El rock argentino, cuna fundacional del movimiento roquero lationoamericano, atraviesa una difícil etapa de recambio generacional. Dos de sus mayores íconos, Luis Alberto Spinetta, fundador del mítico grupo Almendra, y Norberto ‘Pappo’ Napolitano, ícono del ‘rock pesado’ y considerado por BB King como el mejor guitarrista de Sudamérica, fallecieron en los últimos años. Gustavo Cerati, líder de la banda Soda Stéreo, permanece en coma desde 2010 tras sufrir un accidente cerebro-vascular, y Charly García, para muchos el mayor prócer del rock argentino, es más noticia hoy por sus hospitalizaciones que por su música. 

“El rock argentino, con los años, fue perdiendo la creatividad artística que lo distinguió hasta principios de los noventa. No sumó grandes compositores nuevos y los que estaban se fueron apagando. ¿Cuánto hace que Charly García o Fito Páez no largan un tema bueno, una canción que pegue? Siguen tocando y llevan gente pero es gente que va escuchar los viejos temas”, dice Osvaldo Marzullo, autor del libro El rock en la Argentina(1) y letrista de numerosas canciones del grupo GIT, Patricia Sosa y Raúl Porchetto.

  Para Marzullo, “existe, además, una notoria falta de recambio. Los viejos próceres tienen alrededor de 60 años o más, y en las camadas posteriores no abundaron los grandes compositores. Los Babasónicos, Los Piojos o Attaque, que serían de los más destacados surgidos en la era post Soda, están arriba de los 40, y de ahí para abajo no hay nadie que prometa como gran compositor”.

   Y agrega: “no hay grupos con chicos de 20 años que apunten a descollar, o al menos no trascienden. Spinetta, Charly, Litto Nebbia, León Gieco y Pappo, surgieron cuando tenían 20 años o quizás menos. Resumiendo: los grandes compositores que motorizaron el rock argentino ya están grandes y no tienen la creatividad de otros tiempos. Se advertía que el recambio no venía muy abundante desde los noventa, y hoy no parece que haya mucho que vaya a deslumbrar. Además, se perdieron grandes compositores como Spinetta, Pappo,  Federico Moura (Virus), Miguel Abuelo (Los Abuelos de la Nada) y Luca Prodan (Sumo)”, ya fallecidos.

   Sin embargo, Joaquín Escriña, miembro del equipo docente de Musineira Escuela Argentina de Músicos e integrante del grupo Levare, sostiene que Argentina, “comparándola con el resto de Latinoamérica, sigue siendo una locomotora, ya que tampoco se escuchan artistas de gran influencia provenientes de algún otro país”.

  “Hay muchísimos artistas que están surgiendo, de gran calidad compositiva, que tomarán la posta, sumados a los grandes que siguen creando, componiendo y haciendo música, como Pedro Aznar, Fito Paez o el Indio Solari”, dice Escriña.

El caso del ‘Indio’ Solari, fundador de una banda mítica en el país sudamericano como Los Redonditos de Ricota pero poco conocida en el exterior, es único. Ya sin su grupo original a cuestas, el Indio —como se lo conoce en Argentina— atrae multitudes en cada recital y motoriza su carrera en forma independiente y sin disqueras. En su último show en el hipódromo de la ciudad de Gualeguaychú, en la provincia de Entre Ríos, fronteriza con Uruguay, convocó a 150 mil fanáticos llegados desde distintas regiones del país.

“El único viejo prócer que queda es el Indio, que se apropió de la herencia de los Redonditos de Ricota y convoca multitudes a escuchar los temas del grupo. Es curioso, porque sacó ya 4 discos solistas y en ellos no hay un solo tema que haya tenido un impacto siquiera similar a los del menú de hits de los Redondos. Sin embargo, sigue sumando generaciones de fanáticos para los mismos Redondos”, apunta Marzullo. Pero más allá de los músicos consagrados con un Charly García que se recuperó de sus adicciones a las drogas pero sufre frecuentes recaídas de salud que lo llevaron al hospital 2 veces solo este año, hay un nuevo universo de jóvenes roqueros que luchan por alcanzar la fama.

Escriña dice que “el rock argentino está en pleno crecimiento, y re-descubriendo sus raíces y sus bases fundamentales a través de muchísimos artistas de gran calidad compositiva que todavía no son altamente conocidos, y que están haciendo su camino al andar, y que espero que pronto sean la cara del rock”.

Menciona que “artistas como Catupecu Machu, La Renga, Ciro o Eruca Sativa serían los artistas emergentes del siglo XXI. Si indagamos todavía un poco más en la escena del under porteño, hay un colectivo de músicos gestores llamado Elefante en la Habitación, que posee grandes compositores que trabajan para bandas como Ensamble Chancho a Cuerda, Chaucoco!, Ciruelo, Desatavientos y Globos. También artistas solistas como Lautaro Feldman, María Pien y Lorena Rizzo”.

 Pero para Marzullo, “básicamente faltan compositores. Y los que estaban de antes, ya no aportan. El rock argentino cada año suma menos clásicos a su historia. Si uno repasa cronológicamente la historia del rock nacional, año a año va a encontrar al menos 20 grandes canciones de distintos artistas, 20 canciones que se instalaron en el inconsciente colectivo y que trascendieron a su época. Hoy, con mucha suerte, imagino que se podrá encontrar una o quizás 2 y no sé si todos los años. De hecho, las canciones que más pegaron en los últimos tiempos son de grupos tipo Miranda o Tan Biónica, que surgieron claramente influenciados por bandas como Virus o Soda Stereo pero que poco y nada tienen que ver con la esencia del rock”.

Nota:

1. El rock en la Argentina: la historia y sus protagonistas (Editorial Galerna, 1986 - 210 páginas), por Osvaldo Marzullo y Pancho Muñoz.