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Música

La banda sonora de un genocidio

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Un grupo de músicos formado en Estados
Unidos, cuyos padres y abuelos sufrieron las
atrocidades del primer genocidio del siglo
XX, juntaron su afán por romper ciertos
moldes sonoros del metal, sobre los cuales
cantaron unas cuantas verdades que el
mundo no conocía.

 

El verdadero compromiso que tiene System of a Down (SOAD) es con la historia de ese pedazo de tierra de donde provienen sus padres y abuelos, y que casi es borrado del mapa en 1915 (1). Para visibilizar esa historia, los miembros de la banda recurrieron a la música como una gran herramienta con la que vienen materializando esa responsabilidad asumida.

SOAD se formó a inicios de la década de los noventa con el nombre de Soil, en una escuela privada en Hollywood, llamada Rose and Alex Pilibos Armenian School, donde estudiaban Daron Malakian (guitarrista); Shavarsh Robert Odadjian, más conocido como ‘Shavo’ (bajista) y Serj Tankian (vocalista). La primera influencia musical que recibieron fue The Beatles y la memoria histórica. Por un lado, Daron descubrió a los ingleses y decidió hacer canciones que duraran 20 minutos y reuniesen diferentes estilos, mientras Serj, por su lado, tenía latente su compromiso político por contar las terribles cosas que se vivieron entre 1915 y 1923 en Armenia, y de las que el mundo muy escaso conocimiento tuvo.

Daron escribió algunos poemas para sus canciones, de uno de los cuales salió System of a Down, nombre que reemplazó a Soil, y el cual se inscribe en la vital historia del metal contemporáneo. El poema de Daron que inspiró este nombre se llama ‘Victims of a Down’, y en un primer momento la banda se llamó así, hasta que Shavo Odadjian propuso cambiar el término ‘victims’ por ‘system’.

Una imagen de muerte que no puedes olvidar
El frío suelo está teñido de rojo
Sus ojos se cierran lentamente
Y luego los abre de nuevo
Pero su deseo queda sin ayuda

(Fragmento del poema ‘Victims of a Down’)

Daron fue quien registró las primeras composiciones de SOAD en un grabador de casete marca Sharp, regalo de adolescencia de su padre, el pintor Vartan Malakian, quien se involucró con el cometido de la banda de su hijo hasta elaborar la portada de los discos Hypnotize y Mezmerize, así como algunos modelos para la guitarra de Daron.

Mientras Malakian experimentaba con la composición y construía canciones que luego se convirtieron en verdaderos himnos generacionales —como BYOB, siglas que traducidas al español devienen en la frase “Envíen sus propias bombas”—, Serj ponía en letras de canciones las largas, vivenciales y decisivas conversaciones que durante muchos años mantuvo con Stepan Haytayan (su abuelo) padre de Khatchadour Tankian y sobreviviente del genocidio armenio. Khatchadour y su esposa Alice lograron establecerse en Líbano luego de abandonar Armenia. Serj nació en Beirut el 21 de agosto de 1967, gracias, en realidad, a la decisión de sus padres de huir de su tierra, para sobrevivir, para que la historia de ese pueblo no quedase en el olvido y pudiera ser contada, como lo han hecho, a través de su música.

Una frase que puede resumir los profundos recuerdos que Stepan Haytayan transmitió a sus hijos y nietos, además de compendiar toda la barbarie vivida en esa época es: “Nunca entenderé como el hombre puede ser tan cruel con el hombre”, frase que repetía constantemente mientras contaba su historia: Efkere era un poblado donde había menos de mil casas, aproximadamente unas 500 eran de armenios y poco más de 300 las habitaban turcos; las comunicaciones prácticamente no existían, por lo tanto no había forma de conocer qué estaba tramando el gobierno, pero Stepan sintió que algo pasaba desde el momento en que sintió que los turcos empezaron a distanciarse de los armenios, y en medio de las labores cotidianas, las mujeres turcas recitaban canciones de las que una frase heló la sangre del abuelo de Serj, y que decía algo así: “Pobres armenios, que no saben lo que les va a pasar…”.

La milicia turca llegó la noche del 23 de abril de 1915 a Efkere y otras ciudades pertenecientes a la región de Anatolia, con la disposición de eliminar a todo elemento no turco que habitara esa zona, que luego fue el núcleo de lo que en 1923 se fundó como la Nueva República de Turquía. Esa noche los militares encadenaron a todos los hombres, los separaron de mujeres y niños, y los llevaron a sitios lejanos en donde murieron por inanición o por los brutales castigos que recibían. Esa fue la última vez que Stepan vio a su padre. Antes de que se lo llevaran, quiso despedirse con un beso, pero la milicia se lo impidió.

