Quienes nacieron en el siglo XX quizá crecieron con la idea de que Estados Unidos es el norte, no solo del continente, sino del mundo. El ‘sueño americano’ es ejemplo de ello. Se consideraba que viajar a Estados Unidos era la solución para tener una mejor calidad de vida e incluso, para salir de la pobreza. No obstante, Estados Unidos no ha estado siempre a la cabeza de la economía mundial. En la infografía que MASQMENOS presenta en esta edición se muestran los giros que ha tenido la historia internacional según el surgimiento de nuevos bloques económicos y el descenso de otros.

Desde una perspectiva geopolítica, Héctor Luis Saint-Pierre, doctor en Filosofía Política por la Universidad Estadual de Caampinas y quien hace pocos días llegó al Ecuador como participante del programa Prometeo, explica que desde 2001 “hay un descrédito de los Estados Unidos cuando ejecuta acciones militares que no llegan a ningún resultado político válido. Eran efímeras victorias militares que no se concretaban en logros estratégicos”. Saint-Pierre cita el ejemplo de las invasiones estadounidenses a Iraq y Afganistán, las cuales “han creado más inestabilidad en el mundo. Es decir, aquella potencia que se arrogaba el derecho de poner estabilidad en el mundo, era la misma que provocaba la inseguridad”.

En este contexto, las ideologías de integración de América Latina, de cooperación sur-sur y de la proyección Asia-Pacífico toman forma. Brasil es uno de los pioneros en impulsar la integración de América del Sur, “sin priorizar a Europa ni a Estados Unidos en sus relaciones externas”, señala el académico.

Externamente, Brasil es parte del bloque conocido como BRICS, formado también por Rusia, India, China y Sudáfrica. Los representantes de estos países se reunirán mañana en Fortaleza (Brasil) para evaluar su situación económica y entre otras cosas, plantear la creación de un banco de desarrollo. A esta reunión acudirán también los 12 países miembros de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).

Economías emergentes y potentes

El 30 de noviembre de 2001, Goldman Sachs publicó un informe titulado Building Better Global Economic BRICS. El documento pronosticaba que luego de 10 años, el peso de los BRICS en el producto interno bruto (PIB) mundial tendría impactos fiscales y monetarios en el globo. También, que en menos de 40 años, las economías BRICS superarían a potencias como Estados Unidos y Japón, que entonces suponían dos tercios del PIB mundial. El cálculo resultó correcto: 13 años después, los BRICS representan el 25% del total mundial, es decir, estos 5 países sostienen una cuarta parte de la economía global.

El crecimiento de Brasil ha sido modesto pero estable: 2,7% (2011), 1% (2012) y 2,5% (2013). El Fondo Monetario Internacional estima un 1,8% para 2014. La tasa de desempleo fue de 5,4% en 2013, la pobreza e indigencia continúan cayendo. Los logros sociales de Brasil han sido reconocidos en todo el mundo. Entre 2001 y 2012, la pobreza pasó de 63,7% a 36,3% y la indigencia de 13,2% a 5,4%, según los últimos datos disponibles de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Rusia se caracteriza por sus exportaciones energéticas así como por la comercialización entre la Unión Europea y la Comunidad de Estados Independientes. Su presidente, Vladimir Putin, mencionó la semana pasada que Rusia aspira a “aumentar la interacción económica y comercial con América Latina” en la región con énfasis en “su componente de inversión”. Entre las áreas de interés para la cooperación, mencionó en concreto la petrolera, gasífera, hidroenergética, de energía nuclear, construcción y tecnologías de la información. “Estamos interesados en una América Latina unida, fuerte, económicamente sostenible y políticamente independiente, que se está convirtiendo en una parte importante del mundo policéntrico y emergente”, sostuvo ante Prensa Latina.

Por su parte, India se destaca por proporcionar al grupo importantes servicios en los campos de tecnología, información y software. Asimismo, su vocación de constituirse en una potencia naval y aérea en el océano Índico y desarrollar una estrategia oceánica, le permite ser el garante de la seguridad y estabilidad en el sur de Asia, según el estudio Brasil, Rusia, India, China: Una realidad geopolítica singular, del Centro Superior de la Defensa Nacional, de España, llevado a cabo en marzo de 2011.

En cuanto a China, la expansión económica de los últimos años y su demanda de materias primas han tenido un efecto directo en América Latina. La influencia del gigante asiático en la región se amplió al punto que hoy son socios claves. Algunas cifras lo muestran: el comercio bilateral entre América Latina y China se multiplicó por 21 entre 2000 y 2012 y aumentó de $ 12.000 millones a $ 250.000 millones. En pocos años el gigante asiático pasó de ser un socio menor a tornarse en actor central del comercio exterior de la región. Las exportaciones aumentaron 25 puntos entre 2000 y 2012 y las importaciones, 18 puntos, según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), publicado en noviembre de 2013.
Finalmente, Sudáfrica, según el Índice de Desarrollo Humano elaborado por las Naciones Unidas, ocupó el puesto 113 en la tabla de 175 países. Su economía está basada en recursos naturales, comunicación, energía y transportes.

A propósito de la cumbre, Sudáfrica ha manifestado su deseo de proponer a Johannesburgo como la sede del banco de desarrollo debido a que este proyecto —señala el ministro sudafricano Rob Davies— “no se limitará a los 5 integrantes de los BRICS y su localización en la metrópolis financiera sudafricana supondría una gran ventaja para facilitar los proyectos en África”.

A parte de los vínculos económicos, para estos países también es prioridad la promoción de la inclusión y de la equidad social. Según el estudio antes mencionado, existe una agenda de preocupaciones sociales comunes, entre sus gobiernos: lucha contra el hambre y la pobreza, garantía de la seguridad alimenticia, de la salud, del empleo, de la educación, y de protección al medioambiente, etc.

El Foro Académico de los BRICS, integrado por instituciones estatales de los 5 países miembros, recomendó en marzo 5 pilares de trabajo: promoción de la cooperación para el crecimiento económico y el desarrollo; paz y seguridad; justicia social; desarrollo sostenible y calidad de vida; gobernabilidad política y económica y progreso a través de la innovación y el conocimiento. Estos desafíos, más la posibilidad de fortalecer los intercambios comerciales, generan expectativa para esta VI Cumbre de los BRICS. En nuestra siguiente nota encontrará un análisis al respecto: