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Roldós, el líder desaparecido
Tenía pocos años y no comprendía la magnitud de lo sucedido. La noticia resonaba por todo lado al igual que las míticas palabras de su discurso final: “Este Ecuador amazónico desde siempre y hasta siempre. ¡Viva la Patria!”. El sueño de la vuelta a la democracia, tras las oscuras dictaduras militares parecía diluirse. ¡Jaime Roldós Aguilera había muerto!
O había sido asesinado. John Perkins, en su libro Confesiones de un sicario económico, afirmó algo que desde siempre se había inferido: el accidente de avión que sufrió el presidente Roldós era, en realidad, la cristalización de un plan oculto que involucraba a la CIA y que tenía el objetivo de segar la vida del líder ecuatoriano a manos de los chacales. ¿La razón? No aceptar corromperse.
Son más de 30 años de dispersas búsquedas de una respuesta. Y ahora, Manolo Sarmiento y Lisandra Rivera despiertan la memoria colectiva con la presentación de su documental La muerte de Jaime Roldós, película que inauguró la más reciente edición del festival Encuentros del Otro Cine. El filme se suma a otros documentos históricos como el libro Quiénes mataron a Roldós, en el cual el escritor Jaime Galarza asegura que se trata de un asesinato.
Está claro que las políticas planteadas por Roldós incomodaban a los EE.UU. Incluso se llegó a hacer pública la declaración de los asesores del actor y ex presidente de los EE.UU., Ronald Reagan, en la cual se decía que la doctrina de Roldós debía ser condenada, pues perjudicaba a los intereses imperiales de los norteamericanos.
Roldós era una amenaza para el país del norte. Su intención política era recrear en Ecuador a un estado independiente y soberano frente al dominio imperial de EE.UU. Su muerte pudo ser consecuencia de un atentado en el que confluyeron intereses internos y externos, donde coinciden la Mossad, la CIA, las compañías petroleras, la ultraderecha ecuatoriana y ciertas autoridades militares de las tres ramas.
Jaime Roldós despertó inquietud en la derecha extrema norteamericana. Pues, en su corto lapso por la Presidencia enfrentó a las políticas imperiales defendiendo los derechos humanos ante las violentas dictaduras militares regadas por América Latina, mientras que la política de Estados Unidos era de intervencionismo en el continente y de persecución a los defensores de los derechos humanos.
Roldós mostró su oposición a las frecuentes invasiones en América Central y propuso una doctrina política basada en la recuperación de los recursos naturales para ayudar al pueblo. A los Estados Unidos no les gustó en absoluto que Ecuador planeara utilizar las ganancias de la venta del petróleo en ayudar a su propia gente.
El magnicidio de Jaime Roldós se puede considerar como la mayor frustración de la gran esperanza política de un pueblo. Un mandatario positivo y valioso para la historia de América que representaba los ideales democráticos que tanto necesitaba el país, luego del abuso a la dignidad de un pueblo oprimido y a la memoria colectiva. Esa memoria que ahora vuelve a estar despierta.