Siria fue el destino de los hombres armenios privados de su libertad, la ciudad a donde llevaron a gran parte de ellos fue Der eiz Zor, tras recorrer un enorme trayecto al que se denominaba la marcha de la muerte, porque si no morían en el camino, al llegar, eran sometidos a torturas o los dejaban sin cosas elementales como alimentos, ropa o agua, y terminaban muriendo por inanición.

Stepan relató con mucho dolor algunas de las crueles prácticas de la milicia turca, destaca la eliminación de hombres jóvenes a fin de evitar cualquier intento de resistencia, también se obligaba con azotes a que jóvenes miraran cómo violaban a sus padres, y destacaba el impedimento para que los familiares enterraran los cuerpos de quienes morían; en su lugar arrojaban los cuerpos al río Éufrates —en muchas partes de la rivera había tal cantidad de hierbas que los cuerpos se quedaban enredados, pero por la fuerza de la corriente, casi siempre se desprendían de la cabeza y esta se quedaba atrapada—. Alguna vez el abuelo de Serj tuvo que liberar la cabeza de una persona cercana a él. Cosa similar vio el bisabuelo de Shavo Odadjian, quien contó su vivencia de forma generacional, hasta que esta humillante historia llegó a oídos del bajista de SOAD.

Todo el mundo va a la fiesta a pasar un buen rato
Bailando en el desierto explotando el ocaso
¿Y dónde coño estas tú?
¿Por qué los presidentes no pelean las guerras?
¿Por qué siempre tienen que enviar a los pobres?

(Fragmento del tema ‘BYOB’)

“La idea de System of a Down es incentivarte a hacer preguntas”, dice Serj para explicar parte de su proyecto cuya intención es que el mundo conozca la verdad sobre el genocidio armenio, del que poco se sabe porque sucedió en medio de un ambiente en el que había escaso acceso a la información de esa verdad que, más allá de matar a tanta gente, tenía como meta borrar todas las ciudades sometidas, eliminar una cultura, al punto que hasta casi eliminaron el alfabeto armenio. Esta facilidad para actuar impunemente permitió que el Comité de Unión y Progreso, mejor conocido como los Jóvenes Turcos, masacraran a casi un millón y medio de personas entre 1915 y 1923, bajo las órdenes del ministro del Interior Mehemet Talaat, el ministro de Marina Ahmed Jemal, y el ministro de Guerra Ismael Enver. A juzgar por el tipo de prácticas llevadas a cabo durante esta ‘purga’, y dado que Adolf Hitler se preguntó alguna vez “¿quién se acuerda del genocidio armenio?”, queda claro que el Führer aprendió mucho de este proceso cuando puso en práctica lo que conocemos como el Holocausto Judío.

Una forma de que el mensaje de SOAD llegue a un número considerable de personas en el mundo fue a través de su masificación, para lo cual, gracias a la solidez y novedad del sonido que propusieron desde su primer disco, captaron la atención de Tom Araya, vocalista del reconocido grupo estadounidense Slayer, quien los llevó como banda soporte de la gira que dieron en 1998 por toda Europa.  

¿Puedes oír las Sagradas Montañas?
¡Mentiroso! ¡Asesino! ¡Demonio!
Libertad...
Libertad...
Somos libres...
Somos libres...

(Fragmento del tema ‘Holy Mountain’)

Luego de provocar el cuestionamiento, y de lograr que muchos de sus seguidores se enteren del genocidio armenio, Tankian lucha porque se haga justicia a la memoria de todas las víctimas a través del reconocimiento del genocidio por parte de gobierno turco, que se niega rotundamente a este sencillo acto, e incluso varios funcionarios han llegado a pedir pruebas como el señalamiento de las tumbas de los supuestos cadáveres, esos cuyos soldados hace cien años impidieron sepultar y dejaron ir por el río Éufrates.

De izquierda a derecha: John Dolmayan, Darion Malakian, Serje Tankain y Shavo Odadjian.

