Publicidad
Superman vs. El Hombre de Acero
Era realmente el film más esperado del año, durante días estuve impaciente por ver Man of Steel (El Hombre de Acero). Tenía la receta perfecta para ser una gran película: producida por Christopher Nolan, director de La trilogía de Batman y escrita por David S. Goyer, autor de las historias de la misma trilogía y también de la trilogía de Blade. Lo que nunca me convenció es que Zack Snyder (Watchmen, Sucker Punch) fuera el director. Lo que más me ha gustado de Snyder es la secuencia inicial de Watchmen, es espectacular, pero por lo general sus películas son fuertes en el uso de efectos visuales vanguardistas y pobres en lo importante: el relato. Esto marcaba el camino para disfrutarla en grande, podría haber sido el pretexto perfecto para verla en IMAX. Al final todo fue completamente distinto, no la vi en IMAX, por suerte, y el film resultó ser una fórmula equivocada para un personaje que ya conocíamos con anterioridad y cuya historia no mostró casi nada nuevo. Quizá Superman existe fuera de ese tratamiento en el que quisieron enmarcarlo, podríamos decir que El Hombre de Acero es un barroco y pretensioso intento.
Los autores no tomaron en cuenta ninguno de los anteriores filmes de Superman, crearon desde cero sin referencias de la película de 1978 de Richard Donner o las series de televisión. Más bien la búsqueda profundizó en las obras que inspiraron a los creadores de Superman; Jerry Siegel y Joe Shuster en los años 30, según cuenta David Goyer: La Epopeya de Gilgamesh, El Nuevo Testamento, El Antiguo Testamento o Beowulf. Sin embargo, según el mismo Goyer, escribir sobre Superman le resultó mucho más complicado que hacerlo sobre Batman, ya que no tenía la misma conexión con el hombre de acero, de quien manifiesta que como personaje es más complicado ya que es un alien, un ser de otro planeta y que al parecer no tiene puntos flacos o debilidades. Lo cierto es que entre este desapego con el personaje y la necesidad imperante de realizar una nueva producción de Superman, ya que los dueños de los derechos de Siegel demandarían a Warner Bros. por pérdidas al no producir una película de Superman antes del 2011, Christopher Nolan propone a Warner Bros. a partir de una idea de David Goyer, Snyder es contratado como director y se lanzan en la aventura de crear un filme con la expectativa de que tenga el éxito que el dúo Nolan-Goyer tuvo con su anterior versión de un superhéroe de cómic.
En este nuevo film se repite al igual que en la versión de 1978 el inicio del relato en el planeta Krypton, el juicio y la condena al General Zod, el envío de Kal-El a otro planeta (la Tierra) por parte de su padre Jor-El para salvarle la vida ante la inminente desaparición del planeta donde habitan. De inmediato nos topamos con una carga de efectos y escenas de acción que no pocas veces son difíciles de seguir, hay un efecto particular de zoom en algunos planos que intenta acercarnos a la acción que sucede a lo lejos, pero que más bien desubica. Ya desde los primeros minutos se siente la mano de Snyder, quien manifiesta que buscó darle al film una estética de cámara en mano, en la que las acciones que sabemos son generadas por computadora (por la cantidad de efectos), se perciben como si realmente alguien con una cámara intentara captar la acción, todo esto para lograr un acercamiento con el espectador. Este recurso, por el contrario, provoca confusión y como resultado un distanciamiento con lo que estamos viendo. Hay momentos más adelante en la película, en las escenas de vuelo o de pelea del personaje de Superman, en las que es muy complicado VER lo que realmente sucede, definitivamente son aliens volando o peleando al máximo de sus capacidades y un supuesto camarógrafo (según Snyder) intenta captar lo que sucede. En un punto me recordó a las escenas de pelea de la serie animada Dragon Ball Z, en la que los combates son como pinceladas rápidas y los personajes son verdaderos meteoritos que derriban todo a su paso.
Más allá de los exagerados efectos, existen también elementos del relato y de sus personajes que no convencen. El mismísimo Superman, es un personaje plano, sin matices y hasta a veces resulta un tanto ingenuo, como en una escena en que manifiesta que jamás haría daño a los humanos, resulta poco creíble como lo dice, parece más una línea de telenovela. La primera parte del relato avanza en algunos momentos sin ritmo, como cuando aparece Luisa Lane, quien por una casualidad descubre el escondite de Kal-El y desde el inicio ella conoce la identidad de Superman (nombre que se le ocurre a la misma Luisa de manera bastante forzada más adelante en la película). La relación que disfrutamos en el filme de los 70 entre Luisa y Superman es inexistente en Man of Steel. En un punto se besan, pero es más bien una atracción física vacía, no hay una progresión dramática en ese sentido, a diferencia del filme de Richard Donner, en el que la inocencia y atractivo físico de Superman y la astucia y espontaneidad de Luisa Lane armonizan provocando situaciones divertidas y extremadamente románticas. Algo fastidioso es que recién al final de la película Superman ingresa a trabajar en el Daily Planet (el periódico de Metrópolis), o sea, ¿se hace incógnito luego de que ya Luisa sabe quién es y luego de que salvara a la Tierra de la destrucción? Y si me permiten otro aspecto en el que un amigo me hizo caer en cuenta, es la ausencia del tema musical emblemático de John Williams en la película, “ni siquiera aparece sonando en alguna radio”, me dijo, o aunque sea en los créditos, diría yo.
Este film se suma al numeroso grupo de películas como Transformers, The Avengers, Iron Man, etc. en los que existe una saturación de efectos grandilocuentes y de violencia sin sentido que puede llegar a ser muy aburrida. Nolan y Goyer crearon una versión más de Superman que no supera a la inteligente película de Richard Donner, la cual hoy en día podría provocar risas por sus efectos especiales, pero que conserva un relato bien estructurado con personajes sólidos. Todavía habrá que esperar para ver si logran reivindicarse, con una segunda parte de Man of Steel que ya ha sido anunciada y aceptar que lo conseguido con Batman no será superado en muchísimo tiempo.