Ecuador, 21 de Mayo de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

Los compañeros diarios del corrector

Los compañeros diarios del corrector
03 de noviembre de 2014 - 00:00 - María del Pilar Cobo, Correctora de textos y lexicógrafa

El 27 de octubre se celebró el Día del Corrector de Textos. Tenemos, entonces, razones para celebrar. Sin embargo, hoy no hablaré sobre los correctores y su labor, indispensable en todos los campos en los que se producen textos, sino de aquellos errores frecuentes que siempre encontramos en el camino y que ocurren una y otra vez.

 

En primer lugar, tenemos al verbo haber. Este verbo es impersonal cuando denota existencia; es decir, solo puede conjugarse en tercera persona del singular. No podemos decir ‘hubieron manifestaciones’ sino ‘hubo manifestaciones’, ni ‘habemos varias personas’ sino ‘hay varias personas’. Esta regla también se aplica cuando haber es el verbo principal dentro de una perífrasis verbal (lo correcto es ‘puede haber manifestaciones’ y no ‘pueden haber manifestaciones’), e incluso cuando esta paráfrasis cuenta con este verbo como auxiliar y principal (‘había habido’ y no ‘habían habido’).

 

Otro error frecuente tiene que ver con el gerundio. Esta forma impersonal de los verbos suele usarse como complemento de un sustantivo cuando esa no es su función. Recordemos que su función es modificar a un verbo. No se puede encontrar ‘un barco llevando migrantes’, pues el gerundio (llevando) no puede modificar al sustantivo (barco), lo correcto es ‘un barco que llevaba migrantes’. Al modificar a un verbo, el gerundio nos indica que su acción y la del verbo principal ocurren al mismo tiempo. Por ejemplo, no podemos decir que los alumnos ‘se sentaron rindiendo la prueba’, pues primero se sentaron y luego rindieron la prueba (no empezaron a rendirla mientras estaban de pie); pero sí podemos decir que los ladrones ‘entraron forzando’ la cerradura, pues ambas acciones (entrar y forzar) ocurren al mismo tiempo.

 

Sigue en la lista de los errores frecuentes el exceso de mayúsculas. Si hay algo que tenemos que afrontar a diario los correctores son textos plagados de ‘altas’. Es muy difícil que los autores comprendan que el hecho de estar en mayúsculas no hace a una palabra más importante que otras, y que existen reglas definidas en este aspecto. Asimismo, suele haber varias discrepancias en lo relacionado con las siglas, pues muchos insisten en poner todas las letras, siempre, en mayúsculas, cuando no es necesario.

 

La puntuación también ocupa un puesto ‘de honor’ en esta lista, especialmente aquella coma invasora que se suele escribir entre sujeto y verbo. Cuando llevas mucho tiempo en la corrección de textos te preguntas por qué existe esa manía de equiparar la coma con las pausas respiratorias. Misterio de misterios. Aparte de la coma, otro signo del que se abusa frecuentemente son los dos puntos, que deben constar luego de una fórmula introductoria antes de una enumeración, y no después del verbo (a menos que sea una cita textual precedida por un verbo de atribución y comillas) o de una preposición. O los puntos suspensivos, que solo deben ser tres.

 

El espacio se termina y solo he nombrado cuatro errores. Estos, sin embargo, no son los únicos. Hay muchos otros más que, con infinita paciencia y amor al lenguaje, el corrector evita que sean publicados.

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media