Ecuador, 01 de Mayo de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

De las palabras a los hechos

Pleonasmos frecuentes

Pleonasmos frecuentes
24 de noviembre de 2014 - 00:00 - María del Pilar Cobo, Profesora de redacción y lexicógrafa

Varias veces he hablado en esta columna sobre las redundancias (o pleonasmos) y es que estas son demasiado frecuentes en nuestra lengua, tanto que en muchas ocasiones no caemos en cuenta de que estamos repitiendo una idea varias veces dentro de una frase. Hoy revisaremos algunas redundancias que surgen sin que lo notemos.

 

Una de estas redundancias que se cuelan en nuestra cotidianidad es la de ‘actualmente en vigor’. Solemos escuchar (o leer) que, por ejemplo, una ley se encuentra ‘actualmente en vigor’. Esto es redundante porque si algo está en vigor quiere decir que rige en la actualidad. Otra expresión redundante es aquella de ‘objetar en contra’. Se escucha con frecuencia que la oposición objetó en contra de las leyes de un gobierno, y se olvida que objetar es, precisamente, expresar la opinión contraria a algo. Es imposible objetar a favor de un tema. Insistir repetidamente o insistir varias veces también es un pleonasmo, pues el verbo insistir implica ya recurrencia.

 

Las redundancias, como vemos, son un absurdo, pues reiteran ideas. Uno de estos absurdos es cuando juntamos el adverbio aproximadamente a un número concreto. Por ejemplo: “En la campaña se recolectaron aproximadamente 234 kilos de papel”. Sí, es verdad que pueden haberse recolectado 233,43 kilos de papel, pero generalmente estos números no se expresan con tanta precisión. Muy similar a este pleonasmo es la utilización de las palabras distinto, diverso o diferente junto a un número. Por ejemplo, si decimos que “en Ecuador hay 1.500 especies distintas de aves” estamos redundando. El hecho de que existan 1.500 especies quiere decir que son distintas, no puede haber 1.500 especies iguales.

 

Otras redundancias que escuchamos a menudo son ‘puño cerrado’ o ‘testigo presencial’. En el primer caso, las explicaciones están de más, pues nunca podremos hacer un puño con la mano abierta. En el caso de testigo presencial, el pleonasmo también es obvio, ya que todos los testigos presencian los hechos; no podemos atestiguar algo si no lo hemos visto con ‘nuestros propios ojos’, aunque si los ojos son nuestros, es evidente que son propios.

 

Muchas veces, como en ‘nuestros propios ojos’, se recurre a los pleonasmos para reforzar o aclarar el tema, pero es preferible no usarlos y ser concretos. Un caso en el que se suele recurrir al pleonasmo para aclarar el significado de una palabra es aquel de ‘aterido de frío’. El verbo aterir, según la definición de la RAE, significa “pasar frío”; sin embargo, muchos ignoran este significado y decir que alguien está aterido parece insuficiente, aunque no podamos estar ateridos de calor.

 

Para no cometer este tipo de errores es necesario estar conscientes de los significados de las palabras y procurar recurrir siempre a la economía del lenguaje, recordemos que aquello que sobra nunca se extraña.

Para estar siempre al día con lo último en noticias, suscríbete a nuestro Canal de WhatsApp.

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media