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La ‘verduga’ de la poesía militante
MINIMANIFIESTO (POSTAL 2)
No creo en la democracia representativa
No creo e el estado ni en sus instituciones
No creo en los partidos políticos copulares
Como tampoco en el matrimonio
Ni en ningún tutelaje
Me tienen sin cuidado banderas y símbolos
Por el contrario;
Creo en mi cuerpo y su deseo
En el vaso de agua y su importancia
En la copa de vino y su perfidia
En ciertas plantas y su manual de vuelo para cojos
No creo en la Virgen ni en Jesucristo
Pero creo en la luz de mi abuela rezando
Creo en el temblor de una mirada al borde de la verdad
Y en la fuerza inaudita de la palabra
No puedo, me cuesta un mundo
creer en el amor sostenido con sogas y chantajes
Me espanta la gente atada
Por el contrario
Amo a quien elige
Amarme,
En el magnífico ejercicio de su soberana libertad
Pero
les digo, por sobre todo
Creo en el arte y su grito
En la desesperada humanidad de los locos
En la materia de su ley
Creo en lo antiguo
No creo en ti
cuando violentas mi espacio
Con eructos de ego fatuo
Creo en ti
cuando finges quererme
Sin haber probado una gota de mi hiel
No creo en mi pasaporte
Sino en mis pies
La única cátedra que me interesa
Es la que puede dictarme un árbol y su espíritu
No creo en la violencia sino en la consciencia
No creo en cosa de géneros
Porque mi sexo es una flor que muta a discreción
No creo en el poder del dinero
porque he creado un reino fabuloso
A mi medida
Sin necesitarlo
Señores, reitero:
Creo en la vida y su caos
En la muerte y su orden
Pero sobre todo señores
Creo en ésta
Mi poesía
Texto publicado en el poemario A Flor, Elizabeth Neira, 2011, Editorial Rabiosamente Independiente.