Publicidad
Tabacos y alcohol se alejan de los hogares ecuatorianos
Los ecuatorianos destinan un mayor número de ingresos a la compra de alimentos y bebidas no alcohólicas y gastan menos en alcohol, tabaco y estupefacientes, lo que les significa un gasto total de 2.393,5 millones de dólares mensuales.
La cifra incluye a otros 10 bienes y servicios que figuran en la estructura de egresos de los hogares, según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos 2011-2012 efectuada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
La última investigación se hizo en el periodo comprendido entre 2003 y 2004. Después de 10 años la realidad es otra: los ecuatorianos tienen una capacidad de ingresos que les permite gastar de acuerdo con sus hábitos de consumo; hay excedentes para ahorrar, pero persiste una distribución inequitativa, tanto del ingreso como del gasto.
Para el director INEC, José Rosero, el balance es “positivo y saludable, fruto del crecimiento económico del país que estimula el gasto como consecuencia del incremento del ingreso y permite a los hogares tener una capacidad de ahorro mayor que hace 10 años”.
De hecho, las personas no dan tregua al consumo, aunque se endeuden. “Un mayor gasto ayuda a subir el status de las personas”, afirmó el presidente del Colegio de Economistas de Pichincha, Víctor Hugo Albán. Explicó que las facilidades de crédito de 40 a 60 meses plazo para adquirir un bien, permiten que las familias tengan, por ejemplo, un plasma (televisor) que antes estaba destinado solo para las personas pudientes.
Ahora, los ecuatorianos “se modernizan con este tipo de equipos, a la vez que son una necesidad porque se ensamblan para ahorrar energía eléctrica y garantizar la nitidez de la comunicación y captación de imágenes”.
Beatriz Vallejo, profesora de un colegio de Quito, de 48 años, se compró un plasma en el Centro Comercial San Luis, porque contrató el servicio de cable de la Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT) y, con su anterior televisor, los técnicos no podían instalarlo.
“Tenía mis ahorros y con el incremento salarial del Gobierno al magisterio reuní los 660 dólares que me costó en una promoción que se hacía”, manifestó.
En cambio, Esteban Cordero, adquirió TV cable e Internet con la misma empresa, a un precio módico para su bolsillo. En el futuro, piensa ampliar los servicios para conversar directamente con sus hijos que se encuentran en Estados Unidos, mediante el sistema Skype.
Este reacomodo de las clases sociales, al ritmo del crecimiento económico del país, indujo al presidente del Banco Central, Diego Martínez, a señalar que el proceso que vive el país es igual desde la época de la dolarización, pero con mejores salarios y niveles adecuados de consumo.
“Evidentemente, hay mayor disponibilidad de dinero para el consumo, debido a un mejor ingreso per cápita y, por ende, de los fondos familiares”, manifestó, por su parte, la directora de la Tribuna Ecuatoriana de Consumidores y Usuarios, María José Troya, quien atribuye este situación a la bonanza de los buenos precios internacionales del petróleo.
Distribución del gasto
El director del INEC reveló que la prioridad de los hogares es destinar el 24,34% de sus ingresos a alimentos y bebidas no alcohólicas, lo que significa un egreso de 584,4 millones de dólares mensuales del total de 2.393,5 millones.
El transporte ocupa el segundo lugar con el 14,50% y un desembolso de 349,4 millones; mientras que el 9,90% corresponde a bienes y servicios diversos que demandan 236,3 millones. Las prendas de vestir y calzado demandan el 7,90%, es decir, 190 millones; los restaurantes y hoteles, el 7,70%, igual a 184,7 millones; y la salud, el 7,90%, equivalente a 179 millones.
El séptimo lugar es para el grupo de alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles que demandan 177,3 millones (7,40%); seguido de 142 millones (5,90%) de gastos en la compra de muebles, artículos para el hogar y para la conservación ordinaria del hogar.
Las comunicaciones requieren de 118,7 millones (5%); recreación y cultura 109,2 millones (4,60%); educación 104,3 millones (4,40%); y, por último, bebidas alcohólicas, tabaco y estupefacientes, 17,3 millones (0,70%).
Sin embargo, no todos los hogares consumen igual por el problema de concentración y distribución del ingreso y el gasto.
Rosero explicó que el 10% de las familias más pobres del Ecuador concentra apenas el 4% del total del gasto. No así el 10% más rico de la población que abarca el 24%, lo cual, “obviamente, demuestra la distribución inequitativa” de esta variable, explicó el funcionario.
Ahorro de 83 dólares
Según la encuesta, el ingreso total promedio mensual de los hogares ecuatorianos llega a 893 dólares, frente a un gasto de 810 dólares. El remanente corresponde al ahorro de 83 dólares.
Pero hay diferencias entre el área urbana y rural. En la urbana, Rosero explicó que hay mayores ingresos y gastos, pero también capacidad de guardar un promedio de 103 dólares mensuales. Mientras que en las zonas rurales los ingresos son menores, sus gastos van en esa misma dirección y reservan 41 dólares.
Aunque la capacidad de ahorro sea baja, Rosero explica que eso no significa que todos los deciles de la población estén en posibilidades de tener excedentes.
