En alguna ocasión revisé el uso de los diminutivos en nuestro entorno, sobre todo porque muchas veces los usamos con matices culturales, o bien porque los ecuatorianos (y los latinoamericanos, en general) somos cariñosos o porque ‘padecemos’ de falsa modestia. Pero ¿cómo se forman los diminutivos? ¿Podemos utilizar indistintamente –sita o –cita? ¿Es correcto usar el sufijo –illo o solo es correcto –ito? En la columna de hoy, veremos las respuestas a estas preguntas.

En primer lugar, los diminutivos son tipos de sufijos apreciativos que se unen a la base de una palabra para expresar, sobre todo, el tamaño reducido de algo (lamparita, anillito, pequeñín). Como ya había comentado, también nos sirven para expresar cariño (amorcito), falsa modestia (‘Tengo un carrito’), desprecio (‘No me hables con esa vocecita’) o como una manera de intensificar el significado de algo (‘La escuela queda cerquita’). En general, los diminutivos se forman con los sufijos –ito e       –illo o sus femeninos. En algunos países, como en Costa Rica, se prefiere el prefijo –ico (de ahí que se conozca a los costarricenses como ‘ticos’). También puede formarse con otros sufijos como –ín (-ina) o –ete (-eta). En Ecuador, preferimos la terminación en –ito e –ita. Este sufijo se junta con la base de la palabra y se forma el diminutivo.

Para formar diminutivos, si la base de la palabra termina en una vocal átona (es decir, que no lleva el acento), se elimina esta vocal y se escribe el sufijo (por ejemplo, mesa-mesita o libro-librito). Si la palabra termina en una vocal tónica (con acento), se aumenta la terminación –cito (-cita), por ejemplo, sofacito, tecito, cafecito. En el caso de que la última sílaba de la palabra tenga una -z, esta se cambia por -c (terracita, tacita, abracito). Si, por el contrario, la última sílaba tiene una -s o la palabra termina en esta letra, debe mantenerse y no cambiarse por c (casita, payasito, Andresito, Inesita, Luisito, etc.).

Si las palabras terminan en consonante, el comportamiento de los diminutivos es distinto. En algunas ocasiones se aumenta únicamente el prefijo –ito (-ita) como en arbolito, hotelito, papelito. En otras ocasiones, en cambio, se aumenta –cito o –cita. Esto sucede, sobre todo, en las palabras monosilábicas (piecito, florcita, trencito, etc.). Asimismo, a palabras de varias sílabas terminadas en -r o -n se aumenta este prefijo: algodoncito, cancioncita, calorcito, etc. También varias palabras admiten diminutivos terminados en –ecito o –ecita, como vientecito, o ambas variantes, como solcito y solecito, o florcita y florecita.

Para terminar, los plurales de los diminutivos se forman, al igual que todos, aumentando una –s (sillitas, pequeñitos, etc.). Que tengan una buena ‘semanita’.