Las tildes diacríticas sirven para diferenciar palabras que se escriben igual pero pertenecen a distintas categorías gramaticales. En la mayoría de ocasiones, estas tildes sirven para diferenciar monosílabos, como tú (pronombre personal) y tu (pronombre posesivo); él (pronombre personal) y el (artículo determinado), o más (adverbio comparativo) y mas (conjunción adversativa), entre otros. Los casos de tilde diacrítica son los únicos que admiten la tilde en monosílabos, pues recordemos que estos, por regla general, nunca se tildan.

También usamos la tilde diacrítica para diferenciar interrogativos o exclamativos de relativos. Por ejemplo, esto sucede con qué y quién (interrogativos o exclamativos), y que y quien (relativo). Si tenemos dudas acerca de tildar o no palabras de este tipo como cuándo, dónde o cuánto, es un buen ejercicio valernos precisamente del relativo que, así: si es un relativo, podrá reemplazarse por ‘la que’ o ‘el que’ (el momento en que, el lugar que o la cantidad que). Cuando se trata del interrogativo, se lo reemplaza por ‘en qué momento’, ‘qué lugar’ o ‘qué cantidad’. Veamos estas oraciones, ¿en cuál de las 2 debería escribirse cuándo?: ‘Margarita no me dijo cuando llamaría’ y ‘Cuando llamó Margarita no estuve en casa’. Para saber dónde debe ir la tilde hagamos el ejercicio del reemplazo: ‘Margarita no me dijo en qué momento llamaría’ y ‘En el momento en que llamó Margarita no estuve en casa’. Entonces, la tilde debería escribirse en el cuándo de la primera oración. Es un truco fácil y bastante útil.

Ahora sigamos con nuestras tildes diacríticas y 2 casos en los que ya no son necesarias: el adverbio solo, y los demostrativos este, ese y aquel (con sus femeninos y plurales). Durante años hemos estado acostumbrados a tildar sólo cuando es adverbio y equivale a solamente (‘Vine sólo a saludarte) y los demostrativos cuando funcionan como pronombres (‘Éste es mi favorito’ o ‘Prefiero ése’), sobre todo cuando existen problemas de anfibología (es decir, confusión). No obstante, como los casos de anfibología son pocos y la mayoría de veces es fácil deducir la función de la palabra gracias al contexto, la RAE aconseja que ya no se usen estas tildes. Es decir, ya no es necesario tildar solo, ni los demostrativos este, ese y aquel con sus femeninos y plurales (recordemos, además, que esto y estos nunca llevan tilde). Claro que si es un ‘purista’ del lenguaje y prefiere tildar sólo y  los demostrativos, puede hacerlo hasta que la regla muera con usted.

Por último, otro caso de tilde diacrítica es el que diferencia a aún y aun. Como sabemos, aún se tilda cuando equivale a todavía (‘Son las tres de la mañana y aún no me duermo’), y aun no lleva tilde cuando equivale a incluso, hasta o también (‘Aun los más inteligentes ignoraban la respuesta’), o en la locución aun cuando (‘Aun cuando me ruegues no te daré permiso’). Además, aún tiene hiato (por lo tanto, 2 sílabas) y aun tiene diptongo (es un monosílabo). Como vemos, la tilde diacrítica no es  el ‘cuco’ de la ortografía, es muy fácil usarla si recordamos unas pocas reglas.