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La importancia de las cuentas económicas cantonales en el Ecuador
Hace pocas semanas el Banco Central del Ecuador publicó, por primera vez en la historia de las estadísticas económicas, la cuentas cantonales. Son el resultado de una disposición transitoria del Cootad que manda su elaboración y de un gran esfuerzo técnico desplegado por la Dirección de Estadísticas del BCE. Serán de mucha utilidad para analizar la estructura productiva a nivel territorial y las brechas internas en los niveles de producción y productividad. Representan un insumo para la planificación de la política productiva desde la perspectiva de reducir desigualdades territoriales y generar un proceso productivo menos heterogéneo en el país y menos concentrado en las dos grandes ciudades.
En la Economía generalmente se busca responder las preguntas de qué producir, cómo producir y para quién producir, pero usualmente se deja a un lado la pregunta de dónde producir. Justamente las cuentas cantonales contribuirán a la búsqueda de respuestas a esta última pregunta. Son una extensión de la contabilidad nacional, corresponden al año 2007, son consistentes con la metodología seguida en la elaboración del nuevo año base de las cuentas nacionales y permiten analizar para cada cantón el nivel de su valor agregado bruto (VAB) y su estructura con una desagregación de 14 actividades económicas. Se basan en el principio de territorialidad, es decir, el VAB se asigna al lugar donde la unidad de producción ejerce efectivamente la actividad económica y no al lugar donde ésta tiene su residencia. Así, por ejemplo, el VAB petrolero se adjudica principalmente a las provincias amazónicas.
De igual manera, el VAB de empresas cuya residencia se ubica en Quito y Guayaquil pero su actividad económica la realizan efectivamente en cantones aledaños, se asigna a estos últimos. Los resultados muestran que los cinco cantones que generan mayor valor agregado bruto son, en ese orden, Quito, Guayaquil, La Joya de los Sachas, Cuenca y Orellana. En conjunto concentran el 52,6% del valor agregado bruto total. Quito concentra el 21,9%, Guayaquil el 20,3%, La Joya de los Sachas el 3,8%, Cuenca el 3,6% y Orellana el 3,0%.
Los siguientes cinco cantones que más contribuyen, en total un 10%, son Shushufindi (2,6%), Lago Agrio (1,9%), Ambato (1,9%), Esmeraldas (1,8%) y Santo Domingo (1,7%). En contraste, los cinco cantones con menor contribución a la generación del valor agregado bruto total son, de menor a mayor, Paquisha, Pablo VI, Chilla, Sucumbíos y Nangaritza. En conjunto representan apenas el 0,05%. Solo 16 cantones contribuyen a la generación de valor agregado con 1% o más cada uno, el resto de los 220 cantones considerados contribuyen individualmente menos del 1%. Estos resultados muestran, por un lado, quizá un excesivo fraccionamiento de la organización político administrativa del país y, por otro, justifican la incorporación de un enfoque territorial en la estrategia nacional para el cambio de la matriz productiva que considere las disparidades territoriales.