva normativa contempló la reforma de leyes como: de Compañías y Valores, Ley Notarial, Ley de Registro, Código de Procedimiento Civil y Ley General de Instituciones del Sistema Financiero.

El objetivo fue simplificar los procesos de constitución de sociedades para completarlos en pocas horas, incluso se podrán acceder a servicios en línea para este fin.

La nueva ley parte de que el empresario dice la verdad, por lo que la revisión de documentos no será un requisito previo al funcionamiento del negocio. Con menos papeleo se ahorrarán $ 100 millones.
Un sistema creado por la Superintendencia de Compañías está listo para entrar en operación una vez que la ley se publique en el Registro Oficial. “Lo hemos hecho como se hace en otros países desarrollados: los socios van a la notaría directamente, manifiestan su voluntad de asociarse e inmediatamente el notario subscribe la escritura y la envía en línea al Registro Mercantil y al Servicio de Rentas Internas (SRI)”, explicó la superintendenta, Suad Raquel Manssur a EL TELÉGRAFO. Las notarías no requieren ningún software especial para acceder al sistema; basta con una conexión a internet.

El gráfico 1 muestra el paso a paso de ese proceso. El notario ingresará la documentación al sistema, automáticamente hace la inscripción en el Registro Mercantil y, enseguida, el SRI emitirá el Registro Único de Contribuyentes (RUC). “Con esto, en pocas horas, el usuario tiene creada su compañía”, agregó Manssur. La nueva ley establece sanciones leves, graves y muy graves si se encuentra información incompleta en una evaluación posterior.

La Superintendencia de Compañías es la entidad encargada de la constitución de una empresa, ya sea anónima, limitada, economía mixta o sucursales extranjeras. Según Manssur, la antigua normativa obligaba a que los interesados se acercaran a la entidad, publicaran un extracto de la escritura en un medio de comunicación de circulación nacional, pasara por una notaría, por el Registro Mercantil, además de realizar otros pasos que en total sumaban 16.

Con la nueva ley se eliminan esos requisitos y la revisión se la hace posteriormente. Solo si se comprueban errores en la documentación, se detendrá el proceso. Además se elimina la obligatoriedad de publicar la escritura en la prensa, pues los actos societarios serán publicados en la página web de la Superintendencia de Compañías.

Los documentos básicos que se requieren para arrancar con el funcionamiento y formalización de una empresa son: el RUC, la licencia única de actividad económica (otorgada por los municipios) y los permisos de funcionamiento, según el tipo de empresa, ya sea de producción o servicios.

Una forma de incentivo
En 2013 se conformaron 8 380 empresas con la antigua tramitología, y hasta febrero sumaron 1 219, según datos de la Superintendencia de Compañías (gráfico 2).

Laura Figueroa, una emprendedora que creó una empresa de desarrollo de software y seguridad electrónica hace 6 años, opinó que “la parte legal para constituir una compañía limitada fue la más demorada. Había que esperar un abogado para hacer todos los trámites”.

“Ahora que los trámites se realizan en línea es más fácil porque antes hacía fila de hasta 8 horas para actualizar los datos en la Superintendencia de Compañías”, indicó en referencia a procesos que ya se pueden completar a través de Internet y que no necesitaban de la vigencia de la nueva ley.

Flor María Granda, dueña de una microempresa comercializadora de pulpa de frutas, suspira al recordar su trajín en la creación de su negocio. “Los trámites son muy largos. Hemos solicitado documentación en agosto y aún no nos entregan. En ocasiones pasadas nos han entregado papeles caducados y eso no nos permite avanzar”. Por el tamaño de su empresa no requiere acudir a la Superintendencia de Compañías, pero sí solicitar los permisos de funcionamiento en el Municipio, obtener los registros sanitarios para cada uno de sus productos, presentar su contabilidad en el SRI, registrar el nombre de su producto en el Instituto Ecuatoriano de la Propiedad Intelectual, etc. Agrega que su principal obstáculo ha sido la normativa cambiante y reconoce que a veces duda de continuar con su negocio. “Trabajamos y trabajamos, pero cada vez hay nuevas normativas. No me opongo a las leyes pero como empresas pequeñas no tenemos la capacidad económica para cumplir con todo, pero aunque sea a paso tortuga seguimos luchando”.

Del pedido de ambas empresarias se hace eco la nueva ley. “Tener una compañía no es fácil, pero mantenerse es muy difícil. El Gobierno debe facilitar los trámites para seguir impulsando la producción nacional”, señaló Figueroa.

De su lado, Byron Sánchez, representante de la Cámara de la Pequeña Industria de Pichincha, se mostró seguro del éxito de la nueva ley. “Un país que simplifica trámites empresariales es un país que fomenta la creación de un ecosistema de desarrollo empresarial”. Y abogó por ir más allá al plantear la necesidad de “una ventanilla única” para concentrar a las instituciones que intervienen en la formalización de un negocio y así “ahorrar tiempo y dinero”.