Así, el decil 1 y 2 “más bien desahorran”, señaló el funcionario, al localizar en este segmento al 20% de los hogares más pobres, cuyos ingresos son menores que los gastos y, por lo tanto, tienen que acudir a alguna clase de crédito o préstamo para cubrir sus necesidades.
La posibilidad de guardar parte de los ingresos empieza recién en el decil 6 de la población, lo que significa que el 50% de los ecuatorianos con mayores ingresos están en posibilidades de dosificar el dinero.
Según el director del INEC, el ahorro se concentra en el 20% más rico de la población, o más bien en el decil 9 el 10%, y en el 10 el 16%.
Distribución de los ingresos
La encuesta divide al ingreso en dos componentes: monetario y no monetario, con el 80% y el 20% del total. Dentro de los ingresos monetarios, la fuente más importante que tienen los hogares es el trabajo, que permite cubrir el 83% de los fondos.
En el segundo puesto se encuentra la categoría de transferencias corrientes (12.5%) que no son sino las remesas del exterior que reciben las familias y las ayudas del Gobierno, como el Bono de Desarrollo Humano de 50 dólares mensuales.
Asimismo, una de las fuentes más importantes de los ingresos no monetarios constituye la vivienda, que representa el 45,8%, así como los regalos recibidos que llegan al 30% y el salario en especie el 15.4%.
Rosero explicó que en la distribución de este componente, el decil más pobre de la población concentra el 3,4% del total. En tanto que el 10% más rico de la población abarca el 27,5%. En consecuencia, sostuvo que, tanto por el lado del ingreso como del gasto, “se refleja una distribución inequitativa”.
Asimismo, en proporción al ingreso no monetario, el correspondiente 18,5% por autoconsumo y autosuministro en la zona rural, supera tres veces a la urbana, que suma el 6,3%.
Eso se explica por el sistema agrícola nacional, que es una de las actividades más importantes que ocupa entre el 25% y 29% de la Población Económicamente Activa (PEA) y representa alrededor del 20% del Producto Interno Bruto (PIB).
Según Mauricio Bustamante, ex presidente de la Cámara de Agricultura de la Primera Zona, si se considera que la cuarta parte de los ecuatorianos “estamos directa o indirectamente vinculados a la agricultura, resulta obvio pensar que el crecimiento de esta actividad va a estar en la escala de consumo de los hogares”.
Lo que más demandan los ecuatorianos son los productos lácteos: leche y derivados; y los artículos de la canasta básica familiar: papas, arroz y granos. Y, en el agro se refuerza el autoconsumo y suministro, insistió Bustamante.
Sitios para comprar
La encuesta del INEC identifica también los sitios que prefieren los hogares para abastecerse de productos alimenticios, prendas de vestir, electrodomésticos o equipos tecnológicos.
Así, el 48% del gasto del consumo mensual se realiza en tiendas de barrio, bodegas y distribuidoras. El 30% corresponde a la categoría de mercados y ferias libres; el 14% a vendedores ambulantes, panaderías, carnicerías y kioscos; y, finalmente el 9% a los hipermercados y cadenas de supermercados.
Sin embargo, en el área rural las familias compran más en mercados y ferias libres; en tanto que en la zona urbana se inclinan por los supermercados.
Al respecto, Troya explicó que el nivel de penetración de los supermercados en Ecuador todavía es más bajo de lo que suele ser en otros países de la región, donde el consumidor prefiere acudir a esos espacios. La funcionaria atribuye el hecho a razones de carácter cultural y, fundamentalmente, a aspectos de accesibilidad, cercanía y precios, que es lo que motiva a los ciudadanos a frecuentar dichos lugares.
Un estudio del Colegio de Economistas de Pichincha asegura que un buen porcentaje de ecuatorianos administra bien los ingresos, el 15% está sobre endeudado y el resto busca un equilibrio por las facilidades de crédito que dan las casas comerciales.
Precisamente, en el crédito juegan un papel importante las tarjetas que, según la Superintendencia de Bancos y Seguros, “hay indicios” de que un promedio de 400.000 familias ecuatorianas están sobre endeudas, por el uso indiscriminado.
Asimismo, gran parte de la liquidez que inyecta el Gobierno Nacional, vía gasto público, ha generado empleos, contratos directos e indirectos que estimulan el consumo en las diferentes escalas.
Pero frente a este escenario Bustamante destacó la necesidad de desarrollar campañas, tanto públicas como privadas, tendientes a incentivar el consumo de productos de calidad, sanos y que lleguen de manera oportuna a la mesa de los habitantes. Sostuvo que uno de los grandes anhelos del sector agropecuario es romper la intermediación dentro de la cadena productiva, e instó a las autoridades a tomar medidas que permitan crear mercados ciudadanos para que el consumidor adquiera directamente productos frescos y a un mejor precio.
Composición de los hogares
Un dato importante que aporta la Encuesta de Ingresos y Gastos del INEC es la composición de los hogares ecuatorianos que ha cambiado radicalmente desde 1975 cuando estaban integrados por 5,4 personas, frente a 3,9 de 2012.
En el área rural las familias son más numerosas (4,0 personas por hogar) y en la urbana, menos, con 3,8. De igual manera, el promedio de perceptores (persona que cobra o recibe rentas, pensiones o imposiciones) pasó de 1,7 en 1975 a 2,0 entre 2001 y 2012.