Estados Unidos y Gran Bretaña, así como otros países, se han negado a reconocer este genocidio a nivel internacional pues hacerlo implicaría iniciar un proceso contra Turquía por crímenes de lesa humanidad. Tankian, dentro de las interrogantes que se ha hecho sobre esta negativa y esta pasividad, descubrió que Turquía se ubicaba entre los mejores clientes de Estados Unidos en el negocio armamentista. Por su parte, John Dolmayan, baterista de SOAD, considera que es importante que Turquía reconozca su propia historia, porque esto aún se encuentra como un recuerdo de las nuevas generaciones y ve como un escupitajo en la cara que se siga negando lo ocurrido.

La importancia del reconocimiento por el que lucha Tankian tiene eco en otros expertos y activistas como Alfonso Tabakian, director del Consejo Nacional Armenio de Buenos Aires, quien considera que mientras no se reconozca el genocidio armenio, hay una puerta entreabierta para que desde la ideología y el discurso que manejen quienes estén en el poder pueda volver a ocurrir algo similar en cualquier país del mundo con otra cultura.

Con motivo del centenario del genocidio, el pasado 23 y 24 de abril (2) se realizaron varias actividades en todo el mundo. Entre las más destacadas está el primer concierto que SOAD dio en Armenia y donde se escuchó al fin la esperada canción ‘100 years’, de autoría de Tankian y el pianista Jhon Psathas, de Nueva Zelanda, con la que hacen un homenaje a las víctimas “del primer genocidio olvidado del siglo”, como Tankian lo denominó en varias entrevistas sobre el tema, y en boletines para anunciar el concierto-homenaje.

El cuarteto también compuso la banda sonora de 1915, filme de Garin Hovannisian y Alec Mouhibian, que transcurre en un teatro, pero cuyo hilo conductor y ambientación corresponden a la época del genocidio armenio. La película será estrenada este año.

Una visión local del conflicto, la música y lo que hay alrededor

El padre del compositor y cantante quiteño Ibo K Payne es de Turquía. Ibo es conocido por su obra con la banda quiteña Siq y actualmente por una sólida carrera en solitario. Él se muestra como un admirador de SOAD y en particular del activismo de Serj Tankian. Consultado sobre su visión acerca del genocidio armenio, lo califica como “una barbarie”, y condena la intolerancia del ser humano con sus semejantes por tener diferentes visiones y perspectivas del mundo.

Se manifiesta totalmente de acuerdo con Tankian, “porque el pueblo armenio nunca ha tenido mucha voz para poder comunicar lo sucedido durante el genocidio, y al ser una figura a nivel mundial, [Tankian] ahora ha logrado que la gente sepa de este hecho que avergüenza a la humanidad”, comenta decidido Ibo, quien, si bien no nació en la tierra de su padre, a sus 8 años estudió en una escuela pública de Ankara (capital de Turquía) en donde “solo me decían que los armenios son el enemigo, igual que acá me decían sobre los peruanos”, analiza, no sin antes destacar que “el genocidio se produjo cuando todavía esas tierras eran gobernadas por el Imperio Otomano”.

Ibo es un apasionado de la historia, por eso aparte de lo que conocía sobre el tema, más ciertas cosas que dice SOAD, él se reflejó en G. I. Gurdjieff (3), a quien considera “una de las grandes influencias en mi forma de vivir, y quien me produjo profunda admiración por la cultura armenia”.

Este músico ecuatoriano cerró su punto de vista sobre la obra de System of a Down haciendo una confesión: “Espero poder un día estrechar la mano de Tankian, y juntos luchar por que no se cometan más injusticias en este mundo”.

Notas

1.- 1915 fue el año en que se produjo el genocidio armenio, exterminio y deportación forzosa de una población de armenios, griegos y asirios civiles, calculada en aproximadamente entre un millón y medio y dos millones de personas, por parte del gobierno de los Jóvenes Turcos en el entonces territorio del Imperio otomano, hoy Turquía.

2.- Por el centenario del genocidio, además del concierto, algunos gobiernos se pronunciaron al respecto, a pesar de la negación internacional. En el Parlamento de Austria se hizo un minuto de silencio para conmemorar a las víctimas del genocidio. Actualmente, ese término ‘genocidio’ se emplea para denominar al conflicto, cuestión que estuvo vetada antiguamente, pero que hoy forma parte del reconocimiento de la “responsabilidad histórica” que pudo tener el Impero austro-húngaro como aliado del Imperio otomano durante la I Guerra Mundial. En el gobierno de Ankara aún no está reconocido el término ‘genocidio’.

3.- George Gurdjieff (1892-1949) fue un escritor, músico y maestro místico armenio